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martes, 11 de marzo de 2014

Fútbol para Todos

"Televisión es eso que aparece entre tanda y tanda".

Esa verdad revelada por profesores y analistas de medios en escuelas de periodismo y facultades de ciencias de la comunicación por años es el punto nodal que explica por qué Marcelo Tinelli, Torneos y Competencias y otros socios desesperan por desembarcar en el Fútbol para Todos.

Previo al comienzo del actual torneo Nietos Recuperados 2014 se intentó instalar en la opinión de los públicos la necesidad de aportarle "profesionalismo a los relatos y belleza técnica a las transmisiones" del Fútbol para Todos de cara a la realización del Mundial en Brasil.

Pues bien:
donde dice "profesionalismo a los relatos" 
debe leerse "relatores del discurso dominante"
donde dice "belleza técnica a las transmisiones"
debe leerse "cámaras que muestren la publicidad no tradicional pautada por la producción ejecutiva del programa".

 Torneos y Competencias comenzó a gestarse como un monopolio de comunicación deportiva utilizando la infraestructura del canal estatal de televisión (ATC) allá por mediados de la década del '80 -hace alrededor de treinta años, a fines del siglo pasado- cuando el empresario privado Carlos Avila  inventó "un algo" que ir a venderle al gobierno de Raúl Alfonsín para asociarse con el Estado nacional. 

Así ideó los derechos de transmisión exclusiva para el fútbol de primera división, negoció con la AFA su propiedad y con eso fue a ver a las autoridades de ATC para proponerles un negocio redondo (para Avila). Él ponía los derechos exclusivos, el canal transmitía los partidos y los goles, y ambos dividían las ganancias.


Sin embargo, lo que sucedió fue que 
Avila puso los relatores que decían lo que a Avila le interesaba que dijeran, las cámaras mostraban los negocios y la publicidad que Avila pautaba. Los clubes recibían adelantos de dinero de parte de Avila que pasó a tener decisión en compras, ventas y transferencias de jugadores y decisiones de los clubes que no podían hacer y deshacer de acuerdo a sus intereses sino que ahora debían consultar con la empresa de Avila. Racing club llegó a cobrar en el siglo pasado sus derechos de televisación del 2014. 
ATC solo ponía el canal, las cámaras y los móviles. 
Y cobraba lo que Avila les decía que les correspondía como porcentaje de la publicidad del programa.


Intentando la remake, treinta años después, Marcelo Tinelli y sus socios buscan encontrar desprevenido al Estado. Buscan un  Estado  que los suponga técnicos expertos en transmisiones de fútbol, que ponga el dinero para rentar el espectáculo mientras ellos ponchan las cámaras y ponen las voces para construir un relato a su medida que, de paso, compre y venda jugadores, hable con dirigentes deportivos que se horroricen por la inseguridad, o muestre y converse con políticos opositores para mostrarlos potables al voto del televidente.



Pero como hoy ya no pueden ir a ofrecerle a la Televisión los derechos exclusivos de nada, porque es el Estado a través de FpT el que los posee, pretenden instalar entre los televidentes el convencimiento de que Fútbol para Todos necesita relatores de una jerarquía superior a la de aquellos con los que cuenta en la actualidad, que la transmisión de FpT necesita cámaras y producción europeas de una jerarquía que el Estado nacional no está en condiciones de aportar y que sin ellas el televidente se aburre. 



Sin embargo, los puntos de rating medidos por Ibope para las dos primeras fechas no parecen medir aburrimiento. Entre catorce y diecisiete puntos de rating por partido del domingo solo contando los televidentes que miran los partidos por la Televisión Pública.  Sin contar a los que también participan viendo esa misma transmisión desde canal 9, América Tv, CN23, C5N y Crónica TV si solo se tienen en cuenta la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.


"Televisión es eso que aparece entre tanda y tanda".

Tinelli y sus socios se ofrecen para aportarle "mejores relatos y más cámaras al Fútbol Para Todos". Para darle más Televisión. Pero nunca pierden de vista aquello de "entre tanda y tanda". Hacen esta cuenta que ningún canal pudo superar hasta ahora y se desesperan por conseguirla mientras se relamen haciendo números: Quince minutos de entretiempo por la Televisión Pública + canal 9 + América Tv + CN23 + C5N + Crónica TV multiplicado por 9 partidos por semana, más las transmisiones de los partidos de Primera B Nacional. 

Los programadores publicitarios de televisión le venden gente a los anunciantes. Tinelli y sus socios ya hicieron la cuenta hace rato.

Cuando te dicen que al Fútbol para Todos le está faltando profesionalismo y belleza técnica, lo que no te están queriendo contar es esto.

domingo, 2 de marzo de 2014

Militantes


Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de los más de cuarenta millones de argentinos
Apertura de sesiones del Congreso Nacional
Buenos Aires
1º/3/2014

domingo, 23 de febrero de 2014

¿Cambios?



El pasado 19 de febrero, el ¿diario? La Nación le comunicó a sus lectores el nuevo perfil que aplicará a sus redacciones a partir del próximo 1ª de marzo, en los siguientes términos:

"Cambios en la conducción de LA NACION

Guillermo Rivaben, nuevo gerente general; Carlos Guyot, secretario general de Redacción.



Desde el 1° de marzo próximo, LA NACION realizará una serie de cambios en la dirección de la compañía y en la conducción de la Redacción. Guillermo Rivaben será el nuevo gerente general con responsabilidad sobre el negocio diario, digital y Publirevistas, y Carlos Guyot, el nuevo secretario general de Redacción.


