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miércoles, 5 de junio de 2013

Como el auto


Imagino el diálogo:

-¿Y cómo es su apellido, señor?
- Como suena. Como el auto.

 No hay nada como una buena definición.

Ser el marido de "nuestra excepcional colabradora por muchos años en temas de jardinería".

O que digan de vos que sos "un hombre ejemplar. Así se lo apreciaba en este diario, en el que nunca trabajó".

O que entre tus "múltiples contribuciones al historial de la música popular rioplatense" se encuentre la bonita página (que no llegaste a escuchar) intitulada un "Tango para Francisco".

Acá tenés las referencias para el Curriculum. 
Elegí la que quieras:





 

jueves, 18 de abril de 2013

Marketing y Comunicación

Hace un tiempo conociste esta foto

Ahí los pichos hacen lo suyo
Pobre arbolito
¿Alguien le avisa a Greenpeace?

 (¡Gracias Gabuchi!)

lunes, 18 de marzo de 2013

Deudos

-I-




-II-





Porque por esos sitios uno suele encontrarse con los mapas de lo desconocido como diría el conocedor de lo oscuro, lo tenebroso y lo oculto, Narciso Ibañez Menta.

Por motivos que uno no alcanza a abarcar, en esas circunstancias un sinnúmero de personas le escriben textos breves a personas que ya no leen.

Tal vez como una forma de hacer un duelo, tal vez como una forma de exorcismo, tal vez como una forma de encontrarse para ver quienes quedan y quienes no vinieron.

Y como en todos los velorios uno encuentra gente que fue a chusmear, personas que fueron a figurar, personas que saludan sin conocer, personas que saludan sin conocer y sin que se note. Y conocidos de toda la vida. Personas de confianza. Gente con la que los deudos han compartido vida y negocios.
Esos son los interesantes.

Y entre los muchos que lo despidieron a Joe, el siniestro, dos fueron Ayerza y Gainza. Dos de estos últimos. De los que han compartido con los deudos vida y negocios. Por eso saludan como saludan. Extemporáneamente. Felicitántandose por cosas que ya nadie de los que supieron de las mieles de la plata dulce y la tablita se felicita.

Ellos saben que la página 15 de Página/12 de hoy está equivocada.

Ellos saben que Joe no fue un símbolo de la complicidad civil (de la última dictadura argentina).

Ellos saben que Ellos fueron la dictadura.
Por eso lo despiden como lo despiden.

Y mientras sigamos desprevenidos al respecto estarán tranquilos.

Ellos si saben que en el mapa de la oligarquía hay que buscar el mapa del delito en la Argentina.

lunes, 4 de febrero de 2013

¡Cachá lo´ lente!


¿Qué agregar a esta construcción textual?
En el ¿diario? La Nazión
4/2/2013
¡Ah! Editó Juan Landaburu
LNmundo@lanacion.com.ar
@lanacioncom
facebook.com/lanacion   

miércoles, 9 de enero de 2013

SaturNicho



























































Anotá los nombre de los que lo despiden. 
Busqué y busque.
No lo conocí. Pero a juzgar por la compañía 
 si el mentado Saturnino fue buena gente
le debe haber costado muchísimo trabajo 

Gracias a: Avisos Fúnebres del ¿diario? La Nazión 9/1/2013
 

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Nervioshosh?

Si alguien compró el ¿diario? La Nazión de hoy, o lo tiene a mano, guardelo porque es de colección. 
Si no lo tienen vayan a buscarlo (atenti que no dije comprenlo).
 
No tiene desperdicio. Saca el central dividido en dos. empieza el suplemento de economía con una publicidad y manda los editoriales y los necrológicos en la segunda parte del central.
 
¿Qué estará pasando? ¿ya no es tribuna? ¿ya no es de opinión?
 
¿Qué te pasha La Nashión? ¿Estash nerviosho?

martes, 13 de noviembre de 2012

Los dueños de la tierra


$ 11.800.000.000
Una cifra bastante impresionante ¿no?

¿Quiere decir que antes esos 11.800.000.000 eran ganancia?

Si la inundación no les hizo perder todo, quiere decir que esos casi doce mil millones de pesos son solo una parte de la ganancia "del agro".

¿Cuánto están pagando de impuestos? 

