lunes, 24 de febrero de 2014

domingo, 23 de febrero de 2014

Sigilo bolsa



(Publicado en el suplemento de Comercio exterior del ¿diario? La nación del 18/2/2014)


Todos los teléfonos corresponden a la misma persona
 Daniel Palenque Bullrich

Sobre él puede leerse este texto aparecido en 
en Perfil del 26/12/2010: 

“De festejo. El Jockey Club lucía como pocas veces. Una ambientación excelente, concierto de cuerdas en los jardines y un servicio de catering insuperable. Presentes, muchos habitués que se mezclaron con amigos y colegas del anfitrión. El abogado Daniel Palenque Bullrich cumplía cincuenta años de profesión y tiró el inmueble de la avenida Alvear por la ventana. El champán corrió como agua entre los salones y el jardín, y ni hablar de las ostras con las que se encontraron los acalorados puntuales. Todos los demás se deleitaron con un pantagruélico menú de exquisiteces como pata de ciervo, cangrejo y paté de foie francés. Entre ellos, Horacio Pueyrredón, Alejandra y Cristina Elizalde, Miguel Sauce e Inés Menéndez Behety, y los demorados Teresa González Fernández, Jorge Hugo y Beatrice Herrera Vegas, y “Goyo” Dupont y mujer”.

Sobre los colegas de Palenque 
escribió un material imperdible 
Sebastián Premici en Página 12 de hoy. 
Fue la tapa del domingo. 
Podes leerlo completo acá.

¿Cambios?



El pasado 19 de febrero, el ¿diario? La Nación le comunicó a sus lectores el nuevo perfil que aplicará a sus redacciones a partir del próximo 1ª de marzo, en los siguientes términos:

"Cambios en la conducción de LA NACION

Guillermo Rivaben, nuevo gerente general; Carlos Guyot, secretario general de Redacción.



Desde el 1° de marzo próximo, LA NACION realizará una serie de cambios en la dirección de la compañía y en la conducción de la Redacción. Guillermo Rivaben será el nuevo gerente general con responsabilidad sobre el negocio diario, digital y Publirevistas, y Carlos Guyot, el nuevo secretario general de Redacción.


Rivaben tiene 47 años, es ingeniero electrónico por la UBA, y en los últimos cuatro años se desempeñó como director general de la empresa Personal, del Grupo Telecom. Bajo su dirección, Personal se convirtió en la compañía número uno en términos de facturación en la Argentina en el segmento de telefonía móvil.


Rivaben había iniciado su carrera en el Grupo Telecom en el año 1994. Luego entre los años 2000 y 2003 se desempeñó como vicepresidente regional de Marketing de AT&T Latinoamérica. A su regreso a Telecom asumió como director de marketing de Personal; amplió posteriormente sus responsabilidades hasta su última función.


Héctor D'Amico ha sido designado nuevo director de Comunicaciones Corporativas de LA NACION y dejará la función de secretario general de Redacción, cargo que ocupó desde julio de 2001. Carlos Guyot lo sucede en esa posición.

Guyot tiene 44 años, es periodista y diseñador, licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Austral, y magíster en gestión de empresas de comunicación por la Universidad de Navarra. Ingresó en LA NACION en 1996, y luego de su paso por diversas secciones fue designado director de Arte en 2006.


En 2009, se convirtió en el primer director de Innovación de la compañía; asumió directa responsabilidad sobre el desarrollo y la implementación de los procesos de actualización de los productos y la Redacción de la nacion.


En 2011, fue nombrado prosecretario general de Redacción y se incorporó así a la conducción editorial del diario. Un año después, lideró el último rediseño en la versión papel, que mereció gran aceptación entre lectores y anunciantes.


D'Amico condujo la Redacción durante 13 años, período en el que llevó adelante un conjunto de importantes transformaciones en el diario papel y su coordinación con la plataforma online.


Durante este período, el diario no solamente alcanzó un destacado posicionamiento en el mercado local de medios, sino que también marcó importantes hitos por su innovación tanto en el diseño de sus páginas como en el tratamiento de sus contenidos.


La nueva conducción de la Redacción se completa con dos prosecretarios generales: Carlos M. Reymundo Roberts y Claudio A. Jacquelin.


Reymundo Roberts, que ya venía desarrollando esa función, ingresó en LA NACION en 1983. Pasó por diversas secciones, fue corresponsal en América latina y editor del suplemento Enfoques. Actualmente también es codirector del Máster en Periodismo de LA NACION y la Universidad Di Tella.


