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miércoles, 31 de octubre de 2012

El olvido, la bebida ¿y los amigos?



"Que un amigo te diga 'está bueno este vino' es la mejor publicidad de todas.
Te lo digo como amigo.
San Huberto. Para los que no solo saben de vinos".

En la calle Carlos Pellegrini  
entre M.T. de Alvear y Paraguay (CABA) 
El 29/10/2012 - Día del Ñoqui 



"Yo solo no puedo con todo. Los chicos que nos apropiamos, el robo de Papel Prensa, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, organizar la oposición, manejar la Sip, digitar jueces...".

¿En la calle Piedras 1743 (CABA) por estos días?
 

(Clarín y San Huberto. Acá) 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Añejo discurso (Viejas cacerolas usadas II)

"Llego a esta capital desde una tierra clásica de la República Argentina que acaba de honrar sus blasones hidalgos en una épica página de heroísmo y de muerte para decir una vez más que sin libertad y sin honor, la vida no merece vivirse. El dictador que nos ha precedido en el gobierno, tenía evidentemente un concepto contrario y pensó que con ventajas materiales -dádivas y sobornos- iría poco a poco, incorporando el virus de su resentimiento hasta que la cosecha del odio patricida así engendrado, produjese como fruto natural, el exterminio de sus opositores. Parece mentira que en una tierra donde la vocación de libertad grabó tan honda huella, alguien pensara que pudiese seguir el camino opuesto y llamar a eso un sistema de gobierno, una tercera posición. Por mi parte tuve la fe en mi pueblo y estuve siempre convencido de que apenas hiciese un alto el frenesí de la propaganda y detuviese, aún ppor el mismo espacio de tiempo el aparato de la reacción, siniestra y mortífera, la libertad se volvería a mostrar con la auténtica calidad con que brilla en la historia.

Y las virutdes morales, sofocadas pero no muertas, volverían otra vez a dar la señal de sí mismas en todo el territorio nacional. El problema consistía en crear un foco de fuerzas que resistiese, aunque no fuera más de dos o tres días, la opresión del tirano, para dar lugar a que el brote del impulso heroico echase raíces en el corazón del pueblo y alcanzase a influir en un mayor número. La acumulación de fuerzas en la Capital Federal haría que fuese muy difícil dar en ella el golpe inicial.

Era necesario, pues, hacerlo en el interior pero con la ayuda de la flota y fueron elegidas Córdoba, Cuyo y las provincias del litoral, en primer término por la decisión de sacrificarse hsta la muerte, tomadas sin vacilación por gran parte de los oficiales jóvenes. Córdoba dio particularmente un emotivo ejemplo por medio de las escuelas de Artillería y de Paracaidistas, Liceo Militar General Paz y las diversas unidades que integran el conjunto de su guarnición aérea.

Durante mucho tiempo me asombró la maravillosa resistencia y espíritu de sacrificio expuesto por la juventud a la opresión, a los vejámenes y torturas de la tiranía.

Tenía Córdoba además, aparte de la situación central, los aviones, los reductos de toda clase y la convicción de que en la vieja ciudad mediterránea existían imponderables de inteligencia y voluntad que, llegado el caso, tendrían una decisiva y favorable gravitación. Y por eso fue allí donde se hizo el esfuerzo  principal.

Llevado por las circunstancias a un comando general, que no había buscado, acepté el holocausto de la juventud de Córdoba, y a una hora vino ese golpe con toda la audacia y violencia necesarias para que no se nos pudiese calificar de imprudentes, con una profunda fe en esos imponderables que deciden el curso de la historia y la muestar como el fruto no solo de la libertad de un hombre, sion tambien de la providencia de Dios. Lo demás ya lo sabe el pueblo de mi Patria. Córdoba se convirtió en un brillante faro en la noche de la tiranía y la Argentina dio al mundo el primer ejemplo de derrocar un gobierno absolutamente totalitario armado de todas las armas de la propaganda y la fuerza, secundado por una porción engañada, pero ponderable de la población, no por una guerra extranjera, sino por el amor a la libertad, el culto al honor y el sacrificio de todos.

Conciudadanos: Yo tengo la convicción de que aún siendo muy pequeños, hemos hecho una gran acción y ello muestra el designio de Dios de prestarnos especial ayuda.

