martes, 7 de agosto de 2012

Murga de la identidad *

En la historia del afano
que se ocupa de estudiar,
los atracos más famosos
que sufrió la humanidad,
nunca nadie había visto,
nunca nadie oyó nombrar,
robo de algo tan precioso:
¡Robo de la identidad!

¿Hay algo más aberrante
que quedarse sin historia,
que te oculten tu apellido
convirtiéndolo en escoria,
que te tengan como a un burro
chupando una zanahoria?
Ellos dicen que te quieren:
¡Y te roban la memoria!

Un castillo construido
sobre el desconocimiento,
aunque sea muy hermoso
no tiene buenos cimientos,
es un mundo de mentira,
más fantástico que un cuento,
¡seguro se viene abajo
cundo sople el primer viento!

Los actores que vivimos
de cambiar de identidad,
sabemos que es necesario
comenzar por la verdad,
preguntarnos quiénes somos
sin podernos contestar,
y mirarnos a los ojos:
¡para empezar a soñar!

¡Y a las queridas abuelas
nuestra solidaridad!

Luis Rivera López
* Esta murga fue cantada durante la apertura del ciclo 2001 de teatroxlaidentidad 

domingo, 5 de agosto de 2012

Diez civiles y siete policías


Por Rodolfo González Arzac*

El próximo lunes empieza el juicio oral por el asesinato de Mariano Ferreyra. Es un caso emblemático. Un crimen político. Un juicio que pondrá en el banquillo de los acusados a diez civiles y siete policías. Una causa que volverá a poner sobre el tapete, como lo hizo durante la etapa de instrucción, temas de relieve como la democracia sindical, la extendida tercerización de los trabajadores y los negocios de algunos jerarcas sindicales. Carolina Varsky, directora del área de litigio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Alberto Bovino, penalista de larga y reconocida trayectoria; y Maximiliano Medina, abogado del equipo de Violencia Institucional del CELS; representarán a la familia de Mariano Ferreyra. Y buscarán que, concluido el pleito, el tribunal dicte 17 condenas, 17 cadenas perpetuas.

