Hay una construcción instalada que sostiene que miramos noticias para entender el mundo.
Sin
embargo, no es así.
Construimos nuestro entendimiento del mundo
previamente. Y con ese marco miramos las noticias. Así, la función de
las noticias es ratificar el rumbo correcto de nuestro marco previo.
Más aún: El universo multimedial (nos) construye (nuestro) entender desde sus propias usinas de institucionalización.
Los
medios y los factores de poder se proponen educarnos permanentemente a
su imagen y semejanza. El universo multimedial institucionaliza
permanentemente.
"La televisión educa, forma y entretiene" repetían en sonsonete por años en las facultades de ciencias de la comunicación. Era verdad. Educaban, formaban y entretenían pero desde los parámetros de los sectores dominantes de las sociedades. Así: democracia, participación, seguridad, política, economía, sexo, dios, familia, tradición, imperio, eran conceptos unidireccionales. Eran construidos y contados por los medios hegemónicos a imagen y semejanza de cómo los sostenían las oligarquías, las religiones y los espacios de poder de las sociedades. La televisión educa, forma y entretiene en los valores del opresor. Pero no lo hace desde lo que entendemos como sus contenidos noticiosos, sino que la televisión estereotipa conocimientos desde sus contenidos ficcionales. Por décadas desde la segunda guerra mundial, las cadenas norteamericanas de televisión circularon sus producciones de ficción por los principales canales de televisión de los diferentes países de América y el resto del mundo. En Argentina, por ejemplo, los canales 13, 11, 9, 7 y 2 (que transmitían sus programas desde la Capital Federal y la ciudad de La Plata) emitían las series de ficción de la televisión de los Estados Unidos como si fuesen programación propia. El resto de las canales argentinos, a su vez, funcionaban como repetidoras de esos cinco canales. De ese modo, la construcción de sentidos imperial se generaba en Estados Unidos y era replicada sin más por los constructores de sentido en el resto de los países del planeta. Cuando los Estados Unidos exportaban golpes militares y dictaduras a Suramérica a principios de los '70, las cadenas norteamericanas de televisión instalaban, en los canales de televisión de nuestros países, series televisivas que naturalizaban la violencia, la parapolicialidad y la existencia de países a los que la Guerra Fría les sucedía pasivamente.
ABC, CBS Y NBC instalaron desde allí en las sociedades, primero, la urgencia de golpes militares, luego los sostuvieron y cuando los planes para sus patios traseros fueron otros sostuvieron ese giro desde los cambios en las temáticas de las series.
Con los años, la aparición de los cables como oferentes de la programación de más de cien canales permitió acabar con la intermediación de los canales nacionales (y los locales) como reproductores de contenidos generados en Estados Unidos. Así la construcción de sentido desde los generadores en el imperio se produce en tiempo real.
Desde allí llegamos a la construcción puesta a la luz el pasado 3 de septiembre cuando el Diario Popular publica, en papel, una información que no subirá a su portal web: "Venezuela investigará al canal TNT por una acusación a Maduro". En la serie Legends de ese canal que se puede ver en toda Suramérica pero que se produce en Estados Unidos se puede observar como una persona a la que se acusa de traficante es interrogado y en medio de ese apremio dice trabajar para (Nicolás) Maduro y el PSUV para quienes compra armas químicas. Esta noticia no apareció en ningún otro medio. En abril de 2013 Nicolás Maduro asume como Presidente de Venezuela tras ganar las elecciones por alrededor del 50% de los votos. Gobernaba la República Bolivariana desde diciembre de 2012 cuando asumió tras el agravamiento del cáncer que padeciera Hugo Chávez Frías (de quien era vicepresidente). El PSUV gobierna Venezuela desde 2008. El dueño de TNT es Ted Turner. Robert Edward Turner III nació en Cincinati. Estudió en la Academia Militar de
Georgia. Y a los 25 años heredó su agencia de publicidad de su padre
valuada por entonces en un millón de dólares. Por entonces, Nicolás Maduro no había cumplido su primer año de vida.
Venezuela tiene bajo su tierra la primer reserva acreditada de petróleo del planeta. Estados Unidos es el mayor consumidor de petroleo del mundo. Y solo produce el 49% de lo que utiliza. Venezuela está a solo cuatro días por barco de los Estados Unidos. El episodio de TNT revela uno de los puntos ciegos de la avanzada mediática contra América del Sur. Al Pato Donald lo están libretando a destajo.