Lo que haya de  resultar de ella lo dirá la obra de nuestro gobierno y la conducta del pueblo en este período memorable que ahora se inicia. Yo sé que siempre obraré con la recta intención porque así me lo dicta mi conciencia, y amo demasiado a mi hermosa Argentina para que pudiera actuar de otra manera.

pero puedo equivocarme en uno o en muchos aspectos esenciales. Aun en ese caso mi fe en mi pueblo y mi confianza en Dios me aseguran que hallaremos el camino y que, poco a poco, conun gradual proceso de adaptación, iremos perfilando la grandiosa conjunción que tanto necesita nuestra patria y todos los pueblos y que, a diferencia del Justicialismo, que sólo era una torpe caricatura de la justicia, será una combinación armoniosa de justicia y de amor al prójimo, a todos los prójimos, pero sin falla de erigir una construcción sólida exclusivamente por el imperativo de la justicia: la caridad es también función social indispensable.

El programa de mi acción provisional -que no tendrá más duración que la impuesta por las circunstancias- puedo resumirlo en dos palabras: imperio del derecho. Si las leyes existen y son justas, el camino está marcado y poco cuesta seguirlo. Si son injustas, las enmendaremos en la medida requerida por esos dos polos de la acción magna. Y si los problemas son complejos y difíciles -cuando la acción del estadista requiere algo de inspiración del poeta o del artista- llamaremos a los hombres de talento, de rectitud notoria,para que suplan con la luz que la Providencia les ha dado, las medianías de este modesto soldado que nunca soñó con erigirse gobernante ni estadista.

En materia económica, mi deseo sería poner término a la inflación por una disminución de la democracia a lo que sea relmente necesario. Los caudales públicos son producto del trabajo y no es justo erigir con ellos una casta parasitaria y ociosa que se beneficie injustamente y ante la labor de los demás. En concordancia con lo dicho, impondré mesura en los gastos públicos para reducir a lo que sea indispensable. La moneda -como símbolo de la riqueza e instrumento de cambio- debe merecer a los gobiernos el máximo respeto.

Una de las mejores formas de la injusticia es desvalorizar los frutos del ahorro y crean un ambiente de inseguridad general. Se me ha preguntado si mi gobierno respetará los pactos preexistentes. La pregunta es ociosa - pues mi declaración de que la síntesis  de mi programa de gobierno es el imperio del derecho, el respeto a la palabra empeñada y el cumplimiento de lo que se promete a los demás es parte aquí esencial del orden jurídico. La reserva acerca de la validez de los pactos contempla solamente la posibilidad de que alrededor de tales convenios existan maniobras dudosas que puedan viciarlos desde el punto de vista del consentimiento o del interés público.

Refiriéndome, en particular al problema del petróleo, entiendo que por voluntad expresa de algunos de los participantes no hay allí un proceso concluido: aprovecharé esa circunstancia para concluir una tamitación que según tantas opiniones respetables, incluso el extranjero, no nos beneficia. Haré lo necesario para conseguir los elementos técnicos necesarios para perforar por nuestra cuenta. Puede que ello implique una pequeña demora, pero llo es preferible a crear condiciones peligrosas que puedan, incluso, trascender al campo político.

En el orden cultural nuestra Patria ha estado sometida a un proceso de extremada violencia que afecta la conciencia religiosa de los habitantes. Para los que han seguido mi actuación desde que me hice cargo del gobierno no precisaría agregar nada más. Será mi preocupación constante mantener inalterable el respeto y la garantía de los derechos de la Iglesia y la conciencia religiosa de todos, sea cual fuera su credo. En lo que concierne a la Iglesia Católica, me sentiré muy feliz si la Providencia me deparase la oportunidad de poner fin a todos los malos entendidos mediante la concertación de un concordato. No tendré por qué cargar indefinidamente con la consecuencia de viejos errores, definitivamente superados por los hechos y las ideas del presente.

La educción es uno de los problemas esenciales porque en aquella está involucrada la formación de nuestra juventud y el futuro de la Patria. as en el texto de las leyes, buscaré la solución natural en el jerárquico llamado a los hombres de elevada cultura o la experiencia o reciedumbre espiritual indispensable para darnos la solución de un problema que a todos se ocultó siempre y que ha sido bastardeado por el gobierno, después de un intento de convertir escuelas y universidades en instrumentos de propaganda política y de su afán de corromper conciencias para disponer de instrumentos dóciles.