Rivaben tiene 47 años, es ingeniero electrónico por la UBA, y en los últimos cuatro años se desempeñó como director general de la empresa Personal, del Grupo Telecom. Bajo su dirección, Personal se convirtió en la compañía número uno en términos de facturación en la Argentina en el segmento de telefonía móvil.


Rivaben había iniciado su carrera en el Grupo Telecom en el año 1994. Luego entre los años 2000 y 2003 se desempeñó como vicepresidente regional de Marketing de AT&T Latinoamérica. A su regreso a Telecom asumió como director de marketing de Personal; amplió posteriormente sus responsabilidades hasta su última función.


Héctor D'Amico ha sido designado nuevo director de Comunicaciones Corporativas de LA NACION y dejará la función de secretario general de Redacción, cargo que ocupó desde julio de 2001. Carlos Guyot lo sucede en esa posición.

Guyot tiene 44 años, es periodista y diseñador, licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Austral, y magíster en gestión de empresas de comunicación por la Universidad de Navarra. Ingresó en LA NACION en 1996, y luego de su paso por diversas secciones fue designado director de Arte en 2006.


En 2009, se convirtió en el primer director de Innovación de la compañía; asumió directa responsabilidad sobre el desarrollo y la implementación de los procesos de actualización de los productos y la Redacción de la nacion.


En 2011, fue nombrado prosecretario general de Redacción y se incorporó así a la conducción editorial del diario. Un año después, lideró el último rediseño en la versión papel, que mereció gran aceptación entre lectores y anunciantes.


D'Amico condujo la Redacción durante 13 años, período en el que llevó adelante un conjunto de importantes transformaciones en el diario papel y su coordinación con la plataforma online.


Durante este período, el diario no solamente alcanzó un destacado posicionamiento en el mercado local de medios, sino que también marcó importantes hitos por su innovación tanto en el diseño de sus páginas como en el tratamiento de sus contenidos.


La nueva conducción de la Redacción se completa con dos prosecretarios generales: Carlos M. Reymundo Roberts y Claudio A. Jacquelin.


Reymundo Roberts, que ya venía desarrollando esa función, ingresó en LA NACION en 1983. Pasó por diversas secciones, fue corresponsal en América latina y editor del suplemento Enfoques. Actualmente también es codirector del Máster en Periodismo de LA NACION y la Universidad Di Tella.


Jacquelin, nuevo prosecretario general, tiene 51 años, es periodista y en 1983, mientras estudiaba abogacía en la UBA, comenzó a colaborar con la Redacción de LA NACION, a la que se incorporó en 1986. Desde entonces se desempeñó como redactor en diversas áreas; fue editor de las secciones Locales e Información General. En 1997, fue designado secretario de Redacción, cargo en el que ha tenido bajo su responsabilidad las secciones Información General y Política, y el suplemento Enfoques.


Con estos cambios, LA NACION reafirma su vocación por la excelencia, al tiempo que renueva el desafío de innovar sus productos editoriales en todas las plataformas, acorde con la demanda de lectores y anunciantes".


El que avisa no es traidor.

domingo, 16 de febrero de 2014

Hoy como ayer (*)

En Venezuela se libra hoy una batalla de frente al futuro y la esperanza, de los privilegiados de siempre frente a los eternos excluidos, de la ignominia frente a la dignidad; una batalla por los derechos de los pueblos de Nuestra América.

Aliados, en pérfida coalición golpista, la petrocracia oligárquica, los grandes empresarios, los dueños de las televisoras privadas y otros medios de comunicación, los burócratas del sindicalismo "amarillo" y corrupto, jefes militares traidores y representantes del pasado político venezolano, pretenden asaltar el poder por cualquier medio, derrocar al gobierno legítimamente electo del Presidente Hugo Chávez y frustrar los sueños de justicia social a la gran mayoría del pueblo venezolano, que vio a aquellas mismas clases esquilmar al país por más de cuarenta años.

Los que desde el 2 de diciembre del 2002 han pretendido paralizar a Venezuela y doblegar a Chávez, son los mismos que ejecutaron el golpe fascista sangriento del 11 de abril del pasado año; quienes, en las pocas horas que detentaron el poder, disolvieron la Asamblea Nacional y todos los poderes públicos, allanaron casas y vejaron a personalidades políticas y sociales del proceso bolivariano, desataron un terrorismo mediático inaudito y pretendieron borrar de un tirón las leyes justicieras adoptadas por el gobierno bolivariano.

El pueblo desbarató el golpe en menos de 72 horas, lanzándose a las calles en defensa de su líder y de sus ideas, junto a jefes militares, jóvenes valientes y patriotas. En la madrugada del 14 de abril, Chávez volvió al Palacio de Miraflores en medio de la euforia popular, y el efímero presidente golpista, Pedro Carmona ("el Breve") salió por la puerta trasera en apresurada estampida hacia el estercolero de la historia.

En generoso y noble gesto hacia sus propios adversarios, el Presidente Chávez no llamó entonces a la venganza contra los golpistas, sino que pidió a todas las fuerzas políticas y sociales de Venezuela terminar los enfrentamientos estériles y trabajar por el bien del pueblo y la nación. Pero las fuerzas que fueron dueñas del país y lo saquearon sin compasión, no resignadas a perder el poder político, continuaron conspirando después de abril.

