Mostrando entradas con la etiqueta crápulas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta crápulas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Dos años?


¿Notaron que no miran la bandeja?
Se miran entre ellos.
Eso es más que respeto
(Propio de jugador que te va a hacer un foul, no mira la pelota, mira al jugador)

Ya lo dijo el de más a la derecha en la foto 
"Tenemos que dejar de robar dos años"

(En el ¿diario? La Nazión del 7/2/2013 pg. 6)  

miércoles, 20 de febrero de 2013

Vos ve (Bibope a veces)





Así es el mundo de los números
Vos sos el mismo pero un día te ponen 
en la columna del debe 
y al día siguiente en la del haber
(o viceversa)

Domingo 3 de febrero de 2013
Independiente y Tigre miran 
para el lado del descenso directo
Juegan un partido del pasado
el Torneo todavía no comenzó
Los trasmite la Televisión Pública 
a la hora de la merienda
mate con cuidado porque la tabla de abajo mete miedo
Rating: 4.9

Sábado 16 de febrero de 2013
Vélez e Independiente se miran
lez último campeón
Independiente peor que quince días atrás
Los transmite canal 9
Arranca a las 20 y uno se 
debate entre la precaución por un posible atragantamiento y la pregunta de si estará de ánimo para salir después
Rating: 8.8

¿Sábado de terror o domingo de super acción?
(las mediciones de bibope son así, nomás)       

La Televidencia (o los poderes de Bibope)









Cuando los medidores de audiencia se toman franco
pasan cosas como estas 

Boca-Toluca por el canal 13 
(Magneto, Grupo Clarín, ex fútbol de primera)
Miércoles 20.50 
(al día siguiente tempranito pal laburo)
Rating: 16.5

Cuatro días después.
Tigre - Boca   por laTelevisión Pública 
(Gobierno Nacional - 55 % de los votos)
Domingo 17 horas
(¿despúes del almuerzo? ¿después de la siesta? tranquilo en casa
Rating: 11.1 
  
¡Cómo están viendo el  canal 13 en México!

lunes, 18 de febrero de 2013

Firme junto al Pueblo


¿Seguimos sin firmar las secciones fijas?

Habrá que preguntarle a Nora Bär entonces 
¿quién  es el que tiene en una mano la birome de la oligarquía y en la otra el termómetro de lo popular?

Los momentos díficiles de La Nación y sus socios 
y los del Pueblo nunca son los mismos

¿Hace falta aclararlo?

Cuando no se dónde ponerme miro donde está 
La Nación
y me pongo enfrente

miércoles, 6 de febrero de 2013

Pandemia de injusticia

Por Luciana Peker *

Los avances en materia de violencia de género están generando reacciones contrarias que llegan, incluso, a quitarles la tenencia y prohibirles ver a sus hijos a algunas madres que denuncian abuso sexual o violencia familiar. Los casos se repiten en territorio porteño y bonaerense con una ideología patriarcal donde se fuerza la revinculación del padre con los hijos y se penaliza a la denunciante. La situación es tan grave que podría terminar desalentando la búsqueda de justicia. Las12 pudo hablar con cuatro madres a las que les quitaron a sus hijos/as en operativos policiales y que perdieron todo contacto con ellos.

El peor escenario posible: cuando la violencia de género se denuncia en remeras, en noticieros, en la playa y se vuelve políticamente correcto manifestarse en contra, las madres que denuncian esa violencia reciben como un boomerang el castigo por denunciar esa violencia de género. No se trata de una excepción ni de un caso aislado, sino de la denuncia de una estrategia sistemática de demonización de las mujeres que denuncian al padre de sus hijos/as y que consideran que el riesgo de la violencia latente es tal que no debe vincularse con los niños/as. Las corrientes ideológicas conservadoras que pretenden instalar la figura del padre por sobre todas las cosas –incluso por sobre el cuerpo de los más chicos– terminaría, entonces, castigando a quienes denunciaron la violencia o el abuso sexual y no a quienes fueron denunciados.

Por eso, Las12 juntó a cuatro madres –identificadas por sus iniciales: A. V., L. A., S. L. y P. W.– que se sienten penalizadas por la justicia por haber denunciado violencia familiar o abuso sexual contra sus ex maridos. Ellas coinciden en resguardar su identidad para proteger a sus hijos o hijas pero se agrupan para que se entienda que no están hablando de su historia como de un caso individual sino de una historia que se está tejiendo en respuesta a los avances de los últimos años como de una pelota que después de mucho avanzar ahora está volviendo al arco contrario. Pero no se trata de un juego, sino de la vida de ellas y de sus hijos/as. Y de un plan al que llaman “sistemático”, donde se descalifica su denuncia e incluso el testimonio de los chicos por creer que está maniobrado por mujeres que sólo buscan alejar a los padres y sacarles plata.