Es mi propósito inquebrantable proscribir la política en los órganos de educación. Si así no lo hiciese, el pueblo tendrá derecho a reaccionar para librarse de esta tara. La autonomía universitaria debe ser la más amplia posible y cada Universidad conformará su propia fisonomía espiritual, sin ingerencia del poder central. La libertad de cátedra es sagrada dentro de los principios esenciales que definen el orden nacional. Y cuando más se marquen y acentúen las diferencias regionales, mayhor será mi regocijo, porque podré pensar que las provincias son como otras tantas facetas del alma nacional, y que todos concurren desde los más diferentes ángulos a consolidar el espíritu de independencia y la altivez que nos debe caracterizar.

Los derechos de reunión, asociación y prensa serán restablecidos en seguida. Nada sería para mí más triste que el espectáculo de una prensa uniformada en la adulación de mi gobierno. Nadie será molestado porque me critique. Muy al contrario, siempre hallaré en la crítica, aun en aquella que muestre la violencia de ciertos temperamentos una garantía de acierto o de rectificación de los errores. Pueden tener la seguridad los que sientan vocación de luchar por el bien común, desde la prensa periódica, que en ningún país del mundo ella gozará de más auténtica libertad. Ya he dicho en Córdoba que los sindicatos serán libres y las legítimas conquistas de los trabajadores seran mantenidas y superadas.

Tanto como la de mis compañeros, deseo la colaboración de los obreros y me atrevo a pedirles que accedan a mí con la mismo confianza que lo hacían con el gobierno anterior. Buscarán en vano al demagogo, pero tengan la seguridad de que siempre encontrarán un padre o un hermano.

La libertad sindical indispensable a mi juicio para la dignidad del trabajador, en ningún modo significará la destrucción de los instrumentos de derecho público labrados, necesarios para el ordenamiento profesional. A mis hermanos de armas les reservo la mayor suma de esfuerzos y sacrificios para restaurar los prestigios de las Fuerzas Armadas. Ello se conseguirá -como ya lo he dicho- si cumplen con modestia y decoro la función de tutelar las leyes. El que tenga vocación de enriquecerse que se aleje cuanto antes de nuestras filas.

Misión es la del soldado luchar siempre, en la paz y en la guerra, para la reparación del orden. Su premio no es el dinero sino el engrandecimiento de su pueblo y el orgullo de su honor intacto. Con la doble responsabilidad de la lucha armada y la del gobierno.

Estas palabras pueden no expresar minuciosamente todo mi pensamiento político ono guardar un orden adecuado. No me preocupo por ello. El pueblo debe aprender a gustar en mis actos más que en mis palabras; el testimonio de que estoy exclusivamente a su servicio con toda mi vida y con todas las fuerzas de mi alma. Nada más, señores."

Eduardo Lonardi
 de división
General de la Fusiladora
Buenos Aires 23/09/1955
En "Medio siglo de proclamas militares"
 

Viejas cacerolas usadas

"Este es un libro elemental, pero espero que útil.

En el último medio siglo seis golpes militares depusieron a mandatarios electos, y doce generales ocuparon la presidencia por decisión de sus camaradas de armas, sin contar los muchos intentos fallidos de conquista del poder por la fuerza, los relevos más o menos pacíficos entre dómines castrenses, ni la consagración en comicios de gobernantes militares. Cada vez, la insurgencia se justificó con una proclama, que incluyó el diagnóstico de los males intolerables que aquejaban al organismo social y el remedio propuesto para su restablecimiento.

Es asombroso que en estas condiciones en que la ruptura del orden institucional ha sido la regla y no la excepción tanto los jóvenes que quieren conocer la historia moderna como los estudiosos del país y del exterior carezcan de una recopilación de esos textos.

Mi propósito es subsanar tan llamativo déficit, agrupando cronológicamente estos frutos del árbol prohibido que han alimentado nuestra vida política. Provienen de libros, diarios, revistas y archivos personales.

Medio siglo de proclamas militares fueron bastantes para que el país prefiriera un mal gobierno civil, y también son suficientes para detectar las invariables del discurso castrense, por encima de los alineamientos de cada época. Ahora que Uriburu y Lonardi son polvo, Rawson y Ramírez sombras huidizas, Onganía un mal recuerdo y Videla & Cía declinan en prisión, repasar las arengas de sus días de esplendor es un ejercicio provechoso. Más allá de las diferencias de cada momento y el golpe que le correspondió, hay una identidad profunda que define el pensamiento militar. Conocerlo es un paso necesario para cualquier propuesta de modificación.

Esto no quiere decir que todos los temas se repitan de golpe en golpe, ni que hayan faltado diferencias entre unos y otros. Pero esa diversidad es más conocida que la recurrencia de valores y obsesiones. Escuchar lo que la gente dice no suple el análisis de lo que hace, pero brinda indicios apreciables sobre la forma en que se ve a sí misma. Sirve para conocer sus propósitos, y cotejarlos con los resultados de su aplicación.