En el ¿diario? La Nazión 6/11/2012 pág 16 

lunes, 12 de noviembre de 2012

viernes, 2 de noviembre de 2012

Libertad de(s) presión

"Podrá el diario en cuestión estar perfectamente a salvo en el aspecto legal; podrá haber cuidado las formas en todas sus actividades, pero como diputado revolucionario y como hombre que tiene por costumbre decir las cosas tal cual las siente, afirmo que el diario La Prensa tiene contraída con el pueblo de la República la deuda de sus grandes pecados. Para nosotros 'La Prensa' es un diario merecedor de serias acusaciones; no -como dijo el señor diputado Santander, traduciendo la opinión de su partido (Radical)- por disparidad de opiniones con referencia a determinados aspectos de la realidad nacional e internacional. Ni tampoco por agravios como los que ha inferido el propio partido Radical -algunos citados por el señor diputado Colom- como, por ejemplo, el relativo a la revolución del señor Cattaneo, cuando describió en tonos sombríos como elementos anarquistas y personalistas intentaron perturbar el orden. Si solo tuviésemos agravios de ese tipo, no nos alegraríamos en este momento de asestarle un golpe a través de esta Cámara.

Nosotros estamos contra La Prensa por razones mucho más serias, mucho más fundamentales. Estamos contra La Prensa porque creemos que diarios de esa clase son los que han minado las bases de la nacionalidad; creemos que La Prensa es uno de los obstáculos, como hay muchos otros en el continente, que han impedido o demorado todas las posibilidades de reivindicaciones proletarias en Latinoamérica. Nosotros lo decimos por encima de las contingencias de la comisión investigadora; lo decimos como hombres políticos que expresamos opiniones personales.

Nosotros estamos con los obreros y estamos contra La Prensa porque La Prensa, por supuesto, siempre estará, como lo ha estado hasta ahora, contra los obreros y contra nosotros.

Este es el planteo revolucionario con respecto a este problema con La Prensa. Nosotros con los nuestros, La Prensa con los suyos y con sus aliados de dentro y fuera del país y con todos aquellos que, sin estar complicados en las maquinaciones de los diarios capitalistas, creen que están defendiendo los intereses de la prensa libre y de la libertad de prensa.

Esa 'movilización capitalista internacional' a que se refiere el mensaje del Poder Ejecutivo -y que llama la atención al señor diputado por Entre Ríos- es un hecho concreto que notamos a través de todas las cadenas periodísticas, de las agencias noticiosas, de los diarios que están en manos de los propietarios de minas de cobre o de estaño, de las grandes plantaciones, de todas las compañías con ramificaciones  imperialistas en América Latina. Lo notamos a través de todas esas organizaciones de tipo internacional que so pretexto de la defensa de principios como la democracia y la libertad, que nos son caros a todos los habitantes de Latinoamérica, están en realidad sirviendo -consciente o inconscientemente- la causa de los auténticos y verdaderos enemigos de la libertad, de la democracia y de Latinoamérica.

Nosotros lo notamos porque evidentemente se ha creado un clima internacional con respecto al problema de La Prensa. Este diario es de un poder, perfectamene cimentado a través de muchos años de vida. Tanto es un poder que en todo el continente y aún en Europa se han levantado voces de protesta contra el llamado 'atropello contra La Prensa'; e inclusive el señor ayudante de Estado para Asuntos Latinoamericanos, Edward Miller, se ha permitido hacer declaraciones con referencia específica al caso de La Prensa que, en resumen, dicen lo siguiente: 'que las relaciones argentino-norteamericanas se habían resentido a causa de la actitud del gobierno argentino hacia la huelga que determinó el cierre del diario La Prensa, que como todo el que que cree en una prensa libre y como amigo de la Argentina debía sentirse preocupado respecto de la situación de La Prensa y de sus empleados; que la política de su gobierno estaba determinada por la opinión pública norteamericana, que en este caso había reaccionado en tal forma que su gobierno se estaba viendo obligado a disminuir su política de cooperación...'
Las aclaraciones tienden precisamente a expresar todo lo contrario de lo que enumeran: ¿quién le preguntó al declarante oficioso si los Estados Unidos quieren o no intervenir en el conflicto de La Prensa? ¿Es que acaso puede haber algún ingenuo que crea que verdaderamente los EE.UU tiene personería para resolver el problema de La Prensa? ¿A qué viene esta aclaración de que no podrá ser llevado a la próxima conferencia de cancilleres
Este es un intento de coacción contra el gobierno argentino; y precisamente, mientra por un lado se le acusa de estar procurando intervenir en el conflicto gremial, por otro lado se le formulan críticas por la actitud que toma de no intervenir, porque seguro se esperará que el gobierno argentino adopte medidas de represión violenta contra los obreros, como en el pasado.