A dos de las entrevistadas, aunque parezca inverosímil, después de denunciar violencia les terminaron quitando a sus hijos/as. El nombre técnico de ese puño cerrado del Poder Judicial es reversión de guarda. “Es una modalidad totalmente novedosa que ha tenido origen en Lomas de Zamora y se está repitiendo”, advierte Juan Pablo Gallego, abogado (en distintas instancias) en tres de las cuatro causas relatadas en esta nota, ex querellante contra el sacerdote Julio César Grassi en el expediente que lo condenó por abuso sexual y autor del libro Niñez maltratada y violencia de género, de Editorial Ad-Hoc.
Hasta ahora, el sentido común de la Justicia indicaba que una madre tenía que hacer algo muy grave para que se la alejara de su hijo/a. Ahora se rompió hasta ese sentido. La razón de la Justicia para dar este vuelco contra las madres que denuncian es que las madres intoxican a sus hijos (un argumento similar al síndrome de alienación parental que dice que si los chicos no quieren ver a su progenitor no es por su propia vivencia de violencia sino porque las madres les llenan la cabeza y entonces se logra descalificar la voz de los niños/as) y entonces un puñado de psicólogos/as apoyan los dictados de reversión de tenencia que justifican el síndrome de la madre maldita.
 
Pero las mujeres que fueron a pedir ayuda a la Justicia y se encontraron con un allanamiento que les vació sus casas se muestran desesperadas y desalentadas por una medida que nunca esperaron. “Estoy peor que antes”, dice la madre que no ve a sus hijos desde octubre. “Voy todos los días a Tribunales”, cuenta la mamá a la que le arrancaron sus hijos en medio de las fiestas. “Vivimos todos los días con miedo a que nos secuestren a nuestros hijos”, cuentan las madres que ya pasaron por todos los pasos de un sistema judicial que sigue las mismas huellas hasta generar más temor que protección y se sienten las nuevas víctimas de un Poder Judicial al que ponen en tela de juicio.

Los chicos y chicas fueron llevados (o secuestrados, como dicen ellas) en medio de operativos comando con policías y con los pibes y pibas suplicando, gritando, pidiendo, llamando y escondiéndose para no irse del lado de su mamá. Tal vez si el video del desgarro se viera por YouTube o lo repitieran los programas de la tarde... tal vez así escucharíamos ya no la voz sino los gritos. Pero, por ahora, los chicos y chicas no fueron escuchados. “El Estado argentino puede tener responsabilidad internacional por esta pandemia de casos que demuestran una reacción de la Justicia misógina”, alerta Gallego.

“¿Cómo lo cuento, desde el secuestro o todo?” se pregunta A. V., mamá de tres hijos de 3, 10 y 12 años, para contar que el ilícito que pudo paralizar a un país hoy sólo la paraliza a ella, que tiene los cuartos cerrados de sus hijos para no ver la ausencia y una planta que entra de la vecina porque no quiere ocuparse de su casa mientras ellos no estén. Ella denunció al padre de sus hijos por violencia. Desde el 2 de octubre que no ve a sus hijos.

¿Qué pasó para que la Justicia llegara a sacar a los chicos de tu casa?
A. V.: –Yo denuncie al papá, en un Tribunal de Familia de Lomas de Zamora, por violencia. Porque torturaba a sus hijos metiéndolos debajo de una ducha de agua fría y apagando la luz. Los niños fueron escuchados por el organismo zonal de protección de los derechos del niño y dijeron que no querían ver al papá porque les pegaba. Pero se llegó a un expediente de reversión de tenencia y yo no los veo a los chicos desde el 2 de octubre, cuando allanaron mi domicilio once personas mientras yo, que soy ginecóloga, estaba en el consultorio. Entraron un comisario y montones de personas. El bebé estaba jugando en el piso y al mayor, que estaba a los gritos, le prometieron que si se calmaba iba a poder hablar con su mamá. Después van al colegio de mi hijo de 10 años. A partir de ese momento están incomunicados: no tienen Internet ni pueden hablar conmigo. Y una cosa que me parece importante es que la orden dice que si estaba yo y sufría una descompensación, que me trasladaran al nosocomio más cercano sin hacerse responsables de mi estado de salud. O sea que me querían hacer pasar por loca.
¿Por qué se llega a prohibirle el acercamiento a una mamá que denuncia violencia? ¿Qué alegan?
Juan Pablo Gallego: –No se alega nada. Normalmente estas medidas están destinadas a proteger a un niño de una situación de abuso, de violencia, de negligencia, de violencia de género.
A. V.: –Los nenes no querían visitar al papá. Los jueces estaban ahí cuando lo dijeron. Fueron intimidados e interrogados por cuatro adultos y dijeron “no queremos verlo”, pero les dijeron “tu opinión es una hojita más del expediente”. Llegaron a decirle a mi hijo mayor “¿no pensaste que tu mamá podría tener un accidente?”.
 
