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lunes, 24 de agosto de 2015

La construcción silenciadora en el rating

Si el rating es el parametro indiscutible del éxito o del fracaso de un programa ¿por qué no se destacan como éxitosos los números de la Cadena y del Fútbol para Todos?

Los medios se contradicen cuando publican el rating pero silencian los números de audiencia de la Cadena Nacional y el Fútbol para Todos. Son los mismos medios que instalan que el rating es único e indiscutible parámetro de legitimidad televisiva.

Esta contradicción puede verse en las ediciones de El Plata de los días 28, 29 y 31 de junio de 2015, que incluye entre los seis más vistos a los partidos de Fútbol para Todos pero los omite cuando muestra imágenes de los resultados:
 


El 28/7/15 Belgrano-Boca 
(una producción de Fútbol para Todos) 
fue el programa más visto del día con 16,8 puntos de rating. 
 Sin embargo, las imágenes ilustran el segundo, tercero y cuarto lugar. 

Pero, el 29/7/15 
(ese día no hubo partidos 
de FpT ni Cadena) 
las imágenes ilustraron el primero, segundo y tercero.

El 31/7/15  River vs. Tigres 
fue final de la copa Libertadores,
con transmisión de Fútbol para todos,
fue el tercer programa más visto del día 
y
Boca vs. Banfield,
también con transmisión de Fútbol para Todos,
fue el cuarto programa más visto del día.
Sin embargo, las imágenes ilustraron 
el primero, segundo y sexto.

*****************

¿Cuál es el sentido de que los medios le informen a sus públicos sobre la cantidad de personas que ven determinados programas?

Desde la hegemonía comunicativa se instala la idea de que el Rating es una herramienta de medición cuando, en realidad, es un mecanismo de construcción de sentido utilizado como herramienta.


En efecto:

El rating no es una herramienta de los medios para justificar precios de pautas.

El rating no es una herramienta de los anunciantes para elegir el espacio donde más les conviene pautar una emisión.

El rating no es una herramienta de los programadores para pautar las grillas de los envíos.

Sino que,

El rating es el mecanismo mediante el cual la construcción hegemónica de sentido justifica la red de dominación simbólica que impone desde canales de televisión y emisoras de radio.

Que, además, sirve para que los medios justifiquen los precios de pautas, los anunciantes elijan el espacio donde más les convenga pautar una emisión y los programadores pauten las grillas de los envíos. 

 Así,

La construcción es: 
Nadie mira la Televisión Pública
Nadie mira la Cadena Nacional
Nadie mira los partidos del Fútbol para Todos

Pero:
Cuando mide el Fútbol para Todos o cuando la Cadena Nacional está entre los tres programas más vistos del día,
La construcción ignora el dato y no lo muestra.

No dice, por ejemplo, que el Fútbol para Todos mide más por la Tv Pública que por Canal 9, América Tv, e incluso que las emisiones del Fútbol para Todos por Telefé.

No dice tampoco que, los partidos de la Copa Libertadores televisados por la Tv Pública miden el triple de puntos de rating que esos mismo partidos televisados por Fox Sports.

Y esta construcción silenciadora abarca a todos los medios: a los medios insignia de la comunicación hegemónica, a los medios satélites, a los medios periféricos y también a los medios afines con el proyecto comunicacional del gobierno nacional. 

Incluso a los medios de comunicación estatales, ninguno de los cuales resalta los importantes números de rating alcanzados por la Cadena Nacional y el Fútbol para Todos como un triunfo de la comunicación propia.

¿Siguen convencidos de que lo que no se nombra no existe?



viernes, 10 de julio de 2015

domingo, 5 de julio de 2015

Gol en contra

Con la mira puesta en impedir la realización del mundial de fútbol Rusia 2018, Estados Unidos denunció a dirigentes de la FIFA por tráfico de influencias, coimas y corrupción. 

Acusó a dirigentes de la patronal mundial del fútbol de vender sus votos en distintas elecciones de sedes mundialistas y dijo que se pagaron coimas para conseguir derechos de televisación de mundiales. 

Políticos y periodistas se mostraron asombrados y repudiaron el accionar de la FIFA y apoyaron la denuncia de los Estados Unidos.

En Argentina, sin embargo, no hicieron lo mismo con el lanzamiento de la candidatura de Marcelo Hugo Tinelli para presidente de la AFA.

Tinelli ya intentó quedar a cargo del manejo de la operatoria del Fútbol para Todos a comienzos de 2014. Entonces fracasó.