Esta sería una declaración absurda si la consideramos en su exacta ubicación. Pero no nos engañemos. Esta no es una bufonada, porque sabemos perfectamente bien cuál ha sido y cuál es la política de los estados imperialistas con respecto a los países de América Latina.

Si fuera exacto que está en juego la libertad de prensa, ninguna voz se levantaría contra este principio fundamental de los derechos humanos; pero esto no es la libertad de prensa. La libertad de prensa es una cosa auténtica, que se está mancillando a través del plan distorsionado que se está siguiendo en este asunto. Nosotros creemos en la libertad de prensa, de la prensa independiente y de la ideológica, de la equivocada y de la que está en la verdad; pero en lo que no creemos es en el derecho de estas empresas mercantiles y capitalistas para procurar que los resortes del Estado se pongan al servicio de sus intereses  cada vez que hay cuestiones gremiales en juego.

¿Es acaso la libertad de prensa lo que ha dado lugar a esta declaración del señor Miller? Nosotros afirmamos que no.

Los países de América española han aprendido a través de siglos de sudor y sangre, a desconfiar de aquellas palabras humanistas y justicieras cuando son formuladas por los labios de sus explotadores.

Nosotros sabemos que para el imperialismo el principio de la libertad de comercio, el principio de la libertad de concurrencia, el principio de la libre actividad privada y principio de la libre empresa son todos fantasmas y mitos que a la larga sirven para acentuar cada vez más la desigualdad que ya existe entre países coloniales y semicoloniales.

Desgraciadamente, a través de los procesos históricos de la humanidad, la libertad de prensa, junto con estas otras libertades que he mencionado, ha venido a construir un instrumento más de aherrojamiento, de sometimiento de los pueblos coloniales y semicoloniales.

¡Qué nos vienen a hablar de libertad de prensa! El propósito es querer embaucarnos con una supuesta igualdad jurídicoformal, que es el punto de arranque de la exacerbación de la desigualdad social y económica.

Las empresas periodísticas como la que consideramos hoy están en un mundo de trusts, de carteles, de holdings, de toda forma de integración monopolista. La llamada 'prensa grande' no ha escapado a este proceso: se han ido integrando, concentrando, y al final ha venido todos órganos de opinión de importancia comercial a quedar en manos de pocos propietarios que siempre están vinculados directamente directamente a las altas finanzas y a los grandes negocios.

Cuando el señor Miller se preocupa por la situación del diario La Prensa ¿en qué concepto, en qué principio se inspira? Si creyeramos por un momento, en que su aplicación es sincera y que verdaderamente está en juego el principio de la libertad de prensa, le diríamos entonces al señor Miller que no necesita trasladarse hasta la República Argentina, pues puede dedicarse a defenderla en su propio país, porque está demostrado que el lugar donde menos libertad de prensa existe es en los propios Estados Unidos.

Supongo que el señor Miller no creerá que la cadena Hearst es una cadena de prensa libre o que la cadena Scripp-Howard con sus 19 diarios y todas sus filiales constituye una expresión del pensamiento libre en materia periodística.

Pero no nos sorprendemos, porque sabemos perfectamente bien qué es lo que se quiere defender a través del diario La Prensa.

El señor Miller tiene algunos ejemplos en su propio país. Cuando el presidente de la Associated Press, el señor Cooper, proclamó la necesidad de defender la libertad internacional de prensa, lo que quería era conservar la libertad de monopolio de su agencia. ¿A quién le van a hacer creer que esos periódicos son expresión de la opinión ciudadana, y que dirigen honestamente el pensamiento público? Al mismo tiempo que formulaba esa declaración, en su propio país lo había declarado ilegal por haberse comprobado las maniobras tortuosas que la Associated Press realizó para impedir que otras agencias menos poderosas tuvieran acceso a los medios de información.