MOTIN DE JUGUETES

L. A. comparte el mismo desgarro. Cuida a las mascotas de sus dos hijos, una nena de nueve y un nene de diez años, mientras ellos no están. No pudo comenzar año nuevo con sus hijos porque en el medio de las fiestas, y en el último día hábil del 2012 la sorprendieron con un operativo de guerra pero con el botín de dos niños. Nunca creyó que su denuncia por violencia y abuso sexual la podría separar de quienes intentaba resguardar: “El 27 de diciembre, estando en casa sin ningún tipo de antecedente o advertencia de que algo podría ocurrir, ni siquiera por instinto, tocan el timbre un oficial de Justicia, la secretaria del Juzgado Civil Nº 8 Nacional de Primera Instancia a cargo de la magistrada Julia Servetti de Mejías, quien lleva el juicio por violencia familiar y tenencia de los chicos desde el 2009. En el Juzgado existen varios antecedentes del cuerpo médico forense y de psicólogos particulares que aconsejan que no es buena la revinculación con el padre. Yo denuncié la violencia contra mí y contra mis hijos. Y unos meses después, el 27 de noviembre del 2009, hice una denuncia por abuso sexual en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema. No se hicieron bien las pericias ni las indagatorias en la causa de abuso. Se continúa con la causa de violencia y de tenencia”, relata.

¿Cómo pasás de denunciante a denunciada? ¿O de denunciar a ser separada de tus hijos?
L. A.: –El 27 de diciembre, por una medida cautelar, invaden mi casa tres patrulleros, una psicóloga que se presenta como designada para facilitar el cambio de guarda y que, ahora sabemos, dice que los chicos están pasando por un proceso de desintoxicación de los sentimientos de la madre y que solo van a tener contacto con el padre y los padrinos, que es donde están viviendo, dado que los chicos vuelven a negarse a vivir con el padre. Este episodio terminó bastante violentamente porque los chicos entran en una crisis nerviosa. Mi casa estaba invadida de policías. Yo entré a la ambulancia con custodia policial al igual que los chicos. La pediatra de turno del Hospital Zubizarreta nos dice que los chicos entren con la madre. El padre los manotea y le pega una trompada a una de las letradas. La policía me saca del hospital. De esta manera, el Juzgado le entrega la tenencia al padre. Los chicos quedan internados un día pidiendo estar con la madre. En ningún momento se les permitió hacer llamadas telefónicas ni el uso de Internet. Estamos totalmente incomunicados. Mi mayor angustia es no saber qué pasa por la cabecita de ellos después de un operativo donde se los vuelve a revictimizar, en una casa ajena, sin sus tratamientos psicológicos, y la nena sin su tratamiento médico. No hay ninguna seguridad de cuál es el estado físico y psico-emocional de ellos. Me presento todos los días en los juzgados y no recibo nada más que “ahora lo tiene que evaluar fulanito” o “alguna fundamentación habrá”. Pero no me dan ni un régimen de visitas.
A. V.: –Mis nenes hace tres meses que están impedidos de contacto. Pero robaron un teléfono y el de 10 años me llamó. Me contó que el mayor está enfurecido, que dice que va a matar al padre o que se va a matar y que el de tres años llora todo el día. Fui a la comisaría a hacer la denuncia de lo que pasaba. Y mi hijo me volvió a llamar diciéndome “Mamá, por favor, ayudame, me quise escapar y la reja está electrificada”. Yo le paso el teléfono a Juan Pablo Gallego y hacemos una denuncia por privación ilegítima de la libertad. Pero nadie actuó.
J. P. G.: –En el caso de A. V. fui testigo de que el chico llamó, la verdad, desesperado. El tema de pretender “desintoxicarlos” demuestra que la ideología está por sobre la ley.
¿Cuál sería la ideología?
J. P. G.: –La ideología del patriarcado, del machismo y la que justifica la violencia, y la misoginia mantiene una posición dominante pese a los importantes avances legislativos y, más aún, como reacción a los avances legislativos.
Pareciera que tenemos mejores leyes para denunciar la violencia de género, pero en la práctica las actuaciones judiciales le dicen a la denunciante “tené cuidado porque te podemos sacar a tus hijos”...