Los golpistas creyeron que en diciembre estaban creadas las oportunidades para asestar su golpe mortal al proceso bolivariano. Los apuraba la entrada en vigor, en los inicios del 2003, de importantes leyes como la de hidrocarburos, que reformaría la estructura casi privada de PDVSA y la profundización de los pasos establecidos en la Ley de Tierras, que beneficia a cientos de miles de campesinos.

Bajo el manto de un llamado a un "paro cívico nacional", los golpistas apostaron esta vez a paralizar el corazón económico del país. El ataque a PDVSA fue brutal. Los gerentes golpistas del petróleo, privilegiados que ganan sueldos astronómicos bajo el hasta ahora sagrado nombre de la "meritocracia", conminaron a los tabajadores a sumarse al paro, sabotearon los mandos de las refinerías y los centros de distribución y destruyeron equipamientos vitales de la industria. Oficiales de la marina mercante, presionados o amenazados por los golpistas, fondearon sus buques tanques cargados de combustible, para impedir el envío de petróleo hacia el exterior o surtir a los centros de distribución internos.

El objeto era reducir a cero la producción petrolera venezolana de casi 3 millones de barriles diarios (por cuya venta el Estado sólo recibía el 20 por ciento de las ganancias, pues el resto se utilizaba en fantasmagóricos "gastos operacionales"), paralizar todas las refinerías, provocar la asfixia económica del gobierno. Pero sus cálculos y estrategias fallaron y el gobierno, con la ayuda de gerentes patriotas, técnicos con experiencia, trabajadores, jubilados, ex empleados de PDVSA injustamente despedidos por la "meritocracia" y representantes del Ejército, están haciendo funcionar paulatinamente la industria petrolera.

 Los gerentes golpistas y sus seguidores fueron despedidos; con el apoyo de marineros leales, el Ejército y la Marina se recuperaron la mayoría de los buques cisternas petroleros y se ha reactivado en parte la exportación de combustibles; PDVSA fue reestructurada y se ha comenzado un proceso de renacionalización del principal activo económico de Venezuela.

Deseperados por el fracaso del sabotaje petrolero, los golpistas han tratado de sumar otras medidas para lograr sus propósitos: han realizado manifestaciones con mayoría de participantes de las clases altas y elementos de las capas medias buscando provocar violencia en el país; han pretendido convocar a un ilegal referéndum consultivo para forzar la renuncia del Presidente; intentaron cerrar los bancos, con la reducción del horario de trabajo y el paro de los mismos; han llamado a la desobediencia tributaria, al no pago de agua, electricidad y gas; y tratan de sabotear el inicio del año escolar, batalla en la que también están llamados a la derrota.

Centro del complot golpista han sido las televisoras privadas y otros medios de comunicación cuyos dueños, como Gustavo Cisneros, Marcel Granier y Alberto Federico Ravel, otrora manejadores de gobiernos en la Venezuela pretérita, atacan durante las 24 horas al gobierno de Chávez, llaman constantemente a la desobediencia, difunden groseras mentiras sobre la situación interna y sobre las relaciones entre Venezuela y Cuba y divulgan a diestra y siniestra los llamados de los líderes del golpismo, e imparten las instrucciones desde ellos. Es un terrorismo mediático sin paralelo en la historia.

Lo que pretenden los golpistas es quitarle el poder al pueblo. Lo que pretenden es restaurar el paso de exclusión social y derechos conculcados. Lo que intentan es echar atrás la obras social, que en medio de tan complejas circunstancias, ha venido levantando el proceso bolivariano: las 150 mil viviendas para el pueblo construidas en los dos últimos años, las 15 mil viviendas entregadas a los damnificados de la catástrofe del Estado de Vargas, las 3 mil escuelas bolivarianas en las que un millón de niños recibe una enseñanza de calidad y una comida adecuada, los presupuestos triplicados para las universidades, el incremento de salarios a maestros y profesores, la entrega gratuita de tratamientos a enfermos del SIDA, los más de 3 mil venezolanos que han sido tratados y curados gratuitamente en Cuba, los acueductos construídos que han dotado de agua potable por primera vez en su vida a dos millones de venezolanos, los beneficios recibidos por miles de productores del campo, la decisión de no privatizar las industrias eléctricas, del aluminio, del agua y del petróleo que pretendieron hacer los neoliberales de ayer y pretenden hacer hoy los golpistas.

Por eso el pueblo bolivariano está en las calles, defendiendo sus sueños y esperanzas. Al frente de la batalla, con honor, valentía y sentido del deber patrio, está el Presidente Hugo Chávez, dispuesto a no entregar al golpismo fascista el poder que le dio su pueblo. Su verbo filoso y combativo moviliza a las fuerzas bolivarianas al combate y es una denuncia contundente de lo que las fuerzas de la reacción interna y sus aliados en el exterior han querido hacer en Venezuela.

Este libro, recoge varios discursos y comparecencias del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías,  durante diciembre del 2002 y enero del 2003. En esta segunda edición se han añadido cuatro nuevos textos, entre ellos el discurso en la gigantesca manifestación popular que tomó por asalto las calles de Caracas el 23 de enero y la intervención ante el Foro Social Mundial de Porto Alegre, cuyas decenas de miles de participantes dieron irrestricto y entusiasta apoyo a la lucha patriota del pueblo venezolano.

Los discurso y comparecencias recogidas en este libro son testimonio insuperable de la lucha que hoy se libra en Venezuela por su pueblo, por los ideales de Bolívar y porque una América mejor sea posible y la verdad se conozca.

