El Grupo Macri crea Pago Fácil en 1994. Por entonces abre su primer local en San Isidro a media
cuadra de la estación de trenes. La primera factura que cobra es de
Telecom. Al momento de su fundación, el
25% de Pago Fácil era de capitales norteamericanos.
En el año 1997 el entonces
presidente Carlos Menem privatiza el Correo Argentino. Se hacen cargo FrancoMacri y su hijo Mauricio. A partir de allí se produce el crecimiento exponencial de Pago Fácil.
Seis años después, en 2003,
Néstor Kirchner reestatiza el servicio postal. Por entonces el Correo Argentino se
había presentado en concurso preventivo. Pero Pago Fácil ya estaba instalado como centro recaudador de capitales de cobro de servicios. El otro es Rapipago del Citibank.
¿Qué pasó en todo ese tiempo?
Los Macri ganaron la licitación
prometiendo el canon mensual más alto de todas las empresas que se presentaron.
Sabían que no lo iban a pagar.
¿Y para qué querían los Macri el
Correo?
Fundamentalmente para dos cosas:
Para perder Cartas Documento y para hacer crecer a costo cero la operatoria de
Pago Fácil. Una sucursal del Correo, una sucursal de Pago Fácil. Crecimiento
exponencial. Costo cero para ellos.
Las Cartas Documentos son un
documento postal que utiliza al encargado de su traslado y entrega como testigo
de la existencia de un reclamo.
Suelen utilizarse como prueba en
los reclamos por conflictos entre de personas y/o empresas en el ámbito de los
tribunales de Justicia.
Previo a su privatización en 1997
y tras su reestatización en 2003, las Cartas Documento debían presentarse en un
formulario por triplicado y con cada uno de los formularios del triplicado con
un numerado similar impreso. El formulario tenía un sentido claro. Uno de los
formularios, el original, era enviado al destinatario. Otro quedaba en poder
del remitente. Y el tercero era resguardado por el Correo. El número impreso en
cada una de las copias permitía certificar que el original y las dos copias
eran parte de un mismo corpus. Cada uno de los ejemplares tenía un color
distinto. Una blanca, otra amarilla y otra rosa. No había forma de confundir
cuál era cuál. Y que las tres eran parte de una misma.
Dos cambios introdujeron los
Macri en las Cartas Documento durante su gestión al frente del Correo. Dos
cambios estrictamente necesarios para desvirtuar el carácter documentario de
esas Cartas. Le quitaron los colores. Y le quitaron la numeración. Así las
Cartas Documento siguieron siendo enviadas por triplicado. Pero ya no tenían
más un color identificatorio. Era igual el original que la copia y el resguardo. Y ninguna de las tres tenía
en común el número impreso. Con lo cual era posible introducir una carta
apócrifa con absoluta facilidad.
Sin una identificación que
mínimamente institucionalizara el carácter documentario de la carta y sin una
numeración que permitiera identificarla para facilitar su búsqueda ¿qué sentido
tenía reclamar su carácter de prueba ante un tribunal en medio de un litigio?
El Correo Argentino tiene
cobertura en todo el país. Solo en una dimensión comparable con la cobertura de
las sucursales del Banco Nación. Con el acceso a semejante cantidad de locales a costo cero para sumarlos a una cadena
de recaudación on line y sin hacerse cargo del cánon correspondiente, no existía competencia posible.
Para cuando la licencia del
Correo se presentó en quiebra y Néstor Kirchner reestatizó la prestación, la
cadena de recaudación ya se había expandido y consolidado.
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