P. W.: –A mí me lo dijeron expresamente. Yo fui a denunciar el abuso y el secretario del Juzgado me dijo: “¿Sabés que si no lo podés probar perdés a tus chicos?”. Yo dejé la denuncia pero me quedé pensando cuántas se animaron a dejar el papel y cuántas no.
J. P. G.: –Lo que marcan estos casos es una avanzada conservadora. Estas extracciones violentas de niños con personal policial uniformado, mediando violencia, contra la voluntad de los niños, están mostrando la cúspide de la ofensiva. La creación de esta modalidad fue en Lomas de Zamora, donde se dispone dictar el cambio de vida de los menores. ¿Qué significa? La aniquilación del vínculo materno-filial. Estamos ante una ofensiva que va más allá del clásico backlash del que se ha hablado como una reacción frente al avance contra el abuso sexual.
¿Es un paso más?
J. P. G.: –Sí, es un paso más evidentemente. La multiplicación de estos hechos, y que haya ocurrido un caso de estas características en la Capital Federal en el último día hábil de diciembre, es un paso más en llevar la misoginia al grado de una pandemia hasta ahora no conocida.
¿No son excepciones ni casos aislados sino una tendencia a castigar a las madres que han denunciado violencia de género o abuso sexual y a revincular a los chicos con sus padres?
J. P. G.: –Sí, me llama la atención que esto ahora se propague a Capital Federal. Hay varios casos no resueltos en la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Por eso digo pandemia. Es un juego ideológico donde parece que la castigada es la madre y el castigado es el niño.
¿Hay alguna posibilidad de llegar a la Corte Suprema o a un tribunal internacional?
J. P. G.: –La actuación de estos jueces está engendrando una responsabilidad internacional del Estado en el marco de procedimientos que dañan para siempre a niños con uniformados irrumpiendo en los hogares contra su voluntad. La violencia institucional redimensiona la violencia de una manera perversa.
L. A.: –El 27 de diciembre todo el operativo habrá durado en casa cuatro horas. Los chicos se comunicaron directamente con Juan Pablo a su celular y llamaron a compañeritos de colegio para decirles que la policía se los quería llevar y que por favor vengan a ayudarlos. Armaron barricadas con los muebles. Se encerraron en el baño con sus mascotas. Les dijeron a las personas del Juzgado y al padre, que estaba presente, que no querían irse y la oficial del Juzgado les dijo que ellos eran muy chiquitos para tomar decisiones. No les dieron posibilidad de manifestarse de ninguna otra forma.
J. P. G.: –En el caso de L. A. yo actué como representante del niño (I.). Tuve mi conversación a solas. El me expresó situaciones de violencia por las cuales él no quiere tener este vínculo con el papá y en ese marco yo le di mi teléfono celular. El día del operativo me llamó. Era desgarrador. Yo no soy tonto y hace muchos años que trabajo en esto. No había ninguna madre diciéndole nada. Estaba desesperado.
¿Qué se busca al separar a los chicos de su madre?
P. W.: –Está la intencionalidad de romper el vínculo materno-filial. Pero además el chiquito para denunciar el abuso requiere de un gran coraje para animarse a romper con este secreto. En todos estos casos los chicos han sido muy valientes y han roto este secreto, han pedido ayuda y han encontrado madres que los han escuchado, que tampoco es frecuente, y han salido a defenderlos. Nosotras vemos que hay una gran campaña para denunciar la violencia y parecería que tenemos más recursos y protección. Pero conocemos muchos casos, por lo menos ochenta, en donde las madres hemos sido castigadas por haber cometido el “pecado capital” de haber ido a la Justicia a buscar justicia. Acá hay dos leyes. Por un lado está la Convención de los Derechos del Niño, pero en la práctica se castiga a quien rompe el silencio y se busca doblegar a la madre y al niño, y si eso no es suficiente, se ordena la reversión de la tenencia. ¿Cómo le explicás a un chico que sea valiente y hable si es penalizado por eso? Todas nosotras fuimos a la Justicia en busca de protección y no sabíamos que recién ahí comenzaba el abuso.

