domingo, 6 de abril de 2014

Elegir las palabras


"Difícil hablar de homicidios cometidos por una turba, cuando está instalada la idea de que son actos erróneos de justicia. A los periodistas nos cuesta. Y habremos dicho en algún momento linchamiento por homicidio. No importa, en realidad, siempre se aprende algo. Lo que importa, en realidad, es que en medio del vértigo de la producción de una nota podamos tener el suficiente reflejo como para activar la mente, y buscar un sinónimo que no justifique. Por qué justifica decir linchamiento? Porque estamos diciendo que un grupo de gente, espontáneamente, se unió para tomar en sus manos lo que la justicia no hizo. Falso. Hablamos de una suerte de estallido de indignación cuando en realidad es una tropelía homicida cometida por violentos que buscan defender una cartera matando a un indefenso. Si robó, atraparlo y entregarlo a la policía no es lo mismo que amasijarlo a patadas sin posibilidad de defensa. Por eso, si no digo menor sino chico o pibe, si no digo crimen pasional sino en todo caso femicidio, si no digo accidente de tránsito sino choque, tampoco digo linchamiento sino homicidio cometido por una turba de energúmenos que después se fugó porque sabe lo que cometió".

Horacio Cecchi
Periodista docente
http://horaciocecchi.wordpress.com

sábado, 5 de abril de 2014

De a dos


Por Luciana Peker *


EQUIDAD Una investigación sobre el reparto del cuidado de niños, niñas, adolescentes y adultos mayores en la Argentina muestra que es inequitativo y que recae, mayoritariamente, sobre la espalda de las mujeres. En el 76 por ciento de los casos son las madres quienes se encargan de sus hijos si no están en la escuela. Por eso, se propone mirar a Uruguay y Costa Rica que implementaron un sistema nacional de cuidados, extender las licencias por maternidad y paternidad, ampliar los horarios escolares, abrir jardines maternales y crear centros de día para la tercera edad.


No es lo mismo cocinar –que puede ser un placer, una distracción o una invención cada tanto– que hacer la comida. La diferencia está en la obligación diaria de servir algo que el resto de la familia se lleve a la boca. Tampoco es igual cambiar cada tanto un pañal que ser la que tiene que cambiar –siempre– los pañales. Ni hablar de pasar un peine fino, acordarse de comprar las acuarelas para plástica, coser los pantalones tajeados por el traqueteo del recreo, fijarse si hay hielo en el congelador, pensar fórmulas para que los hijos tomen vitamina C e ingieran verduras verdes o lograr que el cepillo de dientes no sea sólo un palillo decorativo sino que llegue –y se mueva– en la dentadura de los niños y niñas (que suelen más que llorar, trinar al intento de higiene bucal) y así la lista sigue. Porque de eso se tratan las tareas domésticas: una enorme lista de deberes que pesa sobre la cabeza de las mujeres que, generalmente, son quienes las hacen y, si no las hacen, son quienes las organizan.


El problema no es sólo agacharse a agarrar cada calzoncillo dejado en el piso del baño –como si levitara– cuando en realidad la espalda la doblan las madres o esposas en un gesto típicamente cotidiano o correr para llegar a la salida del colegio como si el fracaso en la puntualidad del maratón maternal fuera un bochorno diario. El problema, en realidad, es que no es un problema personal, sino que requiere de políticas públicas y redes sociales para que la primera democracia sea la doméstica.


Esa es la intención del proyecto El cuidado en la agenda pública, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y el Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (Ciepp) que acaban de publicar el documento “La organización social del cuidado de niños y niñas. Elementos para la construcción de una agenda de cuidados en Argentina”, con el apoyo de la Unión Europea.


“Desde mediados de la década del ’80 en adelante las mujeres se insertan masivamente en el trabajo productivo, pero los varones no se insertan en el cuidado. No hay infraestructura pública de cuidado, no hay licencias o prestaciones otorgadas para mujeres y varones en los regímenes laborales –sin contar los grados de informalidad laboral y, por ende, sin prestaciones– y no hay disposición de los varones para cuidar, en todo caso, lo que hay es una disposición complementaria a la todavía central disposición para cuidar de las mujeres”, explica el famoso “yo te ayudo” de la abogada Laura Pautassi, investigadora del Conicet y socia de ELA. “No se trata sólo de un tema de infraestructura, sino de transformar esta inequitativa distribución y construir marcos sociales más justos”, subraya.