Jacquelin, nuevo prosecretario general, tiene 51 años, es periodista y en 1983, mientras estudiaba abogacía en la UBA, comenzó a colaborar con la Redacción de LA NACION, a la que se incorporó en 1986. Desde entonces se desempeñó como redactor en diversas áreas; fue editor de las secciones Locales e Información General. En 1997, fue designado secretario de Redacción, cargo en el que ha tenido bajo su responsabilidad las secciones Información General y Política, y el suplemento Enfoques.


Con estos cambios, LA NACION reafirma su vocación por la excelencia, al tiempo que renueva el desafío de innovar sus productos editoriales en todas las plataformas, acorde con la demanda de lectores y anunciantes".


El que avisa no es traidor.

sábado, 22 de febrero de 2014

Ingresos y egresos




Durante los años noventa, muchos nuevos ricos y empresarios se vieron favorecidos por un Estado que -a la vez que se reducía a su mínima expresión- les dejaba campo orégano a negocios turbios y dinero fácil. 

A medida que el país se empobrecía, ellos aumentaban su capital. Así fue como muchos de ellos se fueron a vivir a countrys y barrios cerrados cuyos límites hacían de biombo reversible que al mismo tiempo les tapaba la visión de un afuera desgajado y escondía el verdadero volumen de su crecimiento económico.

Por esos mismos años, surge un auxiliar de la justicia no suficientemente valorado por jueces y fiscales: la revista Caras. Cada semana, nuevos ricos y empresarios le mostraban cómo era su vida en medio de las propiedades que hacían de escenografía en las fotos que la revista publicaba en sus páginas. No hacían lo mismo cuando debían contestar los formularios impositivos a sus contadores. 
 
El pasado miércoles 12 de febrero los diarios publicaron información sobre una serie de robos cometidos en el country Los Lagartos, al norte del conurbano bonaerense. Los mismos vecinos que suelen indignarse por la falta de presencia policial, en este caso se indignaban precisamente porque un grupo de 150 policias buscaban a los ladrones dentro del country. 

Según las diferentes coberturas periodísticas, los ladrones habrían alquilado una propiedad dentro del country sin que sus propietarios avisaran de la operación inmobiliaria a ninguna autoridad. Esas mismas coberturas también dijeron que esa operatoria sucede más que habitualmente. En el barrio le dicen operación en negro. Los espacios burgueses le dirían alquiler blue. 

Y el costoso sistema de seguridad privada no habría percibido nada anormal.

La Nación y el Diario Popular informaban que la policía bonaerense daba cuenta de la denuncia de tres casas víctimas de robo pero, sin embargo, vecinos de Los Lagartos puntualizaban que los domicilios robados eran por lo menos cinco. En sus coberturas informaban que los ladrones cometieron los ilícitos a cara descubierta pero con guantes. 

Como si no quisieran dejar sus huellas en los objetos robados pero no se preocupasen porque las víctimas les viesen las caras.  Como si actuasen con la certeza de que  los propietarios de las casas asaltadas salían más perjudicados dando a conocer que habían sido robados que si sufriesen los daños en silencio.
 
El auxiliar de la justicia sigue apareciendo en los kioscos de diarios cada quince días. (Ahora también hace sus aportes Hola Argentina).

lunes, 17 de febrero de 2014

Verdades de papel

"Bertrand Russell propone que las escuelas enseñen el arte de leer los diarios con incredulidad. Pienso que esta disciplina socrática no sería inútil. De las personas que conozco muy pocas la cumplen. Se dejan engañar por artificios tipográficos o sintácticos: piensan que un hecho ha sucedio porque está impreso en grandes letras negras, confunden la verdad con el 'cuerpo12', no quieren entender que la afirmación 'Todas las tentativas de los atacantes para avanzar hacia B se han frustrado sangrientamente', es un mero eufemismo para admitir la pérdida de B."

Jorge Luis Borges (1980)
-Citado por Lucrecia Escudero 
en "Malvinas: El gran relato".
Colección El Mamífero Parlante, Serie Menor.
 Gedisa Editorial-

domingo, 16 de febrero de 2014

Hoy como ayer (*)

En Venezuela se libra hoy una batalla de frente al futuro y la esperanza, de los privilegiados de siempre frente a los eternos excluidos, de la ignominia frente a la dignidad; una batalla por los derechos de los pueblos de Nuestra América.