UN PLAN SISTEMATICO DE REVINCULACIONES
 
“¿Por qué lo defendés si a vos te trata peor?”, le dijo un día su hija mayor cuando tenía cinco años. P. W. decidió no aguantar más los golpes y separarse. “No importa cuán destruida estoy, yo no tengo derecho a ser madre de estas chicas si les enseño que esto está bien”, se dice hoy como tuvo que repetirse tantas veces desde 2007 y ahora mismo, cuando sus hijas tienen 7, 9 y 12 años. Hasta el 2009 él tenía un régimen de visitas. Ella repetía un latiguillo al que llama “el manualcito”: “Papá no es malo, pero está aprendiendo a tratarte bien”. El manualcito no alcanzó cuando una de sus hijas vino con una fractura en la mano y otra con un desplazamiento del cráneo. Pero el 7 de junio del 2009 el mundo y sus manuales se despedazaron. Su hija más chica se levantó de una pesadilla diciendo “papá es malo”. Ella le preguntó por qué y recibió como respuesta “juego a bajarle el pantalón y tocarle el pitulín para que esté contento”. El manual terminó en denuncia. “Ellas estaban amenazadas, si me lo contaban él me iba a matar. Yo hago la denuncia cuando la jefa del Hospital Fernández me dijo que mis hijas estaban siendo abusadas física, emocional y sexualmente por el progenitor. En Cámara Gesell las chicas relatan situaciones de abuso. Ahí pido la suspensión de las visitas que yo misma había pedido. Hay una testigo presencial que es una mucama. Los peritos de parte y oficiales dijeron que mis hijas habían sido abusadas y tenían un estrés postraumático gravísimo por la perversión de los abusos que habían padecido. Mi hija del medio terminó con un brote psicótico escuchando voces y mi hija mayor tuvo un intento de suicidio. Pero la jueza civil estaba buscando sistemáticamente la revinculación con el padre. Yo tengo la tenencia pero me prohibieron brindarles atención médica o psicológica. Yo vivo en Capital, mis hijas van al colegio en Zona Norte y las derivaron a un centro en Avellaneda con profesionales que les dicen ‘el problema es tu mamá, que te dejó sin tu papá’, y tienen prohibido el ejercicio de la profesión por carecer de matriculación. Pero no casualmente son las mismas a las que derivaron a A. V. y no son sesiones psicológicas sino de tortura.”
J. P. G.: –Ella está domiciliada en Capital Federal y le ordenan hacer esta vinculación en Avellaneda con los mismos profesionales del caso A. V. A mí me sorprende.
A. V.: –Estas profesionales hablan del Síndrome de Alienación Parental (SAP) y del objetivo de la reprogramación.
P. W.: –En los informes de mis niñas entrevistan al padre y dicen que las chicas están sujetas al SAP. Hay pruebas. ¿Sabés lo que es una testigo presencial en un caso de abuso? La fiscal me acusa de usar el SAP en el marco de un divorcio conflictivo. Hoy la situación de mis chicas es que las obligan a revincularse con la familia paterna, que fueron cómplices del abuso, y ellas se niegan rotundamente a verlos; sin embargo, están obligadas a hacerlo. La propia asistente social viola el impedimento de contacto porque les trae cartas y regalos del padre. Y tengo un expediente de reversión de guarda.
¿La reversión de guarda es una amenaza?
P. W.: –A mí me dijeron expresamente que si no dejo las cosas como están me van a sacar a mis chicas.
J. P. G.: –Ella tiene una cantidad de informes que dicen que sus niñas fueron abusadas por su padre, por lo cual tiene el deber legal de denunciar el abuso sexual. No puede mirar hacia el costado. También es disparatado obstruir la elaboración del trauma en niños. Se lleva no sólo a la impunidad, sino a un daño de las víctimas que es irreparable. La asimetría se repara con justicia. En el caso de Grassi, los chicos me decían “¿Quién me va a creer si este hombre está todo el día en televisión, es poderoso y habla con los presidentes?”. La condena fue muy reparadora para las víctimas. Acá se profundiza la asimetría entre víctima y victimario y es gravísimo.
P. W.: –No es fácil salir de estas situaciones. A mayor nivel socioeconómico y cultural, más difícil es salir porque se supone que de esto no se habla. Mis hijas fueron echadas del colegio cuando denunciamos el abuso. Está mal visto no aguantar la violencia. ¿Cómo vas a denunciar a hombres que no son kiosqueros sino directores de banco, médicos, directores de instituciones públicas? Son intocables. La asimetría de poder es absoluta. El nivel de desprotección es absoluto. En todos los casos somos las madres malditas. Los castigados son los niños, pero les destruís lo último que les queda, que es el vínculo con la madre.
A. V.: –Encontramos en todos los casos un mismo modus operandi.
S. L.: –Así como hubo un plan sistemático de apropiación de niños y de robo de identidad en los setenta, acá también se está dando un plan sistemático donde los chicos están siendo secuestrados a través del Poder Judicial.
S. L. presentó la denuncia en septiembre del 2004, cuando su hija tenía tres años y medio. En ese momento estaba conviviendo con el padre de su hija y tenían planes de agrandar la casa y la familia. Hasta que descubrió signos de abuso sexual en su niña. Ella tiene miedo, un miedo que denuncia: “Mi temor es que pueda pasar lo mismo que en otros casos. Yo no quiero ir a pedir por mi hija que ha sido secuestrada de mi casa, del club o de la escuela por la propia Justicia para que vaya a revincularse con su padre o con su abuela con los cuales ella no quiere revincularse. Yo me imagino las personas cuando estaban en la dictadura esperando que les vengan a derribar la puerta de sus casas. Ya no son grupos de tarea sino la Justicia junto con el brazo ejecutor, que es la policía”.