– ¿Podrían enumerar a los acusados y sus responsabilidades?
Medina: –José Pedraza y Juan Carlos Fernández están acusados de instigar el homicidio, de ser los autores intelectuales. Pablo Díaz fue el coordinador de la Unión Ferroviaria (UF) en el lugar de los hechos y máximo referente del gremio ahí. Gustavo Alcorcel, otro delegado de la UF que colaboraba con Díaz y fue el encargado de hacer llegar a Favale, el hombre que disparó. Gabriel Sánchez es otro de los que disparó. Guillermo Uño y Juan Carlos Pérez se encargaron de ocultar las armas ni bien terminaron los disparos. Y de la UF también tenemos a Salvador Pipito y a González que son los dos que evitaron la filmación del equipo de C5N.
Bovino: –Eso muestra el plan. La división de roles. Y que no fue un acto de locura. Estaba todo muy organizado. Cada uno tenía un papel.
–Y después están los siete policías…
Bovino: –Sí, porque más que zona liberada fue un cordón de protección para los ferroviarios. La zona liberada es que la policía desaparece. En cambio, acá fue como un cordón de protección para permitir que esto suceda. Con lo cual es más grave. Y ni siquiera pueden invocar que no sabían lo que estaba pasando.
Varsky: –Hay dos de ellos que están en la sala de situación mirando la televisión y viendo lo que estaba pasando.
Bovino: –Y en el momento en que empiezan los disparos, los policías dejan de usar el sistema de comunicación donde todo queda grabado y pasan a un equipo que no conserva las grabaciones. Además, en un momento los ferroviarios se guarecen detrás de un patrullero.
Varsky: –Y hay siete minutos importantes, que son cuando ocurren los hechos, que no filman. El policía acusado alega que se le trabó la máquina, que estaba lejos…
Medina: –Además, es muy llamativo que tres móviles que estaban separando a los dos grupos se abrieron. Y después de producidos los disparos, los ferroviarios se fugan por donde estaba la policía. Porque algunos se habían desplazado a Constitución, pero todavía había gente. Y sólo actúan cuando los tercerizados van sobre los ferroviarios después de producida la agresión. Como un cerco protector. Sin el accionar de la policía el homicidio de Mariano no se hubiese producido.
– ¿Cuáles son los elementos que prueban que Pedraza fue el autor intelectual del homicidio?
Medina: –Hay una conexión por intermedio de cruces telefónicos que dan cuenta que Juan Carlos Fernández, que es el número dos del gremio, mano derecha de Pedraza, hablaba desde la Unión Ferroviaria continuamente con Pablo Díaz que era el coordinador y máximo responsable de la Unión Ferroviaria en el lugar de los hechos. También pudimos determinar que Pedraza, durante todo el día, tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo ahí.
Bovino: –Y no es que Fernández estaba en una punta y Pedraza en la otra, sino que consultaba permanente con Pedraza. Pedraza estaba enterado y opinaba sobre lo que había que hacer.
Bovino: –Los llamados coinciden: cada vez que se comunicaban se definía un curso de acción. Todo el cuadro probatorio concuerda en la misma dirección. Además está el tema de los tercerizados. En una audiencia, tanto el fiscal como la abogada María del Carmen Verdú dejaron claro con datos cuál era el movimiento patrimonial, qué era lo que se perdía y dejaba de ganar con todo el movimiento de los tercerizados.
Medina: –Por otra parte, está probado que había conocimiento previo de todo esto por parte de la cúpula de la Unión Ferroviaria. Y que Díaz articuló la covocatoria y seleccionó específicamente a quienes iban a cumplir cada uno de los roles.
– ¿Ustedes sostienen que se trató de un crimen político?
Medina: –Durante la investigación, se trabajaron distintas hipótesis para verificar cuál fue la verdadera finalidad de todo esto, la motivación del crimen: por eso decimos que fue un crimen político. Tuvo como motivación seguir controlando el ingreso de los trabajadores afiliados a la Unión Ferroviaria. Pedraza no podía permitir ningún foco opositor y había una masa de trabajadores tercerizados que si ingresaban al gremio, ellos sabían que eran obreros contrarios a sus intereses. Por otro lado, está el negocio que significaba para Pedraza la tercerización. Hay una cooperativa, concretamente, donde está la esposa y otros integrantes de la primera línea de la Unión Ferroviaria. Ahí hay una masa de dinero que ellos manejan. El foco de conflicto con los tercerizados generó la posibilidad de que ingrese una masa de trabajadores relativamente importante a la Unión Ferroviaria y que ponía en riesgo la hegemonía política de Pedraza.
Bovino: –No es que quisieron matar concretamente a Mariano Ferreyra. Pero querían dar un mensaje, un mensaje no individualizado. Un mensaje para el grupo: "A todos ustedes que son de este grupo, cállense la boca porque les va a pasar lo mismo." Por otro lado, acerca del negocio que implicaba la tercerización, no olvidemos que el domicilio de Pedraza es en Puerto Madero.
– ¿De qué forma intentaron defenderse los ferroviarios ante la Justicia?
Medina: –La defensa de todos los imputados primero fue: "Nosotros nos congregamos para evitar el corte de vías porque si los tercerizados cortan las vías los pasajeros se las agarran con nosotros." Y en realidad, el corte de vías se había evitado una hora antes. Los tercerizados estaban a tres cuadras del lugar. Y se estaban desconcentrando. No sé si insistirán. Luego intentaron con el tema de que la bala que mató a Mariano Ferreyra rebotó en el piso. Intentaron cambiar la calificación legal, decir que hubo una riña y agresiones mutuas. Por ahora son todas defensas que no resisten mucho ningún análisis.
– ¿Cómo creen que está trabajada la causa que llegó a juicio oral? ¿Consiguió sobreponerse al perito que intentó estropear una prueba y al intento de soborno para que dirigentes ferroviarios intentaran conseguir la excarcelación?
Bovino: –En primer lugar, nosotros vimos una voluntad muy fuerte y enérgica en avanzar rápida y correctamente en la investigación sin cometer nulidades. En la mayoría de estas causas, uno trabaja un montón de años y después hay un montón de nulidades que hacen que se caiga todo. Se trabajó muy bien. El fiscal que reemplazó a Cristina Camaño trabajó de primera y Cristina también. Y la jueza trabajó muy bien. Y el tribunal del juicio estuvo muy bien en unir los dos juicios: el asesinato y las responsabilidades policiales. Porque si uno los separa cuenta una historia diferente a lo sucedido ese día. Es un solo caso.
Medina: –La justicia trabajó bien. Llegamos a juicio oral con un caso muy sólido.
–Ustedes tienen claro que esto fue un crimen político y saben que para condenar a los responsables de un crimen político no se puede descansar hasta que llegue la sentencia. ¿Les preocupa el poderío que ya desplegó Pedraza y el que puedan desplegar los policías? ¿Cómo se preparan?
Bovino: –A mí no me preocupa. Quizás todo esto implique más trabajo, pero no le tengo miedo. Lo que sí es cierto es que un juicio con 17 defensas es complejo. Nosotros nos conocemos hace mucho tiempo. Nos preparamos mucho. Hay responsabilidad por ser abogado de la familia y también por representar al CELS.
Medina: –Es un desafío enorme. Es un caso emblemático que permite poner en discusión un montón de cuestiones. Y tenemos, sobre todo, el compromiso con la familia de Mariano Ferreyra. Lo tomamos también como una militancia personal. «