* Texto publicado bajo el título "Una batalla por Venezuela y por la esperanza como capítulo presentación del libro "El golpe Fascista contra Venezuela". (La Habana, 27/1/2003).

viernes, 31 de enero de 2014

Costo de vida


"Poco después que comenzó la radicación de la alta clase en el Barrio Norte, comenzó la jerarquización de ciertas zonas también del norte, como residenciales, porque fueron elegidas por los gerentes y altos funcionarios de las empresas extranjeras, generalmente ingleses o alemanes que prefirieron domiciliarse cerca de las estaciones del ferrocarril Central Argentino, constituyendo grupos diferenciados de la población nativa.

No había respecto de esto las prevenciones que originaban los inmigrantes de los países del Mediterráneo, pues se atribuía a los anglo-sajones y germánicos un nivel cultural superior al de los inmigrantes provenientes del medio día de Europa. Esto era conforme a los prejuicios racistas comunes a la ilustración de la época que a su vez germánicos y británicos cuidaban de evidenciar diferenciándose meticulosamente de los nativos. A diferencia de los españoles, italianos, turcos y judíos, se trataba de 'gente bien' y a esta le resultaba fácil manifestarse como tal con los recursos que le proporcionaban sus empleos en las grandes empresas de los que estaban excluidos los nativos. Por su parte, como ya se ha visto cuando se habló de la inmigración británica, inmediatamente posterior a la Independencia, se les exigían formas de vida diferenciadas del común indígena y con un comportamiento en el que intentaban reproducir el estilo de las clases altas europeas.

Especialmente en Belgrano Alto se constituyeron estos núcleos que se fueron extendiendo a las estaciones suburbanas del ferrocarril Central Argentino a medida que comenzaba el fraccionamiento de las viejas quintas. Los primos pobres ahí radicados sintieron sus barrios ennoblecidos con la presencia de los nuevos vecinos y comenzaron a adoptar sus pautas con preferencia a las de la alta clase que les eran económicamente inaccesibles. También les era inaccesible los barrios del Socorro y el Pilar, en la parte distinguida de esta. Durante bastante tiempo el modelo propuesto estuvo constituido por los residentes extranjeros y la aspiración máxima del sector fue asimilarse a ellos tener acceso a sus clubs, practicar sus mismos deportes y vestirse de manera parecida. No se abandonó de la vieja sociedad en la indumentaria solemne del traje oscuro y la camisa de cuello, pechera y puños almidonados para ir al 'centro', pero en el ambiente residencial fue elegante exhibir las indumentarias deportivas que esos extranjeros utilizaban allí. La práctica del tenis, el rugby y más adelante del golf, permitió el acercamiento y la adopción de hábitos comunes, distintos a los de la clase alta, que nunca fue muy deportiva como no lo habían sido sus modelos europeos de la aristocracia, salvo en los deportes reales que además se avenían con la condición de grandes propietarios rurales: la cría de caballos de carrera y su prolongación en los hipódromos, y más tarde el polo, dos modalidades deportivas a que eran ajenos gerentes y funcionarios, cuyos sueldos cuantiosos en cuanto al nivel medio de los mejores sueldos argentinos, no permitían esa clase de deporte demasiado costosos.

Pronto aparecieron los chicos típicos de esos barrios disfrazados de inglesitos con la gorrita de colores en la punta de la cabeza y los sacos listados, que además advertían con su indumentaria que eran alumnos de las escuelas extranjeras en un principio destinadas exclusivamente a los empleados coloniales.

En este momento bastante anterior a la aparición del 'medio pelo', Belgrano, Vicente López y Olivos comienzan a constituir una especie de Barrio Norte con gente que adquiere un status propio de nivel superior al de la clase media de los otros barrios y que es el resultado de la simbiosis de pautas tradicionales con las aportadas por los residentes extranjeros de origen germánico y anglo-sajón. Se constituye una especie de sociedad distinta a la de la Alta Sociedad porteña, a la que no se tiene acceso, pero tampoco se busca. Extranjeros y nativos se encuentran satisfechos en el status así creado y van identificando grupos que, ya consolidados, serán el punto de referencia para el momento que la alta clase media y la burguesía que surgirá después de la modernización de la economía argentina intenten atribuirse un status calificado. Entonces los recién llegados encontrarán en este grupo una imagen de la Alta Sociedad, accesible, y este a su vez se empeñará en jugar el papel que se le atribuye desnaturalizándose con la adopción de pautas que le eran extrañas.

Sobre esa base empezaron la comedia de equívocos que constituye el 'medio pelo'."

Dn. Arturo Jauretche
"El medio pelo en la sociedad argentina"
A. Peña Lillo Editor
(Noviembre de 1966)

viernes, 17 de enero de 2014

Prisila

Por Horacio Cecchi*

Ya sé que Priscila se escribe con “ese” seguida de “ce”. Ya lo sé. Incluso estuve gugleando el nombre, ese desmentidero moderno que no hace más que desinformar pero con profunda actualidad, y me dio su supuesto origen: Priscila es un nombre latino y lleva la “c” porque es un diminutivo de Prisca, que tiene toda su arqueología judaica en la antigua Roma, niña que terminó siendo mártir pero cuya historia no viene al caso, salvo su escritura. Que no es poco.

En la nota que escribí sobre Prisila, la niña asesinada a golpes en Berazategui (La muerte de una niña abandonada) su nombre lo escribí sin la “c” latina, sin la “c” de Prisca. Una omisión a su origen, o al origen de su nombre, digamos, aunque para ese entonces, cuando escribí la nota, desconocía que existiera el nombre Prisca, y de todos modos no hubiera modificado mi decisión. Porque, aclaro, escribir Prisila sin “c” fue una omisión adrede, consciente y decidida.