Existen otros documentos en los que la cosmovisión castrense se expresa con mayor despliegue. Pero en las proclama, y en algunos documentos inmediatos previos o posteriores a la toma del poder, decanta una esencia conceptual realzada por el dramatismo implícito en una transferencia violenta del mando político. Este es un análisis de los textos de las aproclamas y no de los procesos históricos en que se produjeron.

A principios de la década del 40 ungeneral y dos coroneles intentaron sin fortuna tomar el poder. Fueron ellos Benjamín Menéndez, Eduardo Lonardi y Fortunato Giovannoni. Sus nombres reaparecerán en alzamientos contra Perón de la década del 50 los primeros, y contra Frondizi el último.

Esta es una constante de la política militar: los conspiradores de hoy serán los conspiradores de mañana. Cuarenta años antes de expulsar a Yrigoyen, Uriburu fue subteniente del Parque. Perón con muchos de sus camaradas del GOU ya habían intervenido en el golpe del 30. Los oficiales que acompañaron a Menéndez en 1951 protagonizarán todos los golpes del cuarto de siglo siguiente. Lanusse participó en el derrocamiento de Lonardi dieciséis años antes de abrirse paso a los empujones hacia la presidencia. Camps leyó la proclama contra Illía en el 66, diez años antes de asumir el feudo policial de la provincia de Buenos Aires. Los golpistas no son muchos, sino los mismos. Su comportamiento es fácilmente previsible, y de ello se desprende la importancia política de pases, retiros y ascensos. hacer general y entregar poder armado sobre una provincia o diez a un torturador, un quemador de libros o un enemigo confeso de la democracia representativa es suicida.

La recopilación de más de cuarenta documentos de la pluma castrense incluye algunos textos atípicos: la antiproclama de Aramburu en 1962, cuando dirigió la operación de reemplazo del presidente Frondizi por el senador Guido, el documento del general Labanca en mayo de 1971 preparatorio del movimiento que abortó en octubre en Azul y Olavarría, el memorandum del teniente coronel Rico a su comandante de Brigada dos meses antes de pintarse la cara en Campo de Mayo.

Si acordamos en que ningún movimiento militar triunfó sin un previo consenso social debemos concluir que los textos que aquí se reproducen incluyen visiones del país y sus problemas originadas en el universo castrense pero que en algún momento gozaron de aceptación  en la clase política y la sociedad civil. Si su enumeración sirve para ponernos en guardia cada vez que algunos de estos mecanismos intelectuales tienda a activarse, el objeto de este libro estará cumplido".

Horacio Verbitsky
En "Medio siglo de proclamas militares"
Colección "presente" - Editora/12
Buenos Aires, marzo de 1988

miércoles, 26 de septiembre de 2012

No comments


El viento los amontona. 
Ayer frente a los tribunales de Retiro en Buenos Aires
Hoy en la tapa del ¿diario? La Nazión

domingo, 23 de septiembre de 2012

Oliverias verdades

No creen.
No creen en nada
más que en el moco hervido,
el ideal,
chirriante,
de las aplanadoras,
en las agrias arcadas
que atormentan el éter,
en todas las mentiras
que engendran las matrices de plomo derretido,
el papel embobado
y en bobina.

Oliverio Girondo
Hay que compadecerlos
En Persuasión de los días (1942)

Decí alpiste


jueves, 20 de septiembre de 2012

Nicho Ruiz Guiñazú


Diplomático y canciller en la década infame 

(entre Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón)

Se ve que por la falta de espacio dejó afuera el dato

Abajo de la necrológica aparecida en el ¿diario? La Nazión el pasado martes 18 de septiembre se lee la firma del que la hizo: Antonio Capellano. 

Escribió la historia de Morón (al noroeste en el conurbano bonaerense) con la colaboración de Raquel de Monasterio de Fresco, la viuda del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Manuel A. Fresco. 

Sobre Fresco podés leer en wikipedia (o preguntarle a tu abuelito/a): "Se destacó por una particular simpatía por el fascismo, que no había logrado arraigo en la Argentina de su época".

domingo, 16 de septiembre de 2012

Cada vez peor


Esta tapa bien podría llamarse
"No se me cae una idea"
 ¡Qué vachache! Del ridículo no se vuelve...