El 11 de mayo comenzó una nueva temporada de Bailando por un sueño por Canal 13. Del primer programa participaron tres de los candidatos a la presidencia de la Nación para las PASO de agosto próximo: Daniel Osvaldo Scioli, Mauricio Macri y Sergio Tomás Massa. Dos de ellos -Macri y Massa- manifestaron su intención de privatizar el Fútbol para Todos. Con Tinelli al frente de la AFA no les sería necesario.

La presidencia de la AFA es el espacio clave desde el cual discutir y participar de la pauta publicitaria y de los contenidos de Fútbol Para Todos y (al mismo tiempo) manejar el porcentaje y el reparto del dinero que los clubes argentinos reciban como contraprestación por la televisación de sus partidos por torneos de la AFA. Por eso, en ese sillón se quiere instalar Marcelo Hugo Tinelli.

Cuando en 2014 fracasó en su intentó de meterse por la ventana del Fútbol para Todos para manejar la pauta publicitaria y gerenciar la construcción de contenidos Tinelli sostenía que su interés en gerenciar FpT tenía que ver con aportarle calidad de imagen premium y relato profesional. Su mirada del país y del mundo estaban contrapuestas con las del gobierno nacional. 

No pasará lo mismo con ninguno de los tres presidenciables que fueron a su primer programa del 2015 por canal 13. Comparte con Scioli, Macri y Massa una misma cosmovisión. En esos términos, con Tinelli al frente del gerenciamiento del Fútbol Para Todos nadie desde los poderes hegemónicos sentirá la necesidad de reclamar su privatización. 

Sentado en el sillón presidencial de la calle Viamonte, Marcelo Tinelli será quien digite los destinos de Fútbol para Todos y quien recaude y reparta los dineros que el Estado Nacional le pague a la AFA por la televisación de los partidos. 

Un negocio redondo. Como una pelota de fútbol.

sábado, 6 de junio de 2015

Prestidigitadores

Giorgio Lanata volvió a la televisión el domingo pasado. Lo hizo con su programa habitual Periodismo Para Todos por el canal 13.

IBOPE dice que el programa de Lanata midió 19 puntos de rating.


Los puntos de rating son cantidades de personas que miran programas de televisión. Los share son porcentajes de participación en la torta de encendido. Los puntos de rating y el share no tiene ninguna relación. Así:un programa puede tener muchos puntos de rating y un share relativamente bajo. Al tiempo que un programa con pocos puntos puede capitalizar un share alto en un momento de bajo encendido de televisores.

Para que un programa aumente sus puntos de rating deben suceder alguna de estas dos cosas:

Debe quitarle 
televidentes a otro programa 
y/o
Debe aumentar 
el nivel de encendido de aparatos de televisión.

Si ninguna de estas dos cosas sucede pero, de todos modos, el programa en cuestión aumenta sus puntos de rating estamos frente a una operación de construcción de sentido a cargo de una medidora de audiencia.

IBOPE y SIFEMA sostienen diferencias de medición entre los distintos programas. Pero coinciden -puntos más, puntos menos- en la medición de los puntos de rating de encendido televisivo.

Mayo de 2015 tuvo cinco domingos. El 3, el 10, el 17, el 24 y el 31.

(Gráfico: Malditos Peronistas)
Si IBOPE no hubiese fabricado ese plus de audiencia no hubiera podido hacer medir 19 puntos de rating al programa de Lanata.

Periodismo para Todos no sumó audiencia quitándole puntos a otros programas de su mismo horario. Ya que, con respecto a sus números del domingo 24 de mayo, el día del debut del programa de Lanata: 

Escape perfecto perdió 0,8 puntos de rating
Bajada de línea 0,9
La cornisa 2,1 
El show del fútbol 1,1

Pero

Gran Hermano sumó 2 puntos de rating
y el partido de Fútbol para Todos sumó 16,8

Entonces ¿Cómo hizo Ibope para que Periodismo para Todos sumara 19 puntos de rating?

Para que el programa de Lanata pudiese medir 19 puntos de rating, IBOPE tuvo que agregar esos 20,2 puntos. Esto es: IBOPE agregó 1.515.000 personas frente a los aparatos a los que verdaderamente estaban mirando tele. Esa es la diferencia entre los puntos de encendido que dice haber medido IBOPE (51,4) y los que midió SIFEMA (31,2).