Ocurre que Prisila era indocumentada, no estaba inscripta. Como bien dice Zabalza en su opinión "No sólo es amor, Madre", no hubo el “significante que representa a un sujeto para otro significante, en este caso, la comunidad toda”. Prisila no estaba inscripta para que la comunidad la reconociera. Y al ser indocumentada, ese reconocimiento que sería la vara que, entre otras cosas, convalidaría la “correcta” escritura, no existía. O era casero. Menudo reconocimiento tenía a juzgar por su final. Es decir, Prisila que debía ser Priscila, en realidad para el Estado era “nadie” con minúscula y sin “c” ni “s”. El único documento que pude encontrar para contrastar su nombre fue un volante, que volqué al inicio de la nota, en cuyo texto se podía leer claramente “Prisila”. Me preguntaron en tono correctivo si sostenía Prisila y con qué fundamento o si, preferentemente, me volcaba a la escritura “bien”. Expliqué que el único documento que encontré de ella era ese volante.

No era poco. En última instancia, se trata de reproducir lo más fielmente posible el nivel de no representación que tenía la niña, al punto que su nombre, Prisila, escrito era el pasaje del nombre hablado, de la oralidad de su nombre indocumentado. Qué más que un volante casero en el que se la buscaba, nada menos que un volante de búsqueda con su nombre hablado. Podría haberse llamado Pricila o como se les hubiera antojado llamarla y modificar su nombre cada día, porque no había otra ley que la identificara que la que la mantenía indocumentada y que es la que la inscribió desde la oralidad o simplemente nunca supo o nunca se interesó en saber cómo se escribía Prisila, si con “c” o sin ella. Supongo que si le hubiera interesado, hoy Prisila podría ser Priscila (o Priscilla, como Priscilla Presley) y estar viva.

Al salir publicada la nota, al día siguiente, pude comprobar que ninguno de mis colegas se detuvo en el nombre y que todos, absolutamente todos, corrigieron, por simple deducción suponiendo que se trataba de un error de escritura. ¿Error de escritura o representación de su vida? ¿Desde qué lugar corregir? ¿Corregir aplicando qué criterio? Desde qué lugar decir lo que está bien si al relatar el caso se omite al Estado de la historia de indocumentación, cuando es el Estado diccionario el que determina la ortografía.

¿Escribir Priscila en lugar de Prisila surge a partir de una corrección ortográfica o moral? En este caso, sospecho, cualquier corrección ortográfica es moral. No sé por qué siento que sostenerla sin la “c” es mantener toda la fidelidad que puedo con esa niña salvajemente anulada, y cuyo nombre, Prisila, se mantiene diferente, reconocida, rebelde a la ortografía que la perdería de nuevo, en el común de las Priscilas.

* Aparecida el 16/1/2014 en http://horaciocecchi.wordpress.com con el título "¿Priscila o Prisila? La ortografìa moral"

jueves, 16 de enero de 2014

La justicia natural(izada)

Es un hecho. Vestida solo con una sábana para salir a la calle a buscar pruebas de delitos complejos, sosteniendo una espada con una mano, una balanza con la otra y con una venda que te tapa los ojos y los oídos es imposible impartir justicia.

Así es como suceden cosas como estas.

-I-

Jorge Ariel Wayar vivía en la villa El Libertador, en las afueras de Córdoba capital.  Fue detenido el 10/5/96. Lo acusaron de haberle robado a dos jóvenes a punta de pistola una moneda de un peso, una campera y un par de zapatillas. Pero al momento de detenerlo solo se le encontró una moneda de la que no se pudo comprobar el origen. 

Sin embargo, la Cámara sexta del Crimen de Córdoba lo condenó a cinco años de prisión. Wayar salió en libertad tras cumplir los 2/3 de la condena. Todo ese tiempo lo pasó encarcelado a 200 kms de su casa, en el penal de San Francisco. En la misma ciudad dónde nacieron Domingo Felipe Cavallo y el Grupo Arcor.

-II-

En octubre de 1982, Alejandro Olmos presentó una denuncia ante los tribunales argentinos pidiendo que se investigara el origen y se determinara los culpables de la deuda externa generada en el país desde 1976.

Cuando la junta militar tomó el poder aquel 24 de marzo, Argentina debía alrededor de seis mil millones de dólares. Cuando Benito Bignone dejó el gobierno en manos de un presidente democráticamente elegido, el país debía cinco veces más.

Sin poder determinar la existencia de culpables, la investigación generada por la denuncia de Olmos fue cerrada en el año 2000. El juezresolvió "SOBRESEER DEFINITIVAMENTE en la presente causa N° 14467(expte 7723/98) en la que no existen procesados (art. 434 inc. 2° del Código de Procedimientos en Materia Penal)".


-III-

Baby Etchecopar es actor y conductor de televisión y radio. Trabaja en C5N y Radio 10 dos espacios históricamente ubicados a la derecha de la sociedad. Desde allí defienden la mano dura, reclaman cuando siente que se les respetan los derechos a los delincuentes, están contra los piquetes y/o cualquier forma de reclamo de parte de los trabajadores que ellos consideren que afectan los derechos de la clase media. Baby Etchecopar vive en San Isidro.

El 12 de marzo de 2012 un grupo de asaltantes entró a su casa con fines de robo. Tomaron de rehén al hijo de Etchecopar y a su novia, a la esposa del conductor y a su hija embarazada y al mismo Etchecopar. Hubo un tiroteo: 37 disparos, 12 de Etchecopar. Un delincuente muerto y otro herido.