La iniciativa parece elemental. Pero atenta contra un gritoneado sentido común que presiona a las mujeres para que se ocupen del cuidado de ancianos, marido o novio e hijos/as o las jaquea por la falla. Todavía trinan los reproches mediáticos de Luis Ventura que, con 57 años, le reclamó por televisión a su mujer, Estela Muñoz, porque ella, por primera vez en 29 años de matrimonio, decidió en el verano trabajar en Mar del Plata y lo “dejó” solo en su casa. “A mitad de enero tenía una ametralladora encima”, le dijo a la revista Gente, en una frase que preocupa. Y que él justifica así: “Yo exacerbé lo que les pasa a muchas familias, donde la mujer tiene que salir a laburar. Hice una caricatura de la realidad. A mí no me cambia la vida una heladera ni regar una planta, ni sacar a los perros. Pero son pequeñas tragedias cotidianas”.


Esas tragedias cotidianas no se ven cuando pesan en el cuerpo de las mujeres. Por eso, la gran pregunta es ¿quién cuida a quién? Un relevamiento de la situación del cuidado en la ciudad de Buenos Aires, Morón y San Martín, Resistencia, en Chaco, y San Salvador de Jujuy determinó que la actual organización social del cuidado es injusta: no está distribuida en forma equilibrada entre mujeres y varones y que las condiciones socioeconómicas determinan el acceso a distintas alternativas para cuidar a otrxs, cuidarse y recibir cuidado.


Por ejemplo, en Argentina existirían menos de dos personas (1,8) en edad activa para cuidar a cada niña, niño, adolescente o adulto mayor dependiente, pero no lo hacen de manera equilibrada. Mientras que, en la región metropolitana de Buenos Aires, un estudio de ELA indica que en una semana típica –cuando niñas y niños se encuentran en el hogar– en el 76 por ciento de los casos son las madres las responsables de cuidar.


Por otra parte, aun cuando el fracaso de la inscripción online demostró el agujero en las vacantes en las escuelas públicas para los primeros años de vida, no es un problema exclusivo de la ciudad de Buenos Aires. En todo el país, el 91,4 por ciento de los chicos y chicas tienen lugar en un aula a partir de los cinco años. Pero desde que nacen hasta los dos años –cuando las mamás también tienen que ir a trabajar– la cobertura del servicio escolar es inferior al 4 por ciento a nivel nacional y en la ciudad de Buenos Aires, a pesar del mayor presupuesto, apenas alcanza al 13,9 por ciento de los/las más pequeños/as.


La socióloga Lucia Martelotte, coordinadora del proyecto El cuidado en la agenda pública y responsable del área política de ELA, remarca: “En general, son las mujeres quienes se encargan, de manera casi exclusiva, de las tareas que tienen que ver con el cuidado. Esta situación es injusta y podría revertirse, por ejemplo a través de políticas que incentiven la corresponsabilidad”. Ella también propone otras medidas prácticas: “Centros de cuidado infantil y de día para personas mayores, hospitales ambulatorios para personas con enfermedades crónicas, la extensión de la jornada escolar para compatibilizarla con el horario laboral, la ampliación de licencias más allá del nacimiento y el primer año de vida de los niños y niñas. También sería importante que el Estado asumiera su rol como proveedor y regulador de servicios de cuidado y se trabajara para construir un Sistema Nacional de Cuidados como los de Uruguay y Costa Rica”.

* Aparecido en Página/12 el suplemento Las/12 como "Democracia doméstica"

miércoles, 2 de abril de 2014

Malvinas

"Si la guerra es una forma de conversación sangrienta entre dos adversarios, ¿cuáles habían sido los mecanismos textuales que se habían puesto en marcha para desarrollar una estrategia de información masiva que generara consenso y legitimidad política? ¿Y cuáles eran los mecanismos de lectura colectivos -de memoria, de procesamiento y de almacenamiento de la información, de construcción de una cierta coherencia e inteligibilidad discursiva- que otorgaban verosimilitud a lo narrado por los medios y lo volvían representaciones sociales, doxa cotidiana? Querer no saber, creer, no creer, la voluntad de creer, la disposición para la creencia. La fuerza del relato. El úlitmo lugar de lo sagrado.