*Publicado en  Las 12 el 25/1/2013 bajo el título "Otra vuelta de tuerca"

lunes, 4 de febrero de 2013

Clases de Peordismo


Fe de ratas:
Donde dice "cierre de inscripción" 
Debe leerse "por ahí nos haces una pasantía este año"

Donde dice "para egresados de carrera de grado y terciarias"
Debe leerse "venite estudiado"

Donde dice "intensa práctica..."
Debe leerse "nos vas a trabajar hasta los feriados sin cobrar un mango"

Donde dice "fuerte entrenamiento en multimedia y periodismo digital" 
Debe leerse "te vamos a hacer subir hasta los materiales a internet"

Donde dice "dictada por prestigiosos academicos y profesionales"
Debe decir "puaj, mirá nuestro diario"


Donde dice "Nobleza, Roggio, Edesur, Syngenta, Lan, Quilmes, Galicia"
Debe leerse " anotá estos nombres porque es lo que vas a defender siempre, escribas sobre lo que escribas"

(Dicen que el que avisa no es traidor. Vos ve.)

¡Cachá lo´ lente!


¿Qué agregar a esta construcción textual?
En el ¿diario? La Nazión
4/2/2013
¡Ah! Editó Juan Landaburu
LNmundo@lanacion.com.ar
@lanacioncom
facebook.com/lanacion   

miércoles, 9 de enero de 2013

SaturNicho



























































Anotá los nombre de los que lo despiden. 
Busqué y busque.
No lo conocí. Pero a juzgar por la compañía 
 si el mentado Saturnino fue buena gente
le debe haber costado muchísimo trabajo 

Gracias a: Avisos Fúnebres del ¿diario? La Nazión 9/1/2013
 

sábado, 5 de enero de 2013

Los prebendarios

 Por Mario Oporto *
 
No hay reparación histórica que no sea precedida por el daño. La anulación del contrato de venta del predio de Palermo que la Sociedad Rural Argentina utiliza desde hace mucho tiempo –primero de hecho, luego con irregularidades en la tasación y la compra– es un ejemplo que tiene una historia moderna y otra más antigua.
La historia moderna es conocida y recordada por sus características sospechosas, y podríamos decir que es la parte más pública de aquello que se está discutiendo: el traspaso gracioso del predio en 1991. Un acto que forma parte de una extraña secuencia de “reparación histórica al revés”, por la que no se beneficiaron los dañados por la historia, sino aquellos que produjeron los daños. Entre ellos, ministros de Economía surgidos de la matriz cultural de las dictaduras argentinas.
La “compra” por parte de la Sociedad Rural del predio de Palermo a un precio doblemente vergonzoso –por el valor vil que se transó y por la ventaja que sacó de él una corporación a la que le sobra riqueza– fue siempre vista como un chiste inmobiliario y una provocación que llega a su fin con el decreto presidencial 2552.
En defensa de los intereses de la asociación que conduce, al presidente actual de la Sociedad Rural se le ocurrió decir que la decisión del Gobierno de anular la venta de 1991 es una venganza “por la 125”. Con lo que intenta que las cosas se discutan en el campo de la actualidad. Pero la historia de la Sociedad Rural no es, justamente, la historia de una institución dañada por el Estado, sino la de una asociación beneficiada sistemáticamente desde su nacimiento.
Recordemos brevemente ese origen y algunas de sus derivaciones. La Argentina se endeuda por un millón de libras con la casa Baring Brothers en 1824, a cambio –entre otras cosas– de hipotecar tierras fiscales. En abril de 1826, el presidente Rivadavia desaloja de esas tierras a los indios y los criollos que la ocupaban. En mayo sanciona la Ley de Enfiteusis (una cesión discrecional de tierras, sin obligación de ocuparlas), y en julio se funda la Sociedad Rural Argentina, en la que Rivadavia tenía acciones.
Esa primera Sociedad Rural recibe 122 leguas en las zonas más fértiles de la provincia de Buenos Aires y en 1830 ya tiene 8,5 millones de hectáreas repartidas entre 500 estancieros asociados (aproximadamente 15.000 hectáreas cada uno). Las consecuencias económicas para el Estado no fueron buenas. Los estancieros esquivaban el pago del canon, además de alquilar las tierras como si no se tratara de una sociedad productiva sino inmobiliaria. Los patrones económicos de los estancieros en aquellos años se basaban en la apropiación, la especulación y la evasión.
En 1826, el primer presidente de la primera Sociedad Rural fue Narciso Martínez de Hoz. Su hijo, José Toribio, fue el encargado de liquidarla (era una sociedad de acciones) y refundarla en 1866, un año después de que los estancieros lograran la sanción del Código Rural en la provincia de Buenos Aires (de la que José Toribio Martínez de Hoz fue el “contenidista”), un modo de institucionalizar el trabajo servil de los peones de campo.
El predio que la Sociedad Rural Argentina usufructuó de hecho en Palermo fue un espacio desierto durante muchos años. Pero en 1906 asumió la presidencia de la sociedad Manuel Güiraldes (padre del escritor Ricardo Güiraldes), cargo que abandonó en 1908 para convertirse en intendente de la ciudad de Buenos Aires por designación de Figueroa Alcorta. Güiraldes fue el encargado de organizar los festejos del Centenario de 1910, de los que la Sociedad Rural se vio beneficiada con la construcción de sus pabellones históricos. En aquel momento, Sociedad Rural y Estado argentino eran más o menos lo mismo, por lo que se entiende que hoy en día irrite tanto a esta corporación la falta de privilegios que siempre tuvo y que consistió en dominar lo público mediante reuniones íntimas en las que obtenían los favores de la “política”. Viejas y nuevas historias del poder y la soberanía popular.