La condena fue  de 9 años y 13 años y cuatro meses para los asaltantes. Etchecopar fue sobreseido por el crimen de Alejandro Montilla. El tribunal que impuso las penas fue la sala I del la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro.

-IV-

El sacerdote católico Julio César Grassi tardó casi diez años en llegar a la cárcel por abuso sexual agravado y corrupción de menores. Los niños estaban a su cuidado en la "Fundación Felices los Niños".

El proceso contra Grassi comenzó entre fines de 2002 y comienzos de 2003. La primera condena, a 15 años de prisión, se conoció en junio de 2009. El Fiscal había pedido 30 años de prisión y los abogados de las víctimas entre 20 y 37). En septiembre de 2010 el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón confirmó la condena pero dictaminó que Grassi quedaría en libertad hasta que la condena estuviera firme.  

  Julio César Grassi quedó a disposición del Servicio Penitenciario bonaerense recién el 23 de septiembre de 2013.

-V-

Mario Fendrich era era subtesorero del Banco Nación de la ciudad de Santa Fe cuando en el 23 de septiembre de 1994 desaparecieron de la bóveda de la sucursal 3.000.000 de pesos y 187.000 dólares. Fue condenado por peculado a 7 años 2 meses y 15 días de prisión. Fendrich quedó en libertad condicional tras algo más de 7 años de detención en la cárcel de Las Flores (Santa Fe) el 29 de octubre de 1999. El dinero nunca apareció.

En diciembre de 2001, el entonces ministro de economía argentino, Domingo Felipe Cavallo, anunciaba restricciones para la extracción de dinero de cuentas corrientes, cajas de ahorro y plazos fijos. (Cavallo también fue ministro de economía de Carlos Menem durante los '90 y el funcionario económico de la última dictadura argentina que estatizó la deuda privada haciendo cargo a los futuros gobiernos de los pagos de los créditos pedidos y usufructuados por empresarios privados en Argentina entre 1976 y 1983). 

Los banqueros que durante años tomaron en Argentina dinero de sus clientes a  valor similar entre pesos y dólares, en los días previos al corralito desaparecieron de sus tesoros la moneda estadonidense. La paridad dólar peso se rompió y los ahorristas jamás recibieron ni los dólares ni su diferencia equivalente en pesos. No se conoce ningún directivo ni dueño de banco que este preso por aquellos robos.

(Continuará...)

jueves, 9 de enero de 2014

Los gerentes del proyecto de país burgués


Hace años ya, tantos que ya casi nadie recuerda, las familias acomodadas preveían el destino de sus hijos en la sociedad.

La Burguesía tenía un proyecto de país al que sentía como propio, del que se sentía dueña. Y al que expoliaba. Sacaba beneficio de sus campos, sus trenes, sus barcos, su energía, sus fábricas, su moneda... Y para eso usaba a los hijos de las familias acomodadas. Eran la Inteligentzia que lo gerenciaba. 

Esos hijos eran en algunos casos hijos de los dueños del poder real. En otros solo hijos de familias acomodadas beneficiarias de esa sociedad que planificaban los que se quedaban con todo. 

Las opciones eran: militar, abogado, sacerdote y juez. 

Les estaba asignada la conducción de las naciones. Entre los hijos abogados y los militares se ocupaban de las tareas de gobierno. Los hijos sacerdotes imponían al resto los límites que la moral de su  clase pensaba para los demás grupos sociales.

Y los jueces se encargaban de que cada uno ocupase el lugar en la sociedad que las clases dominantes le habían asignado en sus proyectos. Así arbitraban cuando el litigio era entre poderosos. Absolvían a sus pares sociales que solían confundir el significado de la palabra delito y la llamaban negocio. Y condenaban a todo aquel que se interpusiera en los intereses de su proyecto de país.

(Continuará...)

Los motivos profundos



Por Horacio Cecchi (*)(**) 

Prisila, de 7 años, desapareció el sábado, pero la denuncia se presentó el lunes. Su cuerpo apareció el martes, en una bolsa de residuos en un arroyo bajo la avenida Mitre. Tenía marcas de golpes y quemaduras. La madre y el padrastro se negaron a declarar.

La buscaban desde el lunes. Había desaparecido el sábado. Un volante con su foto, y el texto “Su nombre es Prisila. Falta desde el 4 de enero de su casa en la zona de Berazategui”, proporcionaba teléfonos para contactar a quien la encontrara. Resultado, el peor esperable. Su cuerpo apareció en el arroyo Plátanos, bajo un puente de la avenida Mitre, cerca del cruce con la calle 43, en Berazategui, casi fuera del límite de la localidad de Hudson. El hallazgo tuvo lugar la mañana del martes, pero se desconocía su identidad. A la noche del mismo martes, lograron unir búsqueda y hallazgo y confirmar que se trataba de Prisila. El titular de la fiscalía descentralizada de Berazategui, Carlos Riera, allanó la casa de la madre, en Hudson, y la detuvo junto al padrastro bajo la sospecha de que uno de ellos o ambos la habían matado e intentado ocultar el crimen. Hasta acá, la información escueta, casi desnuda, liviana de detalles macabros. Detalles que en noticias de este tipo abundan con una facilidad que supera veladamente las tasas de homicidio en ocasión de robo y que, en cambio, suplantan la fuerte impronta de los homicidios intrafamiliares. Al no encajar el caso como un supuesto de inseguridad, lo que se suele vender es morbo. Este es un desafío al lector, aproximarse a los motivos profundos que derivan en la muerte de una pequeña como Prisila.