Este libro intentará discutir estos problemas. Y también el hecho de que debe existir una continuidad entre la experiencia personal, una experiencia de los medios y una experiencia teórica. Una experiencia personal -y colectiva- vivida pasionalmente, integrada a una experiencia de 'mediación' es decir, de inclusión del 'otro', con la lectura y el criterio de discriminación de la de la experiencia histórica cotidiana. Esta relación entre el sujeto existencial, el sujeto mediático y el sujeto teórico es por fuerza intersubjetiva y necesariamente terciaria.


********

Porque lo sorprendente de esta guerra no es tanto la mentira de los medios, como la verdad relatada. La verdad mediática. Aquello que es presentado y consumido como real y que tiene la forma de un gran relato. Paolo Fabbri dice que los medios se han vuelto paisaje y sería ridículo discutir acerca de la verdad de un árbol. Son las formas de la naturaleza moderna. Y tal vez una de las fuentes actuales de la historia. Y es en este último punto donde la interfase entre discursos bélicos, diplomáticos, políticos o religiosos refleja la polifonía de las voces mediáticas en las que estamos inmersos y se amalgaman en un macrogénero que los sostiene. Apenas nos asomamos a esa extraordinaria industria que es la producción de la información, con sus fuentes, rutinas y estereotipos, el problema de la objetividad de la información no se vuelve más pertinente -es decir, no es la pregunta que debería colocar el investigador- y ésta se desplaza hacia la de la propia lógica de producción del medio, teniendo siempre presente que la primera lealtad de los medios es consigo mismos.

No estoy afirmando exclusivamente un fenómeno ya descrito por Umberto Eco por el cual cada vez más los acontecimientos se 'montan' para volverse inteligibles a los medios, ni me refiero tampoco a las formas de 'espectacularización' de la palabra política y de la producción del acontecimiento analizadas por Eliseo Verón. Por mi parte estoy cada vez más convencida de que los medios de información en gran escala -en todo caso los aquí analizados en un momento puntual- van destruyendo paulatinamente el lugar de la producción de lo verosimil para instalarse, sin falsos pudores, abarcando también el lugar de la producción de lo ficcional, usando como garante precisamente el contrato mediático que el medio establece con sus lectores."

 Lucrecia Escudero
"Malvinas: El gran relato"
Enero de  1996- París
Gedisa Editorial
Colección "El Mamífero Parlante"

lunes, 24 de marzo de 2014

Escuelas

"Y llegó -todo llega- el jueves, terrible día de su ingreso a la escuela. La mamá le remendó bien su saquito, que desgraciadamente no se criaba junto con él, y le hizo una camisa nueva; su pantalón fue heredado de Idaco, y llevaba alpargatas nuevas. Nunca había estado mejor puesto. Se lavó bien la cara con jabón y se refregó 'las patas'. Tampoco había estado nunca más limpio.

Se encaminó a la escuela, distante dos kilómetros de la casa. Luchaban en él dos sensaciones. Una, la curiosidad por saber qué era la escuela, y la otra... la otra le oprimía las tripas y hacía correr un ligero estremecimiento por el uasa tuyo; era miedo, un miedo enorme al maestro. Decían que los maestros castigaban a los niños por cualquier cosita. Cuando en las casas los chicos se portaban mal, las madres los amenazaban: 'Voy a llamar al maestro para que te lleve a la escuela' y los chicos se quedaban quietecitos atemorizados. Pero la realidad era que podían estar tranquilos, pues las madres por nada del mundo hubieran ido a hablar con el maestro.

Dicen que los hacía estar sentados toda la mañana en un banco y ¡guay! del que se mueva. ¡y cuando él no entendiera la castilla! ¡Y cuando el maestro le dijera que leyese! ¿Qué haría? ¡Era horrible! 

Pero había que ir, el maestro amenazó buscarlo con la policia ¡La policía! A Shunko le corrió nuevamente el miedo por la espalda y el estómago se le encogió más.

Una urpila caminaba ligerito por la huella, delante de él, pero ni ánimo para tikiarla con un terrón tuvo.

De pronto en un claro del bosque, se topó con la bandera. Ondeaba atada su asta a un algarrobo, bien arriba. Ankas yurah, azul y blanca. El viento la batía y ella echaba un ruidito de ropa sacudida. Shunko se detuvo y quedó mirándola. Si hubiera sido verde o colorada hubiera sido más linda.

