Apareció el pasado 18. Pero es lo mismo. Pudo ser cualquier otro día. Es parte de la tapa de La Nación. Habla de un embotellamiento gigante en la ciudad de Buenos Aires por un paro en los subterráneos.
Preste atención. En ninguna parte menciona a Mauricio Macri, Intendente de la ciudad y encargado de la administración de los subtes. En ninguna parte menciona a la familia Roggio, dueña de Metrovías, la empresa que los gestiona. Dice:
"Para tomar algunos colectivos hubo que hacer hasta dos horas de cola. Conseguir un taxi resultó una quimera. Encontrar una calle con circulación fluida, casi un milagro. Hasta las bicicletas del sistema de bicing se agotaron. Así entre malhumor y bronca, los porteños soportaron el segundo día de paro en los subtes. Los gremialistas, no contentos con lo logrado, amenazaron con otra medida de fuerza, de tres días, para la semana próxima. Como si fuera poco, un piquete de cartoneros impidió que se recogiera la basura".
El ¿desarrollo? de la noticia continúa en las páginas 14 y 15 del cuerpo central del diario. No da ganas de seguir leyendo.
El 4 de enero de 1870 el historiador ficcional Bartolomé Mitre fundó el diario que desde entonces se pretende monopolio de la historia. En ese número 1, Bartolo -el viejo- sentenció que "La Nación será una tribuna de doctrina". Tal cual. Eso es esta noticia publicada en su tapa el pasado 18.
Como diría el papá de Ricardito A., un Inadi a la derecha, por favor.