* Diputado Nacional - Frente para la Victoria.
Texto aparecido en Página/12 el 4/1/2013
con el título "La Rural y los favores políticos" 

jueves, 27 de diciembre de 2012

Brigadista Presidenta


CFK
"Plan Nacional del Manejo del Fuego Provocado"
Salón de las Mujeres Argentinas
Casa de Gobierno - Buenos Aires - Argentina
27/12/2012  

viernes, 21 de diciembre de 2012

Ratas

Uno ya está medio viejo. Se acuerda y cree que a los demás les pasa lo mismo. Pero parece que no.

¿Alguien se acuerda del final del gobierno de Alfonsín padre? Fue en 89 con supermercadazos. Atrás estaba la derecha peronista. O todavía alguien duda de que fogonearon Menem, Duhalde (y la derecha civico militar con Cavallo como estandarte). 

Llegaron para darle otra vuelta de rosca a la economía de guerra de Sourrouille. Entregaron todas y cada una de las empresas que durante décadas habían sido de todos los argentinos. Dijeron que era para mejorarle la vida a los jubilados y los maestros. 

Argentina se quedó sin luz, gas, teléfonos, ferrocarriles, aerolíneas de bandera. Uno de cada cuatro argentinos no tenía trabajo. Tuvimos relaciones carnales con los Estados Unidos. Y un ministro que le regalaba ositos cariñositos a los kelpers para que nos quisieran. Y muchas cosas más. Mientras tanto esa parte de la burguesía que ahora se llama clase media juntaba dólares entregando pesos uno a uno para viajar por el mundo y comprar importado mientras el país se caía a pedazos.

El 2001 también tuvo sus supermercadazos. Hace falta recordar ese gobierno. Ayer mismo, se cumplieron 11 años de que un asesino se subiera a un helicóptero dejando al país con al menos 33 muertos y un país a la deriva. Desde el día anterior gente que los medios monopólicos mostraban como hordas descontroladas entraban y salían de los supermercados. Y, decían, cargaban sobre la Capital Federal.
Atrás estaban lo que los medios llamaban los barones del conurbano. Fue la misma derecha peronista. Esta vez era Duhalde para acercarse a una presidencia de la única manera que podía, sin los votos.


Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa y Eduardo Caamaño. El tobogán que dejó en la presidencia sin votos a Eduardo Duhalde. El senador a cargo de la presidencia que pesificó la economía para licuarle la deuda al monopolio de Clarín y terminó tras los asesinatos en emboscada de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. (Un calco de la emboscada a Mariano Ferreyra años después).

¿A qué no sabes quién está detrás esta vez? Pero hay una diferencia abismal. Cristina es política, conductora, y peronista. Esta vuelta, las ratas no se pusieron los lentes.

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Nervioshosh?

Si alguien compró el ¿diario? La Nazión de hoy, o lo tiene a mano, guardelo porque es de colección. 
Si no lo tienen vayan a buscarlo (atenti que no dije comprenlo).
 
No tiene desperdicio. Saca el central dividido en dos. empieza el suplemento de economía con una publicidad y manda los editoriales y los necrológicos en la segunda parte del central.
 
¿Qué estará pasando? ¿ya no es tribuna? ¿ya no es de opinión?
 
¿Qué te pasha La Nashión? ¿Estash nerviosho?

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¡Y con está iglesia...!


No es para menos.
¿Un nuevo caso de "no en mi nombre"?
En la página 22 del ¿diario? La Nazión
11/12/2012 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Camandulaje


Caricatura perpetrada por Hermenegildo Sábat Publicada en el ex diario Clarín el 7/7/2012


Estoy con los huevos al plato de los que siguen sosteniendo que no hay que meterse con Sabat porque es solo un dibujante.

¿Todavía hay que explicar que es un editorialista más del monopolio?

¿y que coincide con su mirada?

¿Alguien vio una caricatura de Sabat donde Ernestina se choree dos pibes en una canasta?

¿Alguien vio una caricatura de Sabat donde se vea a Videla, Ernestina, Bartolome y Peralta Ramos entrando a Papel Prensa con el antifaz puesto?