(Cuando ahora recuerda esto, Shunko sonríe. Con el tiempo se acostumbró al color celeste y sentiría después una sensación de agradable calorcito en el cuerpo cuando la viera flamear.  El maestro le contó cómo fue hecha y cómo la gente murió por defenderla; entonces se formó en su cerebro la idea del símbolo.
Cuando en los días de fiesta se recita aquel verso que comienza:

'Página eterna de argentina gloria
melancólica imagen de la patria.
Eco de inmenso amor desconocido
que en pos de ti me arrastra...'

se le agolpan las lágrimas en los ojos, con un deseo inmenso de llorar, la garganta se le aprieta y traga saliva con trabajo. Él no entiende bien lo que esos versos quieren decir, pero siempre siente esta sensación cuando los oye. Ahora mismo cuando los recuerda...).

Bueno, cuando aquel jueves llegó a la escuela los chicos ya habían entrado a clase; claro que eso de entraron es una manera de decir. Debajo de un algarrobo enorme estaban los bancos en que los chicos escribían sentados; los de atrás escribían en el loma del banco de los de adelante; y así hasta el último; al del último nadie le escribía en el lomo. Sobre el tronco del árbol había un pizarrón y el maestro estaba de botas y bombachas, sentado en una silla vecina. En ese momento escribía en un cuaderno.

Shunko se aproximó con desconfianza y se detuvo a diez metros, incapaz de avanzar más por su propio impulso.

Estuvo así hasta que el maestro levantó la cabeza y lo llamó.

- ¡Hola, amigo, arrímese!

Shunko se acercó sacándose el sombrero, el maestro lo tomó del brazo y lo hizo apoyar entre las piernas. Le levantó la cabeza tomándola de la barbilla. Shunko se encontró con una cara que lo miraba sonriente.

-¿Imatah sutiiki?

- Benicio Palavecino.

- ¿Cómo te llaman en tu casa?

- Shunko.

-Bueno, Shunko -dijo, siempre en quichua-, aquí tienes cuaderno, lápiz y borrador; andá sentate y escribí lo que quieras, andá.

- Mana iachani...-dijo, llenándosele los ojos de lágrimas y tomando con miedo los útiles.

-No llores, tonto, ¿no sueles ver cómo tu papá escribe, así ligerito? Bueno, así hacé vos.

Shunko no había visto escribir a su papá porque su papá no sabía escribir, pero si al turo José en el almacén; aunque tampoco escribía ligerito.

Fue a sentarse, secándose la cara con la manga, anduvo sin saber dónde ubicarse, hasta que lo llamó Felipe. Se sentó a su lado y por su indicación se puso a trazar líneas irregulares a lo largo de las rayas del cuaderno; al ratito comenzó a gustarle y ya movía la mano como el turco José.

Shunko se sorprendió al oír que el maestro hablaba en quichua y que sólo de cuando en cuando decía alguna palabra en castellano." (...)

"Shunko"
Jorge W. Abalos
Editorial Losada
42ª edición: octubre 2000


miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Más?


..."las fuerzas de seguridad en la Argentina cuentan con 205 mil miembros de fuerzas provinciales y otros cien mil de fuerzas nacionales, además de 150 mil trabajadores registrados abocados a tareas de seguridad, además de los trabajadores no registrados. Por lo tanto, si uno toma sólo los registrados formalmente hoy hay casi 455 mil personas afectadas a seguridad". 
Jorge Milton Capitanich, Jefe de Gabinete argentino
entrevistado por Nicolas Llantos y Fernando Cibeira 
en Página 12 del 19/1/2014

lunes, 17 de marzo de 2014

Bergogliadas

"En algunas ocasiones la luz verde fue dada por los mismos obispos. El 23 de mayo de 1976 la infantería de Marina detuvo en el barrio del Bajo Flores al presbítero Orlando Iorio y lo mantuvo durante cinco meses en calidad de 'desaparecido'. Una semana antes de la detención, el arzobispo Aramburu le había retirado las licencias ministeriales, sin motivo ni explicación. Por distintas expresiones escuchadas por Iorio en su cautividad, resulta claro que la Armada interpretó tal decisión y posiblemente, algunas manifestaciones críticas de su provincial jesuíta Jorge Bergoglio, como una autorización para proceder contra él.  Sin duda los militares habían advertido a ambos acerca de su supuesta peligrosidad".


