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viernes, 24 de mayo de 2013

Jauretche Eterno

"(...)
Esta ficción de status ha existido siempre pero sin el carácter masivo de los últimos años, en que dejó de ser episódico y excepcional para convertirse en el modo del vasto sector que se ha analizado. También se ha visto que esta generalización se produce en el momento histórico de lo que diremos el "aluvión zoológico" para emplear un término característico del "medio pelo". La posición adversa al mismo es ab-initio un signo de status. Ni remotamente toda la gente que se ubica contra el movimiento de 1945 es "medio pelo"; pero todo el "medio pelo" está en esa posición porque ella se convierte como signo negativo en un signo afirmativo del status que se busca.

Cuando la clase alta, pasados los episodios de la Unidad Democrática se retrae a su propio medio alejándose de los contactos populares, el "medio pelo" afirma aún más ete signo para convertirlo en el signo de los signos. A través de la Unidad Democrática, la gente del "medio pelo" ha tenido por un tiempo la ilusión del mismo status con la clase alta. Cuando esta se retrae necesita aferrarse a las pautas que motivaron la convivencia y el "antiperonismo" le resulta el único nexo subsistente. Valorizarlo como símbolo es confirmarse en el status que se atribuye. Con el transcurso del tiempo se convierte en el símbolo por excelencia y así el antiperonismo se convierte en la pauta de las pautas: la Gran Pauta.

Esta pauta las resume a todas porque es pauta de comportamiento y pauta ideológica. Como pauta ideológica contiene todos los elementos intelectuales aportados por el sarmientismo de la intelligentzia que se acaban de ver y como pauta de comportamiento resume, en la calcomanía de las pautas de la clase alta los signos de distinción que se buscan en ella. Cumple además otra función integradora porque en la comunidad del símbolo, y por el contraste que este establece con el resto de la sociedad que el medio pelo considera por debajo de su status, es un instrumento de fusión endógeno al grupo, que permite en cierta manera reconstruir la imagen de la sociedad tradicional que había derogado el fenómeno inmigratorio. Para los supuestos del medio pelo se ha reconstituido la separaciòn entre gente principal, "parte sana y decente" de la población, y clase inferior constituida por los "negros". Solo que ahora la parte sana y decente se configura con los gringuitos adentro, lo que explica que uno de ellos haya podido hacer la calificación de aluvión zoológico.

Creo que con esto está bien claro que Perón o Peronismo no son más que nombres ocasionales, pretextos; el antiperonismo es tan hecho social como el peronismo; mientras aquel es el nombre que tiene la integración de toda la sociedad argentina en una nueva configuración, este expresa la resistencia a la misma. Perón o Mongo, ese es el hecho adjetivo. Lo sustantivo es lo que se acaba de decir y se repetirá respecto del hombre o del grupo social que aparezca encabezando la integración inevitable; se reiterará la misma situación que se produjo entonces y cuyos valores entendidos subsisten, al margen de las virtudes o vicios que tenga la condución. Con mayor razón si el hombre o grupo conductor surge de los estratos medios de la sociedad, y aún por la influencia de un Alcibíades o un Julio César salidos de la clase alta. Este será un desertor que por el solo hecho de actuar al servicio de la causa nacional, identificada con la integración, recibirá las mismas calificaciones y servirá como pauta definitoria a contrario imperio.

Perón y el peronismo, para emplear los términos corrientes de la Sociología de la Cátedra no son otra cosa que el marco de referencia.

(...)

Esta posición negativa es ahora estimulada por cietos sectores de la antigua izquierda que están resultando más papistas que el Papa, y pretenden configurar el movimiento peronista en relación con su momento originario, y no con sus composición actual, hija de la transformación operada en el país durante su proceso de ascenso colectivo.

La misma gente que con su ideología de importación definió el movimiento en 1945 como un movimiento de clase media fascistizante, y al aporte obrero de masas en ascenso como un lumpen proletariat marginal ahora pretende definirlo, como un movimiento exclusivamente proletario. (Entonces transfirió la expresión lumpen proletariat, cuya significación marxista corresponde al desclasamiento de un proletariado marginal al fenómeno de integración social por ascenso de los migrantes del interior). Con la misma desaprensión que negó condición obrera a los trabajadores de la base, ahora excluye la existencia de los grandes sectores de las otras clases que contribuyen a su formación, y aún los mismos de procedencia proletaria, que se han calificado en el ascenso colectivo. Aparentando una revisión de sus errores anteriores, reinciden en los mismos porque el error es de método. No quieren entender la naturaleza vertical de los movimientos en la sociedad argentina por que no se ajustan a sus conclusiones de la realidad, sino que someten esta a la necesidad de encuadrarla en el esquema prefabricado de la ideología importada, que demand una visiòn exclusivamente horizontal de los desplazamientos sociales.

Es que persisten en los errores de la intelligentzia y como los liberales también son discipulos de (Florencio) Varela:  "El sombrero está hecho y hay que ajustar la cabeza al mismo".

Lo gracioso es su soberbia, común con toda la intelligentzia. Confiesan que no entendieron, se rectifican en las conclusiones sobre el ayer, pero en el presente actúan con la misma seguridad que antes, y enuncian la fórmula química siguiendo en la total ignorancia de sus componentes, porque son incapaces de la humildad intelectual que exige prescindir de la sabiduría libresca para considerar los hechos argentinos que no están contenidos en los estantes de la biblioteca.

Esta petulancia de la inteligentzia trajo dentro del movimiento, otra pauta dañosa también de rechazo: la subestimación de lo intelectual que fue arrastrada por la justificada hostilidad a la intelligentzia. Hubo una expresión, "cráneo", afortunadamente ya echada al olvido, y en virtud de la cual se reaccionaba adversamente a la jerarquización intelectual de los militantes: actitud defensivamente explicable ante la conducta de la intelligentzia, pero peligrosa en la maduración del proceso que debe hacerse, como se está logrando, por la formación de una auténtica inteligencia nacional".


Arturo Jauretche
"El medio pelo en la Sociedad Argentina"
(Apuntes para una sociología nacional)
A. Peña Lillo, Editor
Noviembre de 1966 
  Buenos Aires- Argentina