Según IBOPE, el programa que precedió a Periodismo para Todos (Las mil y una noches, lo mejor) midió 9,5 puntos de rating y el programa que comenzó a su finalización (Resto del mundo) midió 6,6 puntos. 

Esto quiere decir que para Ibope, Lanata tomó la pantalla del 13 con 712.500 televidentes, los transformó en 1.425.000 y cuando su programa terminó solo se quedaron a ver el que seguía 495.000. 

Mientras que SIFEMA sostiene que Periodismo para Todos midió 13,8 puntos de rating. Esto es, lo vieron: 1.035.000 personas.
Si no hubiese fabricado ese plus de audiencia, IBOPE no hubiera podido hacer medir 19 puntos de rating al programa de Lanata. Es claro que Periodismo para Todos no midió los 19 puntos que afirma IBOPE. Y sí es razonable el cálculo de 13 o 14 puntos de rating que midió SIFEMA. Es decir, el programa de Lanata no fue el primero de audiencia del último domingo de mayo, sino el tercero. Estuvo por detrás de los dos partidos de Fútbol Para Todos transmitidos por la Televisión Pública.

La construcción de la audiencia de Lanata es la contracara de la construcción de silenciamiento de audiencia de la Cadena Nacional. Los mismos motivos por los que se amplifica el programa de canal 13 y se ensordina a la Cadena Nacional son los mismos.

Sesenta años después los silenciadores siguen ahí. Nosotros también.

jueves, 21 de mayo de 2015

1.365.000 personas


El tercer programa más visto 
del 19 de mayo de 2015
(se emitió entre las 13:15 y las 13:30)

¿Cuánto mediría cualquiera de 
los otros tres programas 
si se emitieran cualquier día, 
siempre en un horario diferente y
sin ningún tipo de promoción?

sábado, 16 de mayo de 2015

No sabe/no contesta

Porque no hay peor sordo 
que el que no quiere oír
 


repite la pregunta

Rating y dominación simbólica

Ahora veremos la diferencia, lo nuevo. Entre 1999 y 2002, el proceso revolucionario sólo contaba con un canal televisivo nacional de bajísimo rating (Venezolana de Televisión-Canal 8), con la Radio Nacional de Venezuela (RNV) y la emisora AM YVKE Mundial; las tres no sobrepasaban el 7% del mapa de la atención nacional en sus mejores momentos, según información del periodista argentino Tomás Eloy Martínez, que vivió exiliado en Caracas y realizó un estudio sobre los medios venezolanos para la organización académica CEDICE.

VTV, el canal del Estado, ni siquiera era del todo público, excepto por el financiamiento y el estatuto, pues estaba tomado por agrupaciones privadas de artistas que hacían negocios con el canal. El recuerdo que un venezolano promedio tiene de VTV es que era "aburrido", no que era público o estatal, aunque lo supiera. Aún así, su audiencia nunca pasó del 2,5% del rating nacional medido por la consultora MG Consulting. En buena medida, ese bajo nivel de inserción del canal del Estado fue una decisión económica privada de carácter monopólico, de los directorios del Grupo Cisneros (Venevisión) y de la ex Radio Caracas Televisión (RCTV), para controlar el mercado de consumo, el lucrativo royaltie de artistas y el mercado de la publicidad internacional y nacional. La cuenta era simple, si el canal estatal se veía mucho, ellos vendían menos.

El grado de opacamiento de VTV a favor de Venevisión y RCTV fue correspondiente al grado de control de estos monopolios privados sobre el espectro radioeléctrico, el aparato del Estado, los gobiernos, el régimen político y la economía venezolana. Los principales funcionarios (ministros, viceministros o el director de órgano regulador, CONATEL) eran postulados por las directivas de estos canales, y salvo diferencias transitorias o excepcionales (a comienzos de la década del 80), a esos funcionarios los "colocaban" el grupo Cisneros y el grupo Phels.

Este grado de concentración monopólica y la relación con el Estado, no sólo era beneficioso en términos de rentabilidad anual por el control de la publicidad oficial. También debe ser visto en las otras dimensiones necesarias a esa función capitalista: la reproducción del sistema del capital. Para lograrlo, ellos estructuran una red de dominación simbólica, como lo hicieron todos los modos de produccióny sus personificaciones desde que existen el Estado y la explotación orgánica del trabajo. Es decir, el capitalismo venezolano, apenas la expresión nacional de un sistema mundial de explotación y de Estados, no se habría consolidado en tan poco tiempo, sin la imposición de este sistema de reproducción simultánea de ideas, valores, mitos y creencias.