*******

..."En el número 259, de diciembre de 1976, la revista del Centro de Investigación Social y Acción Social (CIAS), de los jesuítas, publicó un artículo del P. Vicente Pellegrini, S.J., titulado 'Los derechos humanos en el presente contexto sociopolítico de la Argentina', que reprodujo La Opinión en su suplemento semanal del 30 de enero  al 5 de febrero de 1977. Por ese motivo la dictadura militar clausuró al diario de Timerman por tres días. No hizo lo mismo con la revista, de escasa circulación, pero Pellegrini optó por irse un tiempo del país. En esa época era asesor de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

Leído en la actualidad, después de todo lo sabido, dicho y publicado, el artículo de Pellegrini parece una novela rosa. Pero considerando el terror impuesto por la dictadura, para quienes sabían interpretarlo, significaba una crítica severa y valiente a los métodos utilizados por esta. Son singularmente valiosos los párrafos dedicados a la tortura: 'debemos impedir -expresa- la degradación de las fuerzas armadas por el uso de la tortura. Esto debe ser impensable para la hidalguía militar. Convertir a un militar de honor, cuyo ideal es luchar por la justicia, en un en un vulgar torturador, sería la mayor victoria del terrorismo'. Evidentemente estas frases no podían sonar bien en los oídos de la junta militar, degradada en la orgía siniestra de atormentar salvajemente a indefensos prisioneros.

No era imaginable en ese momento para la mayoría de los argentinos el genocidio que estaban cometiendo las fuerzas armadas. Por eso Pellegrini decía: 'Hay también una forma de tortura que los obispos argentinos enumeran: tortura para los familiares que consiste en detenciones prolongadas, sin posibilidad de obtener noticias sobre el desaparecido...".

La revista del CIAS no volvió a reincidir por mucho tiempo. Por otra parte la prevalencia del P. Jorge Bergoglio y su grupo dentro de la Compañía de Jesús fue disminuyendo la vitalidad del centro...".


*******

..."Conozco detalladamente la detención, 'desaparición' y liberación de los sacerdotes jesuitas Orlando Iorio y Francisco Jálics. Ambos residían en el barrio de emergencia del Bajo Flores y fueron detenidos al mediodía del domingo 23 de mayo de 1976, con la intervención de más de cincuenta efectivos de la infantería de Marina, mientras oficiaba misa el presbítero Gabriel Bossini. Aparecieron anestesiados en un bañado de Cañuelas cinco meses más tarde, el 23 de octubre. Según información de los vecinos fueron depositados durante la noche por un helicóptero. De acuerdo con su relato fueron mantenidos tres días en la escuela de mecánica de la Armada -que reconocieron-, amarrados y encapuchados. Luego los trasladaron a una casa quinta en Don Torcuato, donde estuvieron encapuchados, engrillados y esposados el resto del tiempo, pero sin ser sometidos a torturas. En declaraciones judiciales y ante la CONADEP, el presbitero Iorio, en la actualidad incardinado en la diócesis de Quilmes, fue interrogado sobre Mónica Quinteiro, María Marta Vásquez de Lugones y posiblemente mi hija Mónica.

El 1° de julio me recibió el almirante Oscar Montes, entonces jefe de operaciones navales y luego ministro de Relaciones Exteriores, junto con el señor José María Vásquez, padre de María Marta. Negó saber nada sobre nuestras hijas pero admitió que los sacerdotes Iorio y Jálics habían sido detenidos por la infantería de Marina.  Entre tanto, Massera negaba la participación de su arma. Transmití la información de Montes, en septiembre de ese año, al coronel Ricardo Flouret el cual -me dijo- informaría de la novedad al general Videla, por orden de quien estaba instruyendo un sumario.

He comentado ya la dudosa intervención en la detención de estos clérigos del cardenal Aramburu y del provincial de los jesuitas, Jorge Bergoglio".

Emilio F. Mignone
"Iglesia y Dictadura"
"El papel de la iglesia a la luz de sus 
relaciones con el régimen militar".
Ediciones del pensamiento Nacional
Buenos Aires (1986) 

martes, 11 de marzo de 2014

Fútbol para Todos

"Televisión es eso que aparece entre tanda y tanda".

Esa verdad revelada por profesores y analistas de medios en escuelas de periodismo y facultades de ciencias de la comunicación por años es el punto nodal que explica por qué Marcelo Tinelli, Torneos y Competencias y otros socios desesperan por desembarcar en el Fútbol para Todos.