Se nos podrá decir que es una afirmación que hacemos los peronistas desde aquí, pretendiendo interiorizarnos de cosas de los Estados Unidos. No es así. Una de las publicaciones que gozan de más fe en los propios círculos afectos a este tipo de prensa, como 'The Economist' de Londres, decía que a través de estas declaraciones 'se preparaba el camino al dominio mundial de los EE.UU, mediante agencias  informativas norteamericanas poderosas desde el punto de vista financiero'. Por supuesto que al mismo tiempo la Associated Press acusó de idéntico delito a la revista 'The Economist'. La verdad es que ambos tenían razón. El proceso de concentración ha sido paralelo en los EE.UU y en Inglaterra. A través de los años ha ido restringiéndose el número de periódicos y formándose las grandes integraciones capitalistas que manejan todos los medios de información, difusión y publicación de noticias escritas. Tanto la Reuter como la Associated Press y la United Press poseen una red internacional y una organización privada, al margen de la cual hay poco menos que una imposibilidad total para actuar a las demás agencias noticiosas, salvo que cuenten con el apoyo de gobiernos igualmente poderosos. Una sola de ellas controla 285.000 millas de cable telegráfico contratado especialmente para su explotación monopolista.

Los vastos capitales que abarcan empresas no pueden moverse a impulsos propios o ideologías, sino que deben procurar ampliar su esfera de acción y de dominio. La concentración de la industria conduce fatalmente al monopolio, tiende a la expansión y busca ampliar la zona dominada por los monopolios rivales. Es simplemente una ley económica de la sociedad capitalista. De ninguna manera una lucha de ideas.

En los EE.UU las cifras son elocuentes. Recuerdo que Tocqueville, en su libro clásico 'La democracia en América' se asombraba de la extraordinaria cantidad de periódicos que existen en Norte América; en cada pueblo había 2 ó 3 periódicos que se desenvolvían con muy pequeños gastos y que no perseguían fines de lucro. Pero lo que vio Tocqueville era hace más de 100 años. Ahora el número de diarios ha ido disminuyendo, porque en la actualidad son empresas de tipo netamente capitalista y no pueden subsistir si no producen dividendos y dan ganancias a los accionistas.

En Norte América había en 1920, 2.000 diarios y actualmente hay alrededor de 1.700. En 1.100 ciudades de los EE.UU. hay solamente un periódico y en las 160 ciudades donde hay más de uno, ellos se encuentran en manos de un propietario o grupo de propietarios. Salvo contadas excepciones, la regla es que el periódico es un instrumento más de las clases dominantes en perjuicio de las clases económicamente menos favorecidas.

Un ex director del diario 'New York Post' y de la revista 'The Nation', ambos muy importantes en los EE.UU decía lo siguiente: 'A ningún editor le pasa por la cabeza fundar un gran periódico a menos que su cuenta bancaria llegue a 20 ó 15 millones de dólares'. Esto lo dice un hombre que forma parte del sistema periodístico fundamental de los EE.UU.

Después de estas afirmaciones, ¿puede hablarse con seriedad de prensa libre? ¿o podemos directamente dar a estas empresas el nombre que verdaderamente tienen? Son empresas de lucro, de integración capitalista, y que lógicamente buscan lo que buscan todas las empresas capitalistas: repartir dividendos, favorecer a los accionistas.

No se puede creer que exista la posibilidad de que esos diarios, controlados de esa manera, vayan a jugarse en pos de un ideal o de un principio que pueda producirles un quebranto económico.

Nosotros creemos que suponer que la independencia de esos diarios es un hecho real, constituye una ingenuidad en la que no puede caer una persona tan altamente colocada como el funcionario que ha hecho la declaración que estoy comentando.

Los propietarios de los grandes diarios, de las grandes agencias, están interesados en sacar un interés a su capital. Sus ideas y principios -cuando los tienen- se subordinan inexorablemente a su interés comercial.

No se puede confundir prensa libre con la empresa periodística que persigue un negocio. Nosotros tenemos el más profundo respeto por los diarios que a través de nuestra vida nacional han salido a combatir por ideas, desde los diarios de los primeros gobiernos, o el dirigido por Manuel Belgrano, pasando por los jocosos periódicos de la época del padre Castañeda, y hasta los de las épocas de la organización, y si  bien con quienes dirigían el país y los periódicos podemos tener discrepancias ideológicas, es evidente que tomaban la empresa periodística como una manera de defender su pensamiento. Pero no podemos comparar eso con estos comerciantes que no bien tienen un conflicto cn sus obreros pretenden, a través de todo este movimiento internacional, que el gobierno se ponga al servicio de los intereses de los propietarios contra los servidores que hacen y han hecho su engrandecimiento"



John W. Cooke
El 16/3/1951
Publicado en "La Prensa. Cien años contra el país" - Luz y Fuerza, 1970