Aunque comenzó con el nacimiento mismo de la República en 1830, su fuerza de reproducción se potenció desde finales de la Segunda Guerra Mundial con el establecimiento de la televisión, en 1952. Así fue, en general, para el resto de América Latina, Asia y África. En Europa y  EEUU comenzó una década antes.

Algunas señales de este sistema de defensa y reproducción del capitalismo en Venezuela (y América Latina), en directa relación con la reproducción del imperialismo dominante (EEUU), las encontramos en estos datos de la Fundación Centro  Gumilla, una organización jesuítica que actuó en Venezuela desde la década de los 60:

En Venezuela la conquista cultural fue silenciosa pero intensa. Los siguientes datos estadísticos sobre el consumo cultural del venezolano en 1972, puede abrir luces de cómo actúa la alienación cultural imperial: En el año 1997, la película más vista en el cine fue 'El Mundo Perdido' (Jurassic Park II); las diez películas en el top ten de ese año fueron norteamericanas, y de los videos más alquilados de ese año, las 20 películas más vistas eran norteamericanas, teniendo como primer lugar 'Acoso Sexual'. La televisión dedicaba un 58,33% de las emisiones a programas de procedencia extranjera (EEUU) y un 41,67% a programas de factura nacional donde los dramáticos obtendrían un 18%, la información tendría un 12% (programas educativos y documentales no existían en la programación de ningún canal, salvo en VTV, el canal del Estado). En radio, la música más escuchada en el top ten, eran todas canciones norteamericanas, estando en el primer lugar las Spice Girls; y en el top ten latino Fernando y Florentino. El principal destino de los paseos de los caraqueños en 1997 era los centros comerciales (53%).

Además de los tres medios estatales mencionados, venidos a menos para esa fecha, existía alguna que otra emisora radial o revista en Caracas y en el interior, que apoyaban el proceso político que comenzaba a andar. Ninguno contaba con raíces sociales y audiencia masiva, ni podía calificarse como mass media, aunque fueran del espectro que los arropaba bajo esa oronda definición. Tampoco conformaban un sistema de medios ni siquiera limitado a tres, que ya serían suficientes para ser un sistema, como ocurre en algunos países nórdicos de Europa, por ejemplo Suecia, Holanda y Noruega. Además de la debilidad estructural de los tres medios y de señales débiles, no había conexión entre ellos, sus directores no planificaban nada en común, aún siendo del mismo Estado y su gobierno actual. YVKE, por ejemplo, se integró al MPPCI, recién en 2003.

Esta fragilidad comunicacional quedó retratada en una escena de la película La revolución no será transmitida,  donde el presidente venezolano exige a sus ministros, en medio de una reunión de Gabinete, acudir a los medios locales de provincias para informar de lo que hace el gobierno. Esa reunión es de octubre de 2001, casi tres años después de haber comenzado el proceso político en su forma gubernamental.

La ausencia de una sistema de medios propios al comienzo del régimen bolivariano en 1999, se explica, entre otras razones, por el carácter eruptivo del proceso bolivariano. Al no surgir de un movimiento político previo, madurado en años de organización y cultura política, y estar sólo basado en acontecimientos radicales como los que conmovieron al país ente el Caracazo y 1999 (o 2002), no se pudieron construir una o varias herramientas periodísticas como medios masivos propios. El proceso político venezolano se ha hecho revolucionario, pero poco orgánico, con pocas mediaciones de organizaciones de masa. Eso explica, en términos relativos, el peso sobredimensionado adquirido por el líder y la palabra del líder. Entre 1999 y 2002 no existió un medio arraigado en el pueblo pobre y los trabajadores. Esto comenzó a aparecer después de 2002, con cuatro medios: Aló Presidente, RNV, VTV y Aporrea.


En "Medios y Poder en Venezuela", Págs. 35/38
Colección El ojo en la lupa.
Eco Ediciones, Buenos Aires, 2010.

jueves, 14 de mayo de 2015

Rating Pinocho



Nunca habían llegado tan lejos. 

El mes arrancó su primera quincena con la promesa de tres River-Boca en 12 días: el domingo 3 por el Torneo Nacional de fútbol, y los jueves 7 y 14 por la Copa Libertadores. La Televisión Pública tansmitió los tres. 

El primero fue transmisión exclusiva a cargo de Fútbol para Todos. Midió 32,4 puntos de rating según Ibope y fue el programa más visto del primer domingo de mayo. Los otros dos partidos se vieron por la Televisión Pública y Fox Sports. Pero la transmisión original estuvo a cargo del canal de cable. Y la Televisión Pública tomó las imágenes de Fox y generó su propia emisión.

