martes, 7 de mayo de 2013

Manual de estilo


CRÓNICA es popular. Viaja con la gente, en tren o en colectivo. Sus noticias se van sumando a la página con la misma prisa de los pasajeros. Empujan y entran.


Crónica se lee en el viaje al trabajo. O en viaje a su búsqueda. O en los mates compartidos después del regreso diario. Crónica hace la fila en el hospital público. Es de Boca o de River. O de un equipo del ascenso. Crónica puede contar cualquier deporte si es la gesta de una selección nacional. Tiene posturas claras. Por eso cada vez que habla de Inglaterra dice Piratas. O cuando habla de Estados Unidos dice Yankis.


Crónica Espectáculos es cada fama de cada cinco minutos de fama.


Crónica no aumenta de precio los días que trae suplementos. Casi no hay tiempo para leerlos. No acostumbra publicar fascículos. Su lector no tiene plata ni lugar para coleccionar.


Crónica se ocupa de la timba y las carreras porque es la forma en la que muchos  imaginan mejorar su vida. Por un golpe de suerte.


Crónica es la historia de esa fidelidad con su gente.

 

(Hoy, Crónica es propiedad de un grupo inversor vinculado a la UOM y a FORJAR. Ya no es Héctor Ricardo García, ni Ariel Delgado, ni Marta Ferro. A Clarín ya no le interesa comprarlo, como históricamente intentó. Para derrotarlo tuvo que esperar que García fuera procesado por evasión impositiva. Y publicar gratuitamente La Razón durante años. Crónica hoy es otra cosa. Aunque todavía persisten girones de aquella historia).


-Este texto fue escrito en octubre del 2008. Ayer, cuando un grupo de trabajadores de Ford intentó cortar la autopista Panamericana en reclamo por el despido de 16 trabajadores, CrónicaTV fue el único canal en el podías enterarte de lo que estaba pasando por el zócalo y el relato. En el resto de los canales de noticias solo interesaba transmitir una angustiante sensación de caos vehicular y humano e inminente represn de la protesta-

jueves, 2 de mayo de 2013

La Piñon Fijo

Lanzose ayer en Córdoba con gran entusiasmo de parte de sus integrantes una troupe humoristico-circense que hará las delicias de cuanto niño rico que tiene tristeza se cruce con ella. 

Se desconoce que exista algún tipo de relación entre la elección de la fecha de su lanzamiento y el día del Trabajador.

Entre los capocómicos más famosos que la integran se encuentran: Hugo Moyano, Jose Manuel De la Sota, Francisco De Narváez, Roberto Lavagna, Jorge Yoma, Luis Barrionuevo de Camaño, Claudia Rucci, Pepe Scioli.

martes, 30 de abril de 2013

Todo terreno


"Al ver las imágenes comprobaron en una de ellas una forma de plato hondo, distinta a lo que podría tratarse de un aviòn o de un pájaro. Fueron tomadas desde una camioneta en pleno movimiento".

¿Plato hondo con sopa o guiso?
¿Patero, Bosca o Whisky?
Por lo que se puede ver la camioneta era todo terreno
y el campo era grande y  acababa en una cordillera.  

Últimamente no se puede fumar casi en ningún lado.
En las redacciones debiera regir 
la prohibición de tomar.  
Si conduce no beba.

(Fuente: Diario Popular 26/4/2013) 

Yo te avisé


Pesca del día
(que la marea siempre ayude)

Zarzuela de Mar
(En Japón le llaman tsunami)

Rabo de Buey
(¡Puaj!)
 
2 Tapas
(dos, la verdad que suena a poco)
 
Y para bajar todo eso
Beber con moderación

El Burladero. Si ellos lo dicen...   

Plan


Por Aníbal Fernández *

“La violencia es el último recurso del incompetente”. Isaac Asimov.

No fue una equivocación. La muestra evidente de esto es que no hay arrepentimiento ni preocupación. Ni tan siquiera culpa... como si ellos quisieran ocupar, en términos de consideración, el lugar de los pacientes del Borda a los que mandaron agredir brutalmente. Como les dijo la Presidenta: “Hay algunos que están afuera y deberían estar adentro”. La ausencia de culpa es una de las más claras evidencias de alguna psicopatía.


No hubo ni un gesto, ni una declaración que hiciera pensar que pudo haber error en la sangrienta represión que ordenaron el viernes pasado. No asumieron responsabilidad alguna por las heridas físicas y psicológicas (quizá las más profundas) que su decisión les provocó a los internados en el neurosiquiátrico. Al contrario... durante la interpelación del sábado se mostraban plácidos, sonrientes... diría que satisfechos.


Fue adrede. A mansalva. Alevosamente y con premeditación. Fue estratégicamente pensado (habría que ver quiénes operan como estrategas de ese grupo) con la clara intención de confirmar lo que ya venían insinuando en otras expresiones represivas similares, como la del Parque Centenario y la Sala Alberdi: “A nosotros no nos va a frenar ni la protesta, ni la ley, ni nada”... Así de autoritario es su accionar.


Actuaron seguros de que ese sector de la sociedad al que se dirigen decodifica perfectamente el mensaje de su accionar despiadado y sin límites. Y si esto no fuera así, no importa: los exegetas de los medios que los protegen (y financian... y asesoran) les explicarán oportunamente a sus lectores que “es hora de que la policía actúe frente a los violentos”... Sin decir que los “violentos” en cuestión eran enfermeras, pacientes, trabajadores de la salud y periodistas.


La verdad es que creen que una marcha de protesta les da una oportunidad y también impunidad. Juzgan que esas mujeres y esos hombres que se manifiestan “políticamente insatisfechos” (una muestra de la Consultora Equis dice que casi el 80 por ciento de los manifestantes no se siente representado por ningún partido político) desean, esperan, añoran una dictadura o, en el mejor de los casos, un gobierno similar a los de las “dictablandas” del “onganiato”. Han escuchado, por ahí, a algunos que dicen: “Lo que necesitamos es un gobierno duro, que castigue a los delincuentes, que no permita que estos negros salgan a la calle a manifestarse...” y entonces les dan una muestra gratis de lo que van a ser y hacer si ganan: palos, gases, balas de goma y de plomo, si fuese necesario, para acallar cualquier protesta que moleste a sus patrones.


Agregan, al mensaje, muestras de un absoluto control de sus fuerzas de choque (el “policía metropolitano” con boina negra de comando, gafas oscuras, pucho en la boca, disparando su escopeta a menos de tres metros de los manifestantes, es la imagen de policía con la que sueñan en sus sueños más dulces).


Y cierran con la conferencia de prensa en la que advierten que se respaldan unos a otros. Que ellos son “buenos” y los que se oponen a ellos, los malos. Que actuaron en base a sus propias leyes, desconociendo la ley. Y que pueden ser el paradigma del cinismo a la hora de explicar lo inexplicable.

Es decir: lo del viernes fue algo así como un acto de campaña electoral dirigido a un sector de la sociedad que, ellos entienden, espera el regreso de una “tiranía” protagonizada por un sector de las “clases altas” entreverados con golpistas eternos, que derroque a lo que, para ellos, es la versión siglo XXI de la “dictadura del proletariado”.


Eso sí, de paso hacen negocios inmobiliarios, porque si de algo saben es de construcción... de construcción de edificios para la venta porque, de construcción política, no entienden absolutamente nada. Son unos perfectos ignorantes.


* Senador Nacional del FpV

Publicado en Página/12 el 30/4/2013 como “La represión fue un mensaje”

lunes, 29 de abril de 2013

Hologramas


El estructurado estructuralismo norteamericano formateó, por décadas, prolijos trabajadores de prensa que salían a la calle con su formulario mental por completar.

Así, cual censistas de la realidad iban con su anotador contestando: Quién, Qué, Cómo, Cuándo, Dónde, Por qué y Para qué.

Y las noticias salían prolijas bajo un título que le avisaba al lector lo que iba a encontrarse en el desarrollo. Y la foto era de lo que la noticia contaba. Y los avisos de la página eran los que pautaba el departamento comercial del medio. Y no el de la empresa que patrocinaba una información.

La holografía es una técnica fotográfica que permite que dos imágenes compartan el mismo espacio físico.
Así, de acuerdo a desde que ángulo miremos el holograma será la imágen con la que nos encontraremos.

Existen noticias holográficas. 
La construcción informativa de la noticia sobre el conflicto de los trabajadores de Fel Fort es uno de esos casos.

En el mismo espacio conviven la mirada del editor y la del trabajador de prensa que redactó el material.
Uno, mira con los ojos del empresario que anuncia en el diario y que comparte mirada con el dueño del medio respecto al trato para con sus empleados. El otro, mira desde el conflicto que los empleados del chocolatero mantienen con el empresario y desde los destratos que los trabajadores del medio también padecen.

El editor desdibuja con su trazo todo lo que el redactor cuenta. Borra con su codo lo que el periodista escribe con la mano.

Resalta en el título: Dura respuesta del empresario a los empleados. No dice trabajadores, dice empleados.

  
"Que vayan a laburar en lugar de quejarse", dice Fort desde un estudio de televisión. Podría haberlo dicho desde Miami subido a un descapotable de serie norteamericana. O bailando en el programa de Marcelo Hugo. O promocionando su espectáculo en la costa bonaerense o en la noche de la calle Corrientes. O Saliendo de un post-operatorio en un sanatorio cinco estrellas.
Y el editor lo resalta.

"Esta empresa tiene más de 100 años ¿cómo no va a tener las condiciones necesarias para trabajar?" dice Ricardo Fort. Como si el 1º de Mayo fuese el día del trabajo y no el del trabajador. Cómo si esa conmemoración fuese solo un día no laborable. Y hubiese surgido de la nada.  Como si en Argentina jamás hubiese existido el peronismo para hacer visible al "subsuelo de la Patria sublevada" de Scalabrini Ortiz.

Ricardo Fort se indigna con los trabajadores de su fábrica. Y el editor lo resalta. Porque esa indignación es gemela de la del dueño del diario para el que él trabaja. Y es gemela del empresario medio.



 La noticia aparece en Espectáculos para que el protagonista pueda ser Fort. Si la noticia apareciese en Gremiales los protagonistas debieran ser necesariamente los trabajadores de Fel Fort. Pero esa es una opción que el medio descarta de plano.



El redactor cuenta en cuatro párrafos y medio de los cinco tiene para contestar las preguntas con que el estructuralismo norteamericano nos formateó por décadas a los trabajadores de prensa, el conflicto de los trabajadores de Fel Fort. Pero para leerlo hay que mirar la noticia desde otro ángulo. Como a los hologramas.