Previo al comienzo del actual torneo Nietos Recuperados 2014 se intentó instalar en la opinión de los públicos la necesidad de aportarle "profesionalismo a los relatos y belleza técnica a las transmisiones" del Fútbol para Todos de cara a la realización del Mundial en Brasil.

Pues bien:
donde dice "profesionalismo a los relatos" 
debe leerse "relatores del discurso dominante"
donde dice "belleza técnica a las transmisiones"
debe leerse "cámaras que muestren la publicidad no tradicional pautada por la producción ejecutiva del programa".

 Torneos y Competencias comenzó a gestarse como un monopolio de comunicación deportiva utilizando la infraestructura del canal estatal de televisión (ATC) allá por mediados de la década del '80 -hace alrededor de treinta años, a fines del siglo pasado- cuando el empresario privado Carlos Avila  inventó "un algo" que ir a venderle al gobierno de Raúl Alfonsín para asociarse con el Estado nacional. 

Así ideó los derechos de transmisión exclusiva para el fútbol de primera división, negoció con la AFA su propiedad y con eso fue a ver a las autoridades de ATC para proponerles un negocio redondo (para Avila). Él ponía los derechos exclusivos, el canal transmitía los partidos y los goles, y ambos dividían las ganancias.


Sin embargo, lo que sucedió fue que 
Avila puso los relatores que decían lo que a Avila le interesaba que dijeran, las cámaras mostraban los negocios y la publicidad que Avila pautaba. Los clubes recibían adelantos de dinero de parte de Avila que pasó a tener decisión en compras, ventas y transferencias de jugadores y decisiones de los clubes que no podían hacer y deshacer de acuerdo a sus intereses sino que ahora debían consultar con la empresa de Avila. Racing club llegó a cobrar en el siglo pasado sus derechos de televisación del 2014. 
ATC solo ponía el canal, las cámaras y los móviles. 
Y cobraba lo que Avila les decía que les correspondía como porcentaje de la publicidad del programa.


Intentando la remake, treinta años después, Marcelo Tinelli y sus socios buscan encontrar desprevenido al Estado. Buscan un  Estado  que los suponga técnicos expertos en transmisiones de fútbol, que ponga el dinero para rentar el espectáculo mientras ellos ponchan las cámaras y ponen las voces para construir un relato a su medida que, de paso, compre y venda jugadores, hable con dirigentes deportivos que se horroricen por la inseguridad, o muestre y converse con políticos opositores para mostrarlos potables al voto del televidente.



Pero como hoy ya no pueden ir a ofrecerle a la Televisión los derechos exclusivos de nada, porque es el Estado a través de FpT el que los posee, pretenden instalar entre los televidentes el convencimiento de que Fútbol para Todos necesita relatores de una jerarquía superior a la de aquellos con los que cuenta en la actualidad, que la transmisión de FpT necesita cámaras y producción europeas de una jerarquía que el Estado nacional no está en condiciones de aportar y que sin ellas el televidente se aburre. 



Sin embargo, los puntos de rating medidos por Ibope para las dos primeras fechas no parecen medir aburrimiento. Entre catorce y diecisiete puntos de rating por partido del domingo solo contando los televidentes que miran los partidos por la Televisión Pública.  Sin contar a los que también participan viendo esa misma transmisión desde canal 9, América Tv, CN23, C5N y Crónica TV si solo se tienen en cuenta la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.


"Televisión es eso que aparece entre tanda y tanda".

Tinelli y sus socios se ofrecen para aportarle "mejores relatos y más cámaras al Fútbol Para Todos". Para darle más Televisión. Pero nunca pierden de vista aquello de "entre tanda y tanda". Hacen esta cuenta que ningún canal pudo superar hasta ahora y se desesperan por conseguirla mientras se relamen haciendo números: Quince minutos de entretiempo por la Televisión Pública + canal 9 + América Tv + CN23 + C5N + Crónica TV multiplicado por 9 partidos por semana, más las transmisiones de los partidos de Primera B Nacional. 

Los programadores publicitarios de televisión le venden gente a los anunciantes. Tinelli y sus socios ya hicieron la cuenta hace rato.

Cuando te dicen que al Fútbol para Todos le está faltando profesionalismo y belleza técnica, lo que no te están queriendo contar es esto.