El día del primer River-Boca por la Copa Libertadores también hubo Cadena Nacional. Ese día el rating de la cadena nacional fue de 16,6 puntos. Por este blog te enteraste de que el sitio television.com.ar no suma las cadenas a la lista de sus programas más vistos y que después de que aquí lo pusiéramos en evidencia la sumaron a sus comentarios sobre lo destacado del día. Malditos Peronistas le preguntó en cinco oportunidades por qué no sumaban la cadena a su lista de programas más vistos. Jamás recibió respuesta.

Ese 7 de mayo, televisión.com.ar no puso, como es su costumbre, a la cadena nacional en su lista de Los más vistos. Sin embargo, en la sección Destacados publicó lo siguiente:


El fútbol en lo más alto
El partido de River vs. Boca (TV Pública, 21 hs.) alcanzó un rating de 24.1 puntos. Si bien bajó 8.3 puntos con respecto al superclásico del domingo, fue lo más visto del jueves.
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Perjudicados por el fútbol
Esperanza mía (El Trece, 21 hs.) promedió 9.6 puntos compitiendo con el superclásico y cosechó la medición más baja en lo que va de la ficción.
Las mil y una noches (El Trece, 22 hs.) midió 16.1 puntos. Si bien fue el segundo programa más visto del día, es el rating más bajo del ciclo del último mes.
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El rating de la cadena
La Cadena nacional (14 hs.), en la que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró un hospital en Chaco, marcó 13.3 puntos, sumando los cinco canales de aire.


Nunca había llegado tan lejos. 

Respecto del partido River-Boca, no dijeron que la transmisión original (de Fox Sports) solo midió 7,89 puntos de rating. Y que, como segunda transmisión de la original, la Televisión Pública midió 3 veces más que Fox: 24,1.
 
Y más aún. Para poder justificar la ubicación de Las mil y una noches (que midió 16,1 puntos de rating) como segundo programa más visto del día, tuvo que falsear sus propios números y afirmar que la cadena nacional había medido 13,3. Cuando en realidad sumó 16,6.


Ellos podían dejar, una vez más, afuera de Los más vistos a la cadena nacional que había sido el segundo programa más visto del día, atrás del River- Boca que había sumado 24,1. (Las mil y una noches, había sido como tercero con 16,1). Pero, lo que no podían decir en lo Destacado era que Las mil y una noches había sido el segundo más visto con 16,1 y, tres renglones más abajo, publicar que la cadena nacional había medido 16,6

Y como no podían modificar la realidad, modificaron los números.

Nada de eso fue un error. Y de eso no se vuelve.

lunes, 11 de mayo de 2015

Pájaro carpintero

La ausencia de las mediciones 
de la Cadena Nacional 
en la lista de los más vistos 
del sitio web television.com.ar
le generó una pregunta  a
a través de

Hizo la misma pregunta cinco veces:
 
Acá
 Amigos de @TelevisionComAr, ¿porqué no ponen la cadena en el cuadro de "los más vistos"? esta es del 30/1 

Acá

 Amigos de @TelevisionComAr, ¿porqué no ponen la cadena en el cuadro de "los más vistos"? esta es del 12/3

 Acá

 Amigos de @TelevisionComAr, ¿porqué no ponen la cadena en el cuadro de "los más vistos"? esta es del 26/3

Acá

 Amigos de @TelevisionComAr, ¿porqué no ponen la cadena en el cuadro de "los más vistos"? esta es del 7/4

Y acá

 Amigos de @TelevisionComAr, ¿porqué no ponen la cadena en el cuadro de "los más vistos"? esta es del 28/4

Cinco preguntas
Cero respuestas

La batalla por la construcción de sentido continúa

domingo, 10 de mayo de 2015

Y sin embargo se mueve

Los dos programas más vistos en la televisión argentina abierta son "Las mil y una noches" y la Cadena Nacional. Según la medidora de audiencia Ibope ambos programas rondan los 20 puntos de rating. Sin embargo, uno es motivo de promoción en las revistas. El otro de silencio mediático profundo ¿Por qué?

-I-
Los números han sido siempre utilizados por las oligarquías nacionales y los medios hegemónicos como justificadores de las diferentes políticas que ellos aplican sobre los pueblos, políticas que -sin excepción- perjudican a las mayorías populares. 

Así, por ejemplo, un determinado número de inflación es utilizado para validar una política recesiva. Un número de gasto público sirve para justificar una situación de ajuste presupuestario o un recorte de subsidios o una política de retiros voluntarios. 

Muchas veces se muestra un número desde una perspectiva favorable para esconder una discusión sobre un cambio de políticas. Un buen número de superávit comercial, puede servir para esconder una distribución injusta del ingreso.

Con los números del rating sucede lo mismo. Así, por ejemplo, un número de rating alto servirá para justificar la presencia en la grilla de un programa que los medios hegemónicos decidan instalar como importante o redireccionará una pauta publicitaria. Por el contrario, para descalificar un programa o minimizar su construcción de contenidos, renegociar un contrato o cambiarlo de horario se utilizará la justificación de que el programa no mide bien.

El problema aparece cuando el programa que -desde la construcción de los medios hegemónicos- se quiere desmerecer o desvalorizar, tiene importantes números de medición de audiencia. Frente a eso la política multimedial hegemónica es siempre la misma: esconder y silenciar.


 -II-
En una clara muestra de estar convencidos de que lo que no se nombra no existe, el golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional en 1955 prohibió primero al Partido Peronista mediante el decreto ley 3855/55. Y un año después a través del decreto ley 4161/56 prohibió hacer cualquier referencia a Perón o al Peronismo.

Y pese a que la dictadura duró menos de tres años (desde fines de 1955 a 1958) el silencio mediático respecto de los logros Perón y el Peronismo continuó a través de los años.

Desde el golpe de 1955, la construcción silenciadora se implementó desde la estructura del Estado y los medios hegemónicos contra ese hecho contracultural nacido en 1945.

Y esta misma construcción se repite desde entonces (inclusive durante los períodos 1973/1976 y 1989/1999) desde la derecha y los medios hegemónicos. Sin éxito.

Sin embargo, Perón volvió tras 18 años de exilio y el 23 de septiembre de 1973 accedió a la presidencia de la nación con el apoyo del casi 62% de los votos.

 -III-
Desde 2003 los medios hegemónicos y su medidora de audiencia se han empecinado en esconder los números favorables a las dos políticas comunicacionales más contundentes del Gobierno nacional: El Fútbol Para Todos y la Cadena Nacional.

Del Fútbol para Todos han intentado instalar: que es un gastadero innecesario de dineros públicos; que el Estado Nacional comete un error al ocuparse del las transmisiones de fútbol y que haría mejor en ocuparse de la educación, la salud y la seguridad; que los privados y la televisación rentada del fútbol es la opción correcta; y que el Gobierno nacional utiliza el FpT para pagar sueldos a propagandistas que fungen de relatores y para comunicar mentiras en los entretiempos de los partidos. Entre otras tantas construcciones de sentido.

Para disminuir el impacto de audiencia que genera Fútbol para Todos, miden los partidos que transmite FpT desagregando el total de audiencia y midiendo por separado la emisión del canal de aire de la del resto de las señales de cable que replican la transmisión del partido. Cuando en realidad un partido que es transmitido con un mismo equipo de relatos y comentarios, utilizando las mismas imágenes, los mismos avisos publicitarios y la misma tanda comercial, pero puede verse por diferentes canales al mismo tiempo debe entenderse como una misma y única emisión. 

Así un partido (supongamos Boca-River) que se emite por la Televisión Pública, Crónica Tv, CN23, América 24, Canal 26 y DeporTV, debe ser tenido en cuenta como una sola emisión. 

Sin embargo, para justificar la construcción instalada de Fútbol Para Todos como un fracaso costoso, los medios hegemónicos y su medidora solo tienen en cuenta la medición de audiencia respecto del canal por aire.

Por su parte, con la Cadena Nacional la construcción de sentido que pretenden instalar los medios hegemónicos es que la población está cansada de los anuncios presidenciales por ese medio, que nadie mira las cadenas y que la realización de las mismas en ese mismo sentido es un gasto excesivo e innecesario de los fondos públicos que se podrían usar en cosas más útiles.

Pese a ello, la Cadena Nacional se transmite en cualquier horario del día, dentro y fuera del prime time, sin una campaña publicitaria que avise sobre su emisión. Y sin embargo está permanente e invariablemente entre los tres programas más vistos del día. 

Ese dato es omitido permanentemente a la hora de informar sobre los niveles de audiencia.

Sesenta años después siguen convencidos de que lo que no se nombra no existe. Eppur si muove.