Aliados, en pérfida coalición golpista, la petrocracia oligárquica, los grandes empresarios, los dueños de las televisoras privadas y otros medios de comunicación, los burócratas del sindicalismo "amarillo" y corrupto, jefes militares traidores y representantes del pasado político venezolano, pretenden asaltar el poder por cualquier medio, derrocar al gobierno legítimamente electo del Presidente Hugo Chávez y frustrar los sueños de justicia social a la gran mayoría del pueblo venezolano, que vio a aquellas mismas clases esquilmar al país por más de cuarenta años.

Los que desde el 2 de diciembre del 2002 han pretendido paralizar a Venezuela y doblegar a Chávez, son los mismos que ejecutaron el golpe fascista sangriento del 11 de abril del pasado año; quienes, en las pocas horas que detentaron el poder, disolvieron la Asamblea Nacional y todos los poderes públicos, allanaron casas y vejaron a personalidades políticas y sociales del proceso bolivariano, desataron un terrorismo mediático inaudito y pretendieron borrar de un tirón las leyes justicieras adoptadas por el gobierno bolivariano.

El pueblo desbarató el golpe en menos de 72 horas, lanzándose a las calles en defensa de su líder y de sus ideas, junto a jefes militares, jóvenes valientes y patriotas. En la madrugada del 14 de abril, Chávez volvió al Palacio de Miraflores en medio de la euforia popular, y el efímero presidente golpista, Pedro Carmona ("el Breve") salió por la puerta trasera en apresurada estampida hacia el estercolero de la historia.

En generoso y noble gesto hacia sus propios adversarios, el Presidente Chávez no llamó entonces a la venganza contra los golpistas, sino que pidió a todas las fuerzas políticas y sociales de Venezuela terminar los enfrentamientos estériles y trabajar por el bien del pueblo y la nación. Pero las fuerzas que fueron dueñas del país y lo saquearon sin compasión, no resignadas a perder el poder político, continuaron conspirando después de abril.

Los golpistas creyeron que en diciembre estaban creadas las oportunidades para asestar su golpe mortal al proceso bolivariano. Los apuraba la entrada en vigor, en los inicios del 2003, de importantes leyes como la de hidrocarburos, que reformaría la estructura casi privada de PDVSA y la profundización de los pasos establecidos en la Ley de Tierras, que beneficia a cientos de miles de campesinos.

Bajo el manto de un llamado a un "paro cívico nacional", los golpistas apostaron esta vez a paralizar el corazón económico del país. El ataque a PDVSA fue brutal. Los gerentes golpistas del petróleo, privilegiados que ganan sueldos astronómicos bajo el hasta ahora sagrado nombre de la "meritocracia", conminaron a los tabajadores a sumarse al paro, sabotearon los mandos de las refinerías y los centros de distribución y destruyeron equipamientos vitales de la industria. Oficiales de la marina mercante, presionados o amenazados por los golpistas, fondearon sus buques tanques cargados de combustible, para impedir el envío de petróleo hacia el exterior o surtir a los centros de distribución internos.

El objeto era reducir a cero la producción petrolera venezolana de casi 3 millones de barriles diarios (por cuya venta el Estado sólo recibía el 20 por ciento de las ganancias, pues el resto se utilizaba en fantasmagóricos "gastos operacionales"), paralizar todas las refinerías, provocar la asfixia económica del gobierno. Pero sus cálculos y estrategias fallaron y el gobierno, con la ayuda de gerentes patriotas, técnicos con experiencia, trabajadores, jubilados, ex empleados de PDVSA injustamente despedidos por la "meritocracia" y representantes del Ejército, están haciendo funcionar paulatinamente la industria petrolera.

 Los gerentes golpistas y sus seguidores fueron despedidos; con el apoyo de marineros leales, el Ejército y la Marina se recuperaron la mayoría de los buques cisternas petroleros y se ha reactivado en parte la exportación de combustibles; PDVSA fue reestructurada y se ha comenzado un proceso de renacionalización del principal activo económico de Venezuela.

Deseperados por el fracaso del sabotaje petrolero, los golpistas han tratado de sumar otras medidas para lograr sus propósitos: han realizado manifestaciones con mayoría de participantes de las clases altas y elementos de las capas medias buscando provocar violencia en el país; han pretendido convocar a un ilegal referéndum consultivo para forzar la renuncia del Presidente; intentaron cerrar los bancos, con la reducción del horario de trabajo y el paro de los mismos; han llamado a la desobediencia tributaria, al no pago de agua, electricidad y gas; y tratan de sabotear el inicio del año escolar, batalla en la que también están llamados a la derrota.