Pd: Noticias sale 20 pesos (un kilo de yerba, tres paquetes de fideos, medio kilo de carne, dos cervezas, tres litros de yogurth bebible...) Vos ve.

Destrezas


Conozco otros animales que escriben

martes, 11 de septiembre de 2012

Qué buena pregunta


Hoy en el ¿diario? La Nación aparece publicada en la página 11 de su cuerpo central esta solicitada que firma José Manuel de la Sota.
Ahí quien está al frente del ejecutivo cordobés se pregunta:
 
Pero un gobernador que no defiende a quienes representa, ¿para qué sirve? 
 
¡Qué buena pregunta para que conteste él mismo!

Como pedían en una  fm cordobesa tiempo atrás
 
"¡Maniféstate Demonio!"

jueves, 6 de septiembre de 2012

2+2 (La felicidad de la gente III)

Ibope nunca ha sido santo de mi devoción. (Para ser sinceros los santos no son de mi devoción). En comunicación 2 más 2 casi nunca es 4. Pero hay cosas que indignan a la peor lobotomía.

De lo que surge publicado por el Diario Popular, el pasado 2 de septiembre, La voz Argentina superó por menos de un punto a Colón (hasta entonces puntero) y River

El programa del actual empleado del grupo monopólico con fecha de vencimiento Clarín y vaciador del diario Crítica, Jorge Lanata, casi tendría la misma cantidad de televidentes que River. (Giorgio, urgente, armate un equipo de fútbol).

Boca (según promocionan la mitad más uno) y Rafaela  tuvo de rating la mitad pero de los televidentes que miraron River. 

Y si algo hacía falta para colapsar la capacidad de entendimiento más esmerada, por América tv, Godoy Cruz-Independiente -último de todo y con DT nuevo- estuvo solo dos puntos por debajo del rating de Boca.

Todo esto sin tener en cuenta la cantidad de canales por los que se emite el Fútbol Para Todos. Porque los canales son muchos pero la construcción comunicacional es la misma que genera La Televisión Pública de Argentina. Una vez más Ibope (como tantos otros) no está midiendo bien la felicidad de la gente.

Confundir una lombriz con una boa podría llegar a entenderse como una dificultad óptica. Un elefante con un mosquito no.   

lunes, 11 de junio de 2012

Demasiado odio



Hace 12 años que soy cronista en la radio pública y me ha tocado cubrir hechos que van desde la caída de De la Rúa con los saqueos a supermercados, cacerolazos –consecuencia de la deriva en la que estaba el país– y la jornada del 20 de diciembre en donde mataron a Gastón Riva a escasos 20 metros de donde yo estaba.

También realicé coberturas de marchas de trabajadores, piquetes de desocupados y el día que mataron a Kosteki y Santillán por citar algunos de los tantos hechos que tuve la ocasión de ver en forma directa.

Sin embargo, nunca tuve problemas ni temor de relatar en vivo lo que estaba sucediendo en tiempo real.
Algo distinto sucedió el jueves. Si bien me encontraba una vez más en una manifestación en Plaza de Mayo, el clima era distinto. Se podían oler perfumes caros, muy distintos al olor a pueblo que emanaba en las protestas anteriores. 

Pero lo curioso no era sólo eso, era que el odio y la violencia que no había experimentado en las clases postergadas, se expresaba a viva voz, y hasta con orgullo, de parte de los sectores más acomodados. 

Las cacerolas sonaban tratando de emular una tragedia que no existía y que se limitaba a cuestiones personales vinculadas a la manera en la que esas señoras y señores de clase media y media alta decidían ahorrar. En definitiva, era la compra de dólares, y no los recortes de salarios, ni de jubilaciones, ni los corralitos, lo que despertaba tanta desesperación.

Por eso, su único pedido era “Que se vayan los K”, y era imposible arrancar un argumento, una fundamentación, un deseo más profundo que el de destituir al gobierno.

Ahí sí, no había diálogo posible, porque los que querían “protestar” no tenían mucho para decir.

Lo más paradójico era que hacía pocos meses, el gobierno había sido elegido con uno de los porcentajes de adhesión más altos de la historia y que, no sólo su rumbo no había variado sino que había continuado con el mismo fin: ese bien común que parecía que a muchos había ilusionado.

Pero no, ahí, en la plaza, estaban los que no querían pensar en lo general, sino en lo particular.

miércoles, 6 de junio de 2012

Las manos en la masa

Dos de los profetas del odio que organizan cacerolazos, protestas y golpean trabajadores de prensa.







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