Los
dos programas más vistos en la televisión argentina abierta son "Las mil y
una noches" y la Cadena Nacional. Según la medidora de audiencia Ibope
ambos programas rondan los 20 puntos de rating. Sin embargo, uno es motivo
de promoción en las revistas. El otro de silencio mediático profundo ¿Por qué?
-I-
Así, por ejemplo, un determinado número de inflación es utilizado para validar una política recesiva. Un número de gasto público sirve para justificar una situación de ajuste presupuestario o un recorte de subsidios o una política de retiros voluntarios.
Muchas veces se muestra un número desde una perspectiva favorable para esconder una discusión sobre un cambio de políticas. Un buen número de superávit comercial, puede servir para esconder una distribución injusta del ingreso.
Con los números del rating sucede lo mismo. Así, por ejemplo, un número de rating alto servirá para justificar la presencia en la grilla de un programa que los medios hegemónicos decidan instalar como importante o redireccionará una pauta publicitaria. Por el contrario, para descalificar un programa o minimizar su construcción de contenidos, renegociar un contrato o cambiarlo de horario se utilizará la justificación de que el programa no mide bien.
El problema aparece cuando el programa que -desde la construcción de los medios hegemónicos- se quiere desmerecer o desvalorizar, tiene importantes números de medición de audiencia. Frente a eso la política multimedial hegemónica es siempre la misma: esconder y silenciar.
-II-
En una clara muestra de estar convencidos de que lo que no se nombra no existe, el
golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional en 1955 prohibió primero al Partido Peronista mediante el decreto ley 3855/55. Y un año después a
través del decreto ley 4161/56 prohibió hacer cualquier referencia a
Perón o al Peronismo.Y pese a que la dictadura duró menos de tres años (desde fines de 1955 a 1958) el silencio mediático respecto de los logros Perón y el Peronismo continuó a través de los años.
Desde el golpe de 1955, la construcción silenciadora se implementó desde la estructura del Estado y los medios hegemónicos contra ese hecho contracultural nacido en 1945.
Y esta misma construcción se repite desde entonces (inclusive durante los períodos 1973/1976 y 1989/1999) desde la derecha y los medios hegemónicos. Sin éxito.
Sin embargo, Perón volvió tras 18 años de exilio y el 23 de septiembre de 1973 accedió a la presidencia de la nación con el apoyo del casi 62% de los votos.
-III-
Desde
2003 los medios hegemónicos y su medidora de audiencia se han
empecinado en esconder los números favorables a las dos políticas comunicacionales más contundentes del Gobierno nacional: El Fútbol Para Todos y la Cadena Nacional.
Para disminuir el impacto de audiencia que genera Fútbol para Todos, miden los partidos que transmite FpT desagregando el total de audiencia y midiendo por separado la emisión del canal de aire de la del resto de las señales de cable que replican la transmisión del partido. Cuando en realidad un partido que es transmitido con un mismo equipo de relatos y comentarios, utilizando las mismas imágenes, los mismos avisos publicitarios y la misma tanda comercial, pero puede verse por diferentes canales al mismo tiempo debe entenderse como una misma y única emisión.
Así un partido (supongamos Boca-River) que se emite por la Televisión Pública, Crónica Tv, CN23, América 24, Canal 26 y DeporTV, debe ser tenido en cuenta como una sola emisión.
Sin embargo, para justificar la construcción instalada de Fútbol Para Todos como un fracaso costoso, los medios hegemónicos y su medidora solo tienen en cuenta la medición de audiencia respecto del canal por aire.
Por su parte, con la Cadena Nacional la construcción de sentido que pretenden instalar los medios hegemónicos es que la población está cansada de los anuncios presidenciales por ese medio, que nadie mira las cadenas y que la realización de las mismas en ese mismo sentido es un gasto excesivo e innecesario de los fondos públicos que se podrían usar en cosas más útiles.
Pese a ello, la Cadena Nacional se transmite en cualquier horario del día, dentro y fuera del prime time, sin una campaña publicitaria que avise sobre su emisión. Y sin embargo está permanente e invariablemente entre los tres programas más vistos del día.
Ese dato es omitido permanentemente a la hora de informar sobre los niveles de audiencia.
Sesenta años después siguen convencidos de que lo que no se nombra no existe. Eppur si muove.