Centro del complot golpista han sido las televisoras privadas y otros medios de comunicación cuyos dueños, como Gustavo Cisneros, Marcel Granier y Alberto Federico Ravel, otrora manejadores de gobiernos en la Venezuela pretérita, atacan durante las 24 horas al gobierno de Chávez, llaman constantemente a la desobediencia, difunden groseras mentiras sobre la situación interna y sobre las relaciones entre Venezuela y Cuba y divulgan a diestra y siniestra los llamados de los líderes del golpismo, e imparten las instrucciones desde ellos. Es un terrorismo mediático sin paralelo en la historia.

Lo que pretenden los golpistas es quitarle el poder al pueblo. Lo que pretenden es restaurar el paso de exclusión social y derechos conculcados. Lo que intentan es echar atrás la obras social, que en medio de tan complejas circunstancias, ha venido levantando el proceso bolivariano: las 150 mil viviendas para el pueblo construidas en los dos últimos años, las 15 mil viviendas entregadas a los damnificados de la catástrofe del Estado de Vargas, las 3 mil escuelas bolivarianas en las que un millón de niños recibe una enseñanza de calidad y una comida adecuada, los presupuestos triplicados para las universidades, el incremento de salarios a maestros y profesores, la entrega gratuita de tratamientos a enfermos del SIDA, los más de 3 mil venezolanos que han sido tratados y curados gratuitamente en Cuba, los acueductos construídos que han dotado de agua potable por primera vez en su vida a dos millones de venezolanos, los beneficios recibidos por miles de productores del campo, la decisión de no privatizar las industrias eléctricas, del aluminio, del agua y del petróleo que pretendieron hacer los neoliberales de ayer y pretenden hacer hoy los golpistas.

Por eso el pueblo bolivariano está en las calles, defendiendo sus sueños y esperanzas. Al frente de la batalla, con honor, valentía y sentido del deber patrio, está el Presidente Hugo Chávez, dispuesto a no entregar al golpismo fascista el poder que le dio su pueblo. Su verbo filoso y combativo moviliza a las fuerzas bolivarianas al combate y es una denuncia contundente de lo que las fuerzas de la reacción interna y sus aliados en el exterior han querido hacer en Venezuela.

Este libro, recoge varios discursos y comparecencias del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías,  durante diciembre del 2002 y enero del 2003. En esta segunda edición se han añadido cuatro nuevos textos, entre ellos el discurso en la gigantesca manifestación popular que tomó por asalto las calles de Caracas el 23 de enero y la intervención ante el Foro Social Mundial de Porto Alegre, cuyas decenas de miles de participantes dieron irrestricto y entusiasta apoyo a la lucha patriota del pueblo venezolano.

Los discurso y comparecencias recogidas en este libro son testimonio insuperable de la lucha que hoy se libra en Venezuela por su pueblo, por los ideales de Bolívar y porque una América mejor sea posible y la verdad se conozca.

* Texto publicado bajo el título "Una batalla por Venezuela y por la esperanza como capítulo presentación del libro "El golpe Fascista contra Venezuela". (La Habana, 27/1/2003).

viernes, 14 de febrero de 2014

Editorialista de grafito


 (En La Nación Revista del 9/02/2014)

Mientras tanto
en la tapa...


que genera

 

miércoles, 12 de febrero de 2014

Aumentamos



Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de los más de cuarenta millones de Argentinos
Casa Rosada
4/2/2014

martes, 11 de febrero de 2014

Avestruces

Mirala bien. 
Es la tapa de hoy martes de 
El Nacional de Caracas. 


 
A la derecha de la tapa dice:

"Para exigir divisas a CADIVI. 
La prensa marcha hoy por papel desde Plaza Venezuela".

Allá también, como acá, 
dicen que marchan por la libertad de prensa...
pero lo que quieren son las divisas (verdes Washington) de la CADIVI (la Comisión de Administración de Divisas de Venezuela).

¿Te suena? 
Piden verdes para comprar papel que ya tienen. 
Piden verdes para organizar corridas bancarias. 
Y cuando les dicen que no, 
marchan reclamando libertad de prensa.

(Ya lo dijo, años ha, el Chacho Jaroslavsky: Atacan como partido político y se defienden como medio que busca la libertad de expresión).

La matriz destituyente en tiempo real


Co. Nicolás Maduro Moros
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Palacio de Miraflores - Caracas
Reunión de Gabinete
31/01/2014