Un perito cuestionado
El desarrollo de la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra deparó presiones, amenazas y situaciones llamativas que generaron dos juicios paralelos: uno por intento de soborno a jueces (ver aparte) y otro porque un perito golpeó y modificó un elemento de prueba clave: el proyectil que mató a Mariano Ferreyra. "Roberto Rocles está procesado por el delito de adulteración de un elemento de prueba. Las dos causas, tanto la del perito balístico Roberto Rocles como la de sobornos, lo que explican es el intento continuo de entorpecer el desenvolvimiento normal del proceso", señala el abogado del Cels, y de la familia de Ferreyra, Maximiliano Medina.
Rocles hizo todo con descaro: frente a otros peritos, mientras se desarrollaba un segundo estudio al proyectil. "Se pudo resolver porque siguieron trabajando los mismos peritos que habían estudiado el proyectil con antelación. Por vías alternativas se logró llegar a una conclusión pericial. Pero la intención era entorpecer todo", añade Medina. El peritaje, pedido por la defensa de los imputados, intentaba demostrar que la bala había rebotado antes de matar al militante del Partido Obrero. Los estudios muestran que, haya o no rebotado, los homicidas tiraron a matar.

Una causa anexa por intento de soborno
La causa del intento de soborno a jueces para que los dirigentes de la Unión Ferroviaria pudieran obtener una excarcelación se inició cuando la jueza que investigó el crimen de Ferreyra, Wilma López, detectó una escucha telefónica donde se aludía a un presunto ofrecimiento de 50 mil dólares a los jueces para lograr que la causa fuera adjudicada a la sala III de Casación por sorteo.
Pedraza será indagado próximamente. También tendrán que declarar como sospechosos el ex juez federal subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid, el contador del gremio ángel Stafforini y el empleado de Casación Luis Ameghino Escobar (h). Ya pasó por el juzgado Juan José Riquelme, quien actuaba como intermediario. El agente de la Secretaría de Inteligencia hacía los arreglos con Aráoz de Lamadrid, quien defendía a uno de los imputados, Guillermo Uño. Aráoz, además, es un viejo conocido del juez Eduardo Riggi, quien habló telefónicamente con Riquelme. Los diálogos muestran que Riquelme decía haber tratado con otro ex camarista, Gustavo Mitchell.

* Publicado en Tiempo Argentino el 3/08/2012

Adiós


Chavela Vargas
-Chamana-
1919-2012

No los está ayudando


A la derecha el encargado de economía de la ciudad ¿autónoma? de Buenos Aires. A su izquierda la traductora que por lo visto no le está dando una mano.

En Página/12
el 27/07/2012

sábado, 4 de agosto de 2012

Estropeados

Le preguntaron al Diego por Argentina. Respondió: "En Europa hay países que están estropeados, muchachos".

Admiro la capacidad de Maradona para condensar sensaciones. Uno a veces puede estar a favor, otras en contra. Pero su radiografía de momentos populares sabe ser más que exacta. Inclusive reveladora de detalles no vistos.

(Dijo que le cortaron las piernas en un mundial, que a un embajador norteamericano se le había escapado la tortuga, que el único salvador que él conocía era Bilardo, que ni se le cruzaba por la cabeza que un arquero lo invitara a su partido despedida...).

La noción de país estropeado como concepto actual de país europeo es luminosa. No es una definición económica, ni política, ni sociológica, ni antropológica, ni de metodología... Es claramente una definición totalizadora.

Estropeado no es "con problemas". No es en crisis.No es necesitado de ayuda. No es con dificultades. No es inviable. Ni en desarrollo. Estropeado es "no sirve más". Es la descripción de un cambio de época al decir de  CFK. Es el punto caramelo del final del modelo imperial dominante. Game over. Finish. Estropeado.

Así está el continente europeo. Así está EE.UU.  Inventaste el indice de caída de un imperio. Gracias Diego.

sábado, 28 de julio de 2012

Civiles

"Me parece que estamos hