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viernes, 10 de julio de 2015

sábado, 16 de mayo de 2015

Rating y dominación simbólica

Ahora veremos la diferencia, lo nuevo. Entre 1999 y 2002, el proceso revolucionario sólo contaba con un canal televisivo nacional de bajísimo rating (Venezolana de Televisión-Canal 8), con la Radio Nacional de Venezuela (RNV) y la emisora AM YVKE Mundial; las tres no sobrepasaban el 7% del mapa de la atención nacional en sus mejores momentos, según información del periodista argentino Tomás Eloy Martínez, que vivió exiliado en Caracas y realizó un estudio sobre los medios venezolanos para la organización académica CEDICE.

VTV, el canal del Estado, ni siquiera era del todo público, excepto por el financiamiento y el estatuto, pues estaba tomado por agrupaciones privadas de artistas que hacían negocios con el canal. El recuerdo que un venezolano promedio tiene de VTV es que era "aburrido", no que era público o estatal, aunque lo supiera. Aún así, su audiencia nunca pasó del 2,5% del rating nacional medido por la consultora MG Consulting. En buena medida, ese bajo nivel de inserción del canal del Estado fue una decisión económica privada de carácter monopólico, de los directorios del Grupo Cisneros (Venevisión) y de la ex Radio Caracas Televisión (RCTV), para controlar el mercado de consumo, el lucrativo royaltie de artistas y el mercado de la publicidad internacional y nacional. La cuenta era simple, si el canal estatal se veía mucho, ellos vendían menos.

El grado de opacamiento de VTV a favor de Venevisión y RCTV fue correspondiente al grado de control de estos monopolios privados sobre el espectro radioeléctrico, el aparato del Estado, los gobiernos, el régimen político y la economía venezolana. Los principales funcionarios (ministros, viceministros o el director de órgano regulador, CONATEL) eran postulados por las directivas de estos canales, y salvo diferencias transitorias o excepcionales (a comienzos de la década del 80), a esos funcionarios los "colocaban" el grupo Cisneros y el grupo Phels.

Este grado de concentración monopólica y la relación con el Estado, no sólo era beneficioso en términos de rentabilidad anual por el control de la publicidad oficial. También debe ser visto en las otras dimensiones necesarias a esa función capitalista: la reproducción del sistema del capital. Para lograrlo, ellos estructuran una red de dominación simbólica, como lo hicieron todos los modos de produccióny sus personificaciones desde que existen el Estado y la explotación orgánica del trabajo. Es decir, el capitalismo venezolano, apenas la expresión nacional de un sistema mundial de explotación y de Estados, no se habría consolidado en tan poco tiempo, sin la imposición de este sistema de reproducción simultánea de ideas, valores, mitos y creencias.

Aunque comenzó con el nacimiento mismo de la República en 1830, su fuerza de reproducción se potenció desde finales de la Segunda Guerra Mundial con el establecimiento de la televisión, en 1952. Así fue, en general, para el resto de América Latina, Asia y África. En Europa y  EEUU comenzó una década antes.

Algunas señales de este sistema de defensa y reproducción del capitalismo en Venezuela (y América Latina), en directa relación con la reproducción del imperialismo dominante (EEUU), las encontramos en estos datos de la Fundación Centro  Gumilla, una organización jesuítica que actuó en Venezuela desde la década de los 60:

En Venezuela la conquista cultural fue silenciosa pero intensa. Los siguientes datos estadísticos sobre el consumo cultural del venezolano en 1972, puede abrir luces de cómo actúa la alienación cultural imperial: En el año 1997, la película más vista en el cine fue 'El Mundo Perdido' (Jurassic Park II); las diez películas en el top ten de ese año fueron norteamericanas, y de los videos más alquilados de ese año, las 20 películas más vistas eran norteamericanas, teniendo como primer lugar 'Acoso Sexual'. La televisión dedicaba un 58,33% de las emisiones a programas de procedencia extranjera (EEUU) y un 41,67% a programas de factura nacional donde los dramáticos obtendrían un 18%, la información tendría un 12% (programas educativos y documentales no existían en la programación de ningún canal, salvo en VTV, el canal del Estado). En radio, la música más escuchada en el top ten, eran todas canciones norteamericanas, estando en el primer lugar las Spice Girls; y en el top ten latino Fernando y Florentino. El principal destino de los paseos de los caraqueños en 1997 era los centros comerciales (53%).

Además de los tres medios estatales mencionados, venidos a menos para esa fecha, existía alguna que otra emisora radial o revista en Caracas y en el interior, que apoyaban el proceso político que comenzaba a andar. Ninguno contaba con raíces sociales y audiencia masiva, ni podía calificarse como mass media, aunque fueran del espectro que los arropaba bajo esa oronda definición. Tampoco conformaban un sistema de medios ni siquiera limitado a tres, que ya serían suficientes para ser un sistema, como ocurre en algunos países nórdicos de Europa, por ejemplo Suecia, Holanda y Noruega. Además de la debilidad estructural de los tres medios y de señales débiles, no había conexión entre ellos, sus directores no planificaban nada en común, aún siendo del mismo Estado y su gobierno actual. YVKE, por ejemplo, se integró al MPPCI, recién en 2003.

Esta fragilidad comunicacional quedó retratada en una escena de la película La revolución no será transmitida,  donde el presidente venezolano exige a sus ministros, en medio de una reunión de Gabinete, acudir a los medios locales de provincias para informar de lo que hace el gobierno. Esa reunión es de octubre de 2001, casi tres años después de haber comenzado el proceso político en su forma gubernamental.

La ausencia de una sistema de medios propios al comienzo del régimen bolivariano en 1999, se explica, entre otras razones, por el carácter eruptivo del proceso bolivariano. Al no surgir de un movimiento político previo, madurado en años de organización y cultura política, y estar sólo basado en acontecimientos radicales como los que conmovieron al país ente el Caracazo y 1999 (o 2002), no se pudieron construir una o varias herramientas periodísticas como medios masivos propios. El proceso político venezolano se ha hecho revolucionario, pero poco orgánico, con pocas mediaciones de organizaciones de masa. Eso explica, en términos relativos, el peso sobredimensionado adquirido por el líder y la palabra del líder. Entre 1999 y 2002 no existió un medio arraigado en el pueblo pobre y los trabajadores. Esto comenzó a aparecer después de 2002, con cuatro medios: Aló Presidente, RNV, VTV y Aporrea.


En "Medios y Poder en Venezuela", Págs. 35/38
Colección El ojo en la lupa.
Eco Ediciones, Buenos Aires, 2010.

domingo, 1 de marzo de 2015

De urdimbres y tramas

-I-

Los actuales procesos destituyentes en Suramérica comenzaron en 2005 cuando quedó clausurada la posibilidad de que Estados Unidos sostuviera al ALCA como política para el continente sur.

Desde entonces, cada uno de los países suramericanos han sido víctimas permanentes de intentos de lo que se conoce como golpes blandos (procesos destituyentes post-Alca).

Así, puede percibirse un hilo conductor -que los medios hegemónicos conocen pero no muestran- entre los levantamientos de los terratenientes blancos bolivianos contra Evo Morales y los cortes de ruta desabastecedores e inflacionarios de la oligarquía agrosojeraganadera de 2008 en Argentina;

Entre los desabastecimientos, a principios de 2015, en Venezuela y la devaluación, a comienzos de 2014, en Argentina, producto de una corrida planificada con el objeto de desestabilizar la cotización del dólar;

Entre las denuncias de corrupción en Petrobras y la instalación mediática de un Brasil, en manos de Dilma, caótico en los días previos al Mundial de fútbol de 2014 y la instalación de una Argentina con inseguridad jurídica y política tras la muerte del fiscal Alberto Nisman. 

-II-

Alberto Nisman, por entonces fiscal de la causa AMIA, aparece muerto en su departamento de Puerto Madero, en la ciudad de Buenos Aires, el 18 de enero de 2015.

La relación de Nisman con los servicios de inteligencia data de, por lo menos, su participación en el juicio por el compamiento del Regimiento de La Tablada.

Es de allí que Nisman conoce a Raul Pleé. Pleé fue uno de los fiscales que convocaron a la marcha del 18 de febrero de 2015. Pleé también tuvo relación con los servicios de inteligencia. 

También desde el juicio por la toma del Regimiento de Nisman se vinculó con Santiago Blanco Bermúdez. Blanco Bermúdez es el abogado que representa al ex integrante de la secretaría de inteligencia Antonio Stiusso en las convocatorias que le realizó la fiscal Viviana Fein que investiga la muerte de Alberto Nisman. Blanco Bermúdez integró la SIDE.

-III-


La operación de intento de desestabilización contra el gobierno argentino que tiene como mascarón de proa al fiscal Alberto Nisman, su denuncia y su muerte, comenzó el 16/12/2014 con el nombramiento de Oscar Parrilli como jefe de la secretaría de inteligencia con el objeto de reformular la inteligencia estatal y presentar una nueva ley de inteligencia.



El segundo hito en el intento de golpe blando (intento destituyente post Alca) es la presentación en público, el 14 de enero de 2015, de la denuncia de la que se hace cargo el fiscal Alberto Nisman contra la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, su canciller Héctor Timerman y un grupo de militantes de distintos sectores afines al gobierno nacional.



El tercer hito es la aparición sin vida del cuerpo de Nisman el 18/1/2015 en el baño de su departamento del edificio Le Parc de Puerto Madero en la ciudad de Buenos Aires.



El cuarto hito es la marcha del 18 de febrero de 2015 organizada por un grupo de fiscales bajo la excusa de realizar un homenaje a Nisman y un pedido de justicia para una muerte a la que califican como asesinato.




En la actualidad, el plan desestabilizador se desarrolla con la instalación de dos premisas:

1) El gobierno nacional presiona a jueces y fiscales para que den por caída la denuncia de Nisman.

2) El gobierno nacional presiona sobre la investigación sobre las causas de la muerte de Nisman para que el caso no se esclarezca.

Desde allí vehiculizan una misma instalación mediática: el gobierno nacional no es democrático. No respeta la división de poderes. Impide el desarrollo de la justicia. Es legítimo buscar su caída.

A toda la operación la realiza el mismo tándem: Los servicios desplazados por el gobierno nacional de la secretaría de inteligencia y los medios hegemónicos con cabeza en el grupo Clarín. 

Desde 2005 los golpes blandos en Suramérica se tejen en conjunto. Como siempre. De la urdimbre se ocupa el imperio y de la trama los medios hegemónicos.


Ahora el Pato Donald también usa telar.







domingo, 14 de diciembre de 2014

Civiles y militares

-Abril de 1985-

"Los diarios del 30 de Mayo publicaron ese juicio de Arguindegui, junto con las opiniones vertidas por el jefe del Regimiento de Infantería Aerotransportada 17 de Catamarca, coronel Adolfo Patricio Etcheum. El oficial honró a quienes combatieron en los montes tucumanos al enemigo marxista y ateo que pretendió cambiar la bandera azul y blanca por un trapo rojo y anunció que el Ejército estaba alistado para detener cualquier agresión interna y externa.
 

A medida que transcurrían los meses sin que el Consejo Supremo avanzara en las investigaciones ordenadas por el decreto presidencial 158 la credibilidad del gobierno mermaba. Borrás llegó a gestionar ante un amigo, estrechamente vinculado con la UCR, quien había cumplido importantes funciones políticas en los regímenes de Lanusse y Videla, una solicitud para que el ex dictador se alejara un tiempo del país. El emisario se negó a portar ese mensaje.
 

A fines de junio se produjeron en Córdoba dos episodios que desencadenaron la primera crisis castrense desde la instauración del nuevo gobierno. El 25 de junio un grupo de oficiales respaldados por el Comandante del Cuerpo III, general Pedro Pablo Mansilla, se amotinaron para pedirle al juez federal Julio Miguel Rodriguez Villafañe que se dejara de importunar a sus camaradas en actividad, los capitanes Gustavo Adolfo Alsina y Enrique Mones Ruiz, contra quienes había dictado la prisión preventiva por homicidios alevosos. Rodriguez Villafañe no fue insensible a la rogatoria. Se declaró incompetente y remitió el expediente al Consejo Supremo, que dispuso la libertad de Mones Ruiz y Alsina como ya había hecho antes con Bignone.

En agosto el Consejo puso también en su lugar a otro juez federal de Córdoba, Gustavo Becerra Ferrer, quien había ordenado el procesamiento y la detención del mayor Ernesto Guillermo Barreiro, de los capitanes (R) Héctor Pedro Vergez y Jorge Ezequiel Acosta, del agente civil de inteligencia José Arnoldo Chuby López y del suboficial Luis Manzanelli, por los tormentos y el homicidio contra la detenida María Luz Mujica de Ruartes, un caso investigado por la pertinaz y diminuta abogada del Servicio de Paz y Justicia María Elba Martínez. El ministro Borrás viajó a Córdoba y conversó con el juez. Becerra Ferrer se declaró incompetente, y el Consejo Supremo les restituyó la libertad ambulatoria. Volvería a actuar así cada vez que fuera necesario.

Mones Ruiz y Alsina nunca llegaron a estar detenidos, Barreiro sí, el procedimiento nunca trascendió, consistió en capturarlo mientras dormía en su destino del Cuerpo 5. Participó de la sorpresiva operación el secretario de defensa Horacio Jaunarena. Su nombre volvería a las primeras planas casi tres años después".



-Febrero de 1987-

"La misma tarde en que los marinos recibían trato de ciudadanos por la Justicia y mientras Rios Ereñú conferenciaba con los mandos en el Estado Mayor, 70 oficiales en actividad manifestaron bajo un chaparrón de verano en la esquina del barrio militar de Baez y Matienzo en solidaridad con el capitán Enrique Mones Ruiz, citado por la Cámara Federal de Córdoba. Algunos vestían su uniforme. Se quejaron de la conducción militar durante la dictadura y de la actual, de los bajos salarios y del golpismo.
 

El laberinto jurídico creado por la Cámara de Córdoba al entender por separado en dos causas en las que se trataban los mismos casos y se perseguía a los mismos procesados, mostró una nueva bifurcación, cuando el defensor del capitán Gustavo Adolfo Alsina presentó un pedido de inhibitoria, en la causa Conadep-La Perla, por entender que la competencia correspondía al Consejo Supremo, que ya la había reclamado. La indagatoria fue suspendida, igual que la de Mones Ruiz, en un galimatías jurídico que poco después fue refutado por la Corte Suprema.

Pero antes de ello Alsina y Mones Ruiz habían ocupado la atención de Rios Ereñú y del ministro de Defensa Horacio Jaunarena durante más de una semana. Alsina estaba procesado por los tormentos seguidos de muerte del médico José René Mokarzel, estaqueado en el patio del penal con cinco grados bajo cero el 14 de julio de 1976, en castigo por haber recibido un paquete de sal de otro recluso. Según la denuncia de testigos, durante doce horas fue golpeado y se le arrojaron baldes de agua sobre el cuerpo desnudo.

Mones Ruiz debía responder por el homicidio de Raúl Augusto Bauduco, el 5 de julio de 1976, representativo del modo arbitrario y discrecional en que se disponía de la vida de un ser humano. Durante una requisa Bauduco fue golpeado con bastones de goma y obligado a permanecer con los brazos contra la pared. Al cabo de dos horas no pudo sostener la posición.

- Levantalos o te mato, le gritó el cabo Miguel Ángel Pérez.
- No puedo señor, respondió Bauduco.
 

Pérez solicitó autorización. Mones Ruiz la concedió. El suboficial disparó a quemarropa a la cabeza del preso. 'Quiso arrebatarle el arma' informó luego Mones Ruiz.
 

Dada la gravedad de los hechos la inquietud de Mones Ruiz y Alsina era comprensible. La prensa, que se hizo eco de ella, no ofreció todos los detalles de la situación.
 

Todos los diarios de Buenos Aires reprodujeron fragmentos de la declaración entregada en la agencia Diarios y Noticias por oficiales del Ejército en apoyo de sus camaradas Alsina y Mones Ruiz, a los que 'se pretende sacrificar a una justicia mal entendida'. Añadieron que estaban decididos a defenderlos 'hasta la entrega de nuestra propia vida'.

Lo más interesante de la proclama es que su ataque no se dirigía primordialmente al poder político, en cuya consolidación decían estar interesados, sino contra Ríos Ereñú y los altos mandos del Ejército. 'La actual cúpula militar formaba parte de las Fuerzas Armadas durante la guerra contra la subversión, ocupando puestos de significativa trascendencia', afirmaron. 'La legalidad que en ese momento no exigieron a las sucesivas juntas militares pretenden ahora imponérsela a subalternos que se limitaron expresamente a cumplir órdenes sin rehuir jamás el combate frente al enemigo de la Nación'.
 

Los solidarios con Alsina y Mones Ruiz que vestidos de uniforme llevaron la proclama a la agencia  Diario y Noticias fueron los propios Alsina y Mones Ruiz. El tercer hombre que los acompañó en la arriesgada misión no fue el suboficial Pérez, sin el mayor Ernesto Guillermo Barreiro, que tenía en el tema un interés tan ostensible como ellos: estaba procesado desde hacía dos años por decisión del juez federal Gustavo Becerra Ferrer por delitos atroces cometidos contra presos de La Perla, y como pronto se vería dispuesto a todo para no tener que explicar su comportamiento como jefe de interrogadores del Destacamento de Inteligencia 141 entre 1976 y 1979".

-Abril de 1987-

"Cuando subió al avión que lo condujo de regreso al Vaticano, terminó una tregua de una semana. Ya había cuatro oficiales del Ejército en actividad con prisión preventiva rigurosa, decretada por la Cámaras Federales de Capital, Mendoza y Córdoba, cuando el miércoles 15 la última de ellas citó a prestar declaración indagatoria al mayor Barreiro.

El ex jefe de interrogadores del campo de concentración del Cuerpo del Ejército III se refugió en el Regimiento de Infantería Aerotransportada 14 y anunció que no concurriría. El jefe del Regimienot, teniente coronel Luis Polo se negó a detenerlo. El Comandante del Cuerpo, general Antonio Fichera, dió la orden de apresarlo a otras unidades de la guarnición y aunque nadie contestó que la desobedecería, nadie tampoco la cumplió. Fichera comunicó entonces que el Cuerpo acataba a las autoridades y los mandos del Ejército, salvo si se les encomendaba atacar el RI 14, para no fracturar la cohesión de la fuerza.

Así comenzó la rebelión de Semana Santa. En Buenos Aires, la Escuela de Infantería había sido tomada por el teniente coronel Aldo Rico, un comando que llegó hasta allí luego de abandonar su destino en el Regimiento de Infantería 18 de Misiones, en la frontera con Brasil. Jefe de la Compañía de Comandos 602 que combatió en Malvinas, donde fue condecorado, varias veces sancionado durante su carrera por actos de indisciplina, trato irrespetuoso con los superiores y dificultades de integración, Rico demandó desde allí la remoción de Ríos Ereñú y lo que llamó una solución política para los oficiales de la guerra sucia. Dos semanas antes  Rico  había discutido con Barreiro en un pizzería del Barrio Norte los pormenores de la sublevación".


(En "Civiles y Militares, memoria secreta de la transición", Horacio Verbitsky, Editorial Contrapunto, 1987, págs 90/344/345/360.)