Prisila nació hace siete años pero, según la información a la que pudo acceder este diario, no estaba documentada. Es decir, sus padres la llamaron Prisila de entrecasa, aunque para el Estado provincial hasta el martes no existía. Paradoja la de Prisila, que existió cuando dejó de existir.

En realidad no existía a medias, ya que concurría a una escuela, posiblemente de Lanús, donde vive su padre y con quien vivía hasta noviembre pasado, cuando fue mudada a lo de su madre, una casa de familia ampliada como se suele denominar a aquella que reúne a varias generaciones. La mujer, de 34 años, vive allí con su pareja de 30, tres hijos en común muy pequeños (4, 3 y 2 años y un bebé fallecido en noviembre pasado por asfixia –obstrucción láctea en la tráquea, según la autopsia–). Además, dos niños de 11 y 15, hermanos de Prisila, y otros tres, algo mayores, algunos de ellos a su vez con hijos.

La escolaridad de Prisila no tuvo confirmación oficial a la consulta de este diario por parte de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia bonaerense, pero pese a que algunos medios ya mencionaban su “no escolarización”, la foto que circuló muestra a la niña con guardapolvo blanco, escarapela y fondo azul. No es contradictorio. La escuela puede funcionar como un ancla que empuje a una familia hacia la confirmación estatal de identidad. No es poco. En caso de que así fuera, falló la obsesión estatal por obligar a la familia a documentarla.

De las intervenciones estatales la penal es la más visible, más por única que por ostentosa, que además lo es. Sin identidad, la intervención estatal en el caso Prisila corrió por cuenta, primero de la comisaría de la mujer, de Berazategui, donde la madre concurrió a efectuar la denuncia el lunes por la mañana. Denunció la desaparición ocurrida el sábado. La segunda intervención fue de la DDI de Quilmes, cuando alguien detectó el cuerpo de la chiquita en una bolsa de residuos en el arroyo Plátanos a unos 800 metros de la casa donde vivía, aunque a esa hora, la mañana del martes, nadie sabía a quién pertenecía. El cuerpo no estaba calcinado pero presentaba quemaduras. La zona tiene unos cuantos casos de chiquitos denunciados como desaparecidos. Podría haber sido cualquiera de ellos. A la noche, el Estado penal identificó a quien no había identificado. Se trataba de Prisila, muerta a golpes y con marcas de quemaduras, interpretadas por ahora como intentos de deshacerse de su cuerpo.

Una supuesta declaración del padrastro ante la DDI abrió a los investigadores policiales la pista que apuntó sobre la madre, y que la información mediática se encargó de subrayar más como madre monstruosa que como mujer desbordada, lo que no le quita responsabilidad sino que se la carga a ella sola y, en especial, libera al que la investiga, el Estado. Declaración inválida además porque ante la Justicia no fue convalidada. Ayer, durante la citación a indagatoria, tercera intervención del Estado en la historia de Prisila, ambos se negaron a declarar, con lo que los investigadores deberán encontrar pruebas, cabellos, rastros de ADN de la niña allí donde quiera que estén, testimonios de vecinos o parientes que ayer circulaban en los medios como si se tratara del respaldo de objetividad que requiere la persecución penal, pero anticipada. No se trata de exculpar a responsables, sino de no condenar mediante el morbo y anticipadamente.

Para completar la historia, una cámara de un comercio captó la figura nocturna de la pareja empujando un cochecito de bebé en dirección al arroyo. Supuestamente cargaba el cuerpo de Prisila. Los acompañaban dos chicos de unos 10 a 15 años, posiblemente dos hermanos de la nena. Una manera de comprometerlos al silencio. La violencia familiar puede ser física y/o psíquica, pero tiene profundas raíces culturales.

(*) horaciolqt@yahoo.com.ar
(**) Aparecido el 9/01/2014 en Página/12

lunes, 6 de enero de 2014

Reparaciones

Por Luciana Peker*

En Corrientes, detuvieron durante 13 años a una mujer que supuestamente había matado a su hijo al nacer, después de un parto asistido por su madre. La sentencia, de junio de 2000, la condenó a cadena perpetua por homicidio agravado por el vínculo. En abril de 2013 se descubrió que el bebé había nacido muerto. Una muestra más del sexismo en la Justicia.

“Se hizo justicia tarde, pero se hizo”, dice ella con un tono optimista que reniega del pasado porque siente que es revolver el dolor con el que convivió más de una década. “Siempre pensé que iba a salir a la luz toda la verdad”, remarca. Y enfatiza que prefiere tragarse las palabras sobre su historia. Sufrió mucho y su familia también. No quiere hablar más –y así lo pide y hace valer su deseo– sobre el sufrimiento. Se enfoca en recuperar el tacto, la mirada, la cercanía convertida en la alegría del abrazo con sus cuatro hijos de 16, 21, 22 y 23 años.

A ella la llamaremos por sus iniciales –MCV– para respetar su identidad y porque quiere iniciar una nueva vida sin la estigmatización que da el paso por prisión. MCV cumplió, el 24 de diciembre, 43 años en una Navidad especial no sólo por redoblarse con un nuevo aniversario, sino porque realmente se trata de un renacimiento. Fue la primera vez que pasó las fiestas con sus hijos y su nieto –de cinco años– después de catorce sin compartir la mesa. “Ahora puedo alzar y abrazar a mi nieto, que es lo que no pude hacer con mis hijos”, festeja, mientras intenta enterrar las huellas de las pérdidas.