Cuando él las haga y Clarín las publique ¿me avisan?

martes, 27 de noviembre de 2012

Fotografías



Por Horacio González*

Al juez Thomas Griesa le gusta fotografiarse. Es lógico, debe cumplir con una dimensión importante de la función pública, que es la publicidad de su figura, con la postura de una foto oficial. Hay fotos y fotos. La foto oficial es otra cosa. Se la prepara, la toman especialistas, debe hacer brillar la solemnidad y la gallardía del poder. Sin excesiva arrogancia y también sin falsos escrúpulos que parezcan un festejo de la informalidad. Pero veamos a Griesa: su fisonomía dice mucho... o lo dice todo. Es un rostro que pertenece a una cultura. Aunque no necesariamente agota todas las posibilidades de la cultura norteamericana. Basta comparar su foto con fotos de Faulkner, Kerouac, el mismo Henry Fonda. O si no, Marlon Brando. Claro, son actores o escritores. Pero en sus rostros está expresada una indeterminación, una apertura a la dificultad de la existencia. Pero en Griesa no. Solo hay determinación, un arquetipo que parece surgido de un comic. Algo que informa que estos rasgos sumarios de una fisonomía pueden albergar las formulaciones más demoledoras de una cultura jurídica.

Es un rostro enjuto, tomado por una ancianidad que casi es un mecanismo de voracidad y astucia. Al lado de la bandera norteamericana, toma tal envergadura arquetípica, que es en sí mismo un llamado imperial, una convocatoria belicosa con su martillo de madera reposando amenazador en el pupitre. Parecería la estampa misma de un encorvado dicterio, de un úkase patriarcal pronunciado desde lo alto y hacia el vacío. Un reposado mundo jerárquico se desprende su figura, como vieja concepción del mando imperial. En las fotos esto aparece como un resplandor subrepticio, pero notable.

Todos podemos verlo. En esa mirada levemente irónica desfilan como luminarias inertes las antiguas guerras de conquista. Vemos la expansión contra México, la guerra contra España para controlar Cuba, las acciones de todo el comienzo del siglo XX sobre Nicaragua, las intervenciones sobre el resto del planeta, las que podríamos considerar las más injustas, pues brotaban de cálculos geopolíticos y económicos de secretos gabinetes de intrusión. En esa mirada lejana, como ensoñada, en su vejez recalcitrante, podemos ver en Griesa –hombre de Kansas, de Harvard, del Sistema– también la brumosa figura de un Braden. Pero no veremos la de Humphrey Bogart. Sí la de un John Wayne. No la de un James Dean. La cultura norteamericana, tan compleja como es, con su propensión a grabar fuertes imágenes en la mirada de la humanidad, que supo llamar Nación a su enorme variedad cultural, queda confinada en ese rancio octogenario que convoca a la destrucción escribiendo actas judiciales que casi son órdenes misilísticas.

Cada una de sus fotos, con toga o sin toga, con bandera norteamericana o sin bandera norteamericana de fondo, con media sonrisa o gesto adusto de burlona rapacidad, en un balcón neoyorquino o rodeado de libros de leyes encuadernados –sí, le gusta fotografiarse– es un retrato condenatorio de la civilización que han creado los Estados Unidos de América. De su aspecto humanamente más fracasado. Ningún rastro aquí de la tradición del fiscal, del juez que juega su cargo en una denuncia, del sheriff valiente que no se doblega ante los sátrapas de turno. Es la gran tradición liberal norteamericana. Está en su cine, su literatura: Doce hombres en pugna; Casablanca; Los días del Cóndor; Shane, el desconocido; La jauría humana; JFK; A la hora señalada; Citizen Kane. En el cortejo cruento que pasa ante a mirada atemporal de Griesa, están los masacrados por tormentas en el desierto o en prisiones como Guantánamo. Sueña este hombre, que sale de las emisiones más lúgubres de las voluminosas fuerzas antidemocráticas de la sociedad norteamericana, que puede enfrentar sociedades más débiles desde lo alto de una cumbre judicial abstracta, con dictámenes escritos con garras, tan diferentes de las plumas que emplearon Jefferson o Luther King para escribir sus documentos. Sueña que abre sus alas y transfigura su despacho, queda su cuerpo hecho famosa ave funesta y restan solo sus ojitos entrecerrados, que picotean en los recuerdos de sus hazañas jurídicas bajo el tambor regimentado de la especulación financiera más oscura de la historia de la modernidad.

Gozosamente cadavérico, picoteando basurales de la historia, su imagen concita el repudio de los pueblos, por reasentar las formas intrincadamente más oscuras del capitalismo norteamericano. Esa mejilla hundida, ese mechón a veces peinado y a veces despeinado. Sin duda habita un sarcasmo ahí, un supremo placer de daño que no es diferente del que presidió los momentos más oscuros de la nación norteamericana. Quizá sea cariñoso con sus nietitos, pero en estas imágenes bate alas su condición depredadora. El pueblo norteamericano debe también saber verla, porque al hacerlo conocerá también qué es lo que debe ser alejado de su propio tejido moral e intelectual.

* Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional.
Publicado el 27/11/2012 en Página/12 como"Fisonomía de Griesa"