El primer censo carcelario en Argentina es de 1906. Era presidente de la nación Figueroa Alcorta. Los primeros cómputos van a conocerse el 31 de diciembre de ese mismo año.
Un
par de números: había 65 cárceles en todo el país y 8.011 reclusos de
los cuales estaban condenados solo 3.206. El resto eran encausados. La
mayor cantidad de presos estaban en esa condición por hurto. Eran
1.740.
Sin
embargo había un solo preso por usurpación de bienes. Acababa de
terminar la primer presidencia de Julio Roca, que no se cansó de
repartir tierras pertenecientes a los pueblos originarios del sur
argentino entre los integrantes de la oligarquía nacional.
Según
cuenta Carlos Cúneo en "Las cárceles" (publicado en 1971 por el Centro
Editor de América Latina) el ranking de condenados por provincias era el
siguiente: Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Entre
Ríos, Córdoba y Mendoza. La Rioja no tenía ningún condenado pese a tener
una cárcel pública con capacidad para 10 detenidos.
Agrega
Cúneo: "El estudio minucioso de las posibilidades de alojamiento, trajo
como consecuencia, según se advirtió, una primera comprobación: el
numero de presos (8.011) superaba las posibilidades de las prisiones
habilitadas por aquel entonces (podían alojar solo 7.126 recluidos
incluyendo el anexo psiquiatrico y hospital de la Penitenciaria
Nacional). Pero algo aún más grave habría de develarse: presos
condenados a penitenciarías cumplían sus condenas en cárceles de
encausados, estos en penitenciarias, algunas mujeres se alojaban en
cárceles de varones y algunos varones purgaban sus delitos en prisiones
de mujeres. Por otra parte, del informe elevado por Ballvé y Desplats se
extraía una conclusión bastante pesimista: muchas cárceles de provincia
debían ser inutilizadas por no ofrecer las condiciones mínimas de
seguridad. Se había concientizado el pandemonium."
Era 1906. Podría ser un informe generoso de cualquiera de los años que siguieron.