Estuvo presa, acusada de matar a su bebé en 1999, en un parto en su casa, sin más ayuda que la de su mamá y otra mujer, cuando tenía 28 años y era madre soltera de otros cuatro hijos que tenían, en ese momento, 3, 5, 7 y 9 años. En ese momento era analfabeta y vivía en una situación de enorme vulnerabilidad, en Mercedes, Corrientes. Su quinto hijo nació muerto. Ella fue al hospital con una fuerte hemorragia, contó sobre el fallecimiento, pero no le indicaron llamar a la policía, le dieron un calmante y la mandaron a su casa. Cuando llegó, vistió al bebé con la ropita que le tenía preparada, lo puso en una cajita de cartón y lo enterró en el gallinero, porque era el único lugar adonde no iban los perros. Un vecino –que había intentado propasarse con ella– la vio en el momento del duelo y la denunció el 18 de agosto de 1999.

La Justicia no le permitió que presentara testigos y otras herramientas de defensa ni le concedió la prisión domiciliaria para que pudiera estar cerca de sus hijos pequeños.

La defensa pidió su absolución y la fiscalía sostuvo que no había elementos para una condena. Sin embargo, el 28 de junio de 2000 la Cámara en lo Criminal de Paso de los Libres la sentenció a cadena perpetua por homicidio agravado por el vínculo, en el Instituto Pelletier, de Corrientes Capital, tan alejada de sus hijos que durante cuatro años no pudieron ir a verla por falta de plata para el transporte. En la cárcel terminó la primaria y la secundaria, pero le negaron el permiso para estudiar criminalística. Recién después de trece años, en el 2013, se reveló por una nueva pericia en base a la autopsia de 1999 –en la que constaban, por ejemplo, fotos del cuerpo– que su hijo no tenía signos de estrangulamiento ni asesinato y que sí había padecido sufrimiento fetal y, probablemente, nació asfixiado por el cordón umbilical.

La Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig) considera que este caso es paradigmático de la misoginia en la Justicia. “Ella padeció violencia por ser pobre, agravada por ser mujer. El proceso judicial en su contra es una colección de negligencias. No se apeló el procesamiento, ni se insistió en esclarecer los hechos o citar a más testigos. El requerimiento de elevación de la causa a juicio consta de sólo dos carillas, de una gran pobreza argumentativa. La recolección de pruebas fue magra y prácticamente no se realizaron medidas para esclarecer el hecho. El denunciante no vio que MCV matara a su bebé y el tribunal tomó como válida una pericia realizada para determinar las causas de la muerte del bebé que se hallaba incompleta por falta de medios. Todos los actores en este proceso han estado impregnados por prejuicios machistas e impusieron sobre ella toda su autoridad patriarcal condenándola a cuarenta años de prisión”, remarca la abogada Perla Prigoshin, coordinadora nacional de la Consavig.

MCV estuvo desamparada hasta que la abogada Susana Arzuaga –de la secretaría de la Defensoría– pidió que se revisara su sentencia. Por esta medida, el 26 de abril de 2013, el Superior Tribunal de Justicia declaró la nulidad de la sentencia y ordenó su inmediata liberación. A partir de ahí, la acompañaron Caro González, la delegada de la Consavig en Corrientes, y su defensora Nora Maciel, que solicita una reparación integral, no solamente monetaria, sino también que le garantice acceso a una vivienda digna, trabajo y asistencia para que sus hijos (que debieron abandonar la escuela cuando ella quedó detenida) puedan terminar sus estudios y capacitarse. En el mismo sentido se expresaron la Asociación Pensamiento Penal y la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes que, en una carta al gobernador Ricardo Colombi, expresa que “MCV no tuvo acceso a la justicia, a ella le fue negada por su condición social y por el tipo de delito investigado, tenía dictada sentencia de antemano”. Maciel enfatiza: “En el proceso no llamaron ni a la enfermera que la atendió en el hospital, ni a las vecinas, ni a la amiga que iba a ser la madrina. Ella nunca ocultó el embarazo. Todavía el gobernador no resolvió su indemnización. Para Navidad se hizo una colecta para que pudiera estar con sus hijos. Esperemos que no haya que hacerla transitar por un proceso que la haga revivir todo lo que pasó”.

Mientras tanto, MCV tiene planes. Va a inscribirse en Derecho. “Siempre quise estudiar y nunca me dieron la oportunidad”, resalta sobre las restricciones que le impusieron en prisión. Aunque, por ahora, su mayor objetivo es poder llevar a Corrientes capital –donde trabaja por la mañana en el Registro Civil, con el sueldo más bajo, y por la tarde como empleada doméstica– a sus hijos, que residen en Mercedes. Allá vivía su mamá, que los crió y recientemente falleció. Su papá también murió, sin que a ella le permitieran salir de la cárcel para despedirse. MCV cuenta con tristeza que su mamá le faltó en Navidad. Pero, con mucha pujanza, se enfoca en salir adelante. “Voy a trabajar día y noche para que estén bien mis hijos, que son lo único que me importa, con mis hermanos y hermanas. Tengo un apoyo increíble. No me puedo quejar de la vida por más que estuve encerrada tanto tiempo. Lo más importante es que mis hijos no sufran y lo voy a lograr, si Dios quiere.”

* Aparecido como "Justicia poco corriente" en el suplemento Las 12 de Página/12 el 3/01/2014.