-I-
-II-
Mirar avisos fúnebres es muy interesante.
Porque por esos sitios uno suele encontrarse con los mapas de lo desconocido como diría el conocedor de lo oscuro, lo tenebroso y lo oculto, Narciso Ibañez Menta.
Por motivos que uno no alcanza a abarcar, en esas circunstancias un sinnúmero de personas le escriben textos breves a personas que ya no leen.
Tal vez como una forma de hacer un duelo, tal vez como una forma de exorcismo, tal vez como una forma de encontrarse para ver quienes quedan y quienes no vinieron.
Y como en todos los velorios uno encuentra gente que fue a chusmear, personas que fueron a figurar, personas que saludan sin conocer, personas que saludan sin conocer y sin que se note. Y conocidos de toda la vida. Personas de confianza. Gente con la que los deudos han compartido vida y negocios.
Esos son los interesantes.
Y entre los muchos que lo despidieron a Joe, el siniestro, dos fueron Ayerza y Gainza. Dos de estos últimos. De los que han compartido con los deudos vida y negocios. Por eso saludan como saludan. Extemporáneamente. Felicitántandose por cosas que ya nadie de los que supieron de las mieles de la plata dulce y la tablita se felicita.
Ellos saben que la página 15 de Página/12 de hoy está equivocada.
Ellos saben que Joe no fue un símbolo de la complicidad civil (de la última dictadura argentina).
Ellos saben que Ellos fueron la dictadura.
Por eso lo despiden como lo despiden.
Y mientras sigamos desprevenidos al respecto estarán tranquilos.
Ellos si saben que en el mapa de la oligarquía hay que buscar el mapa del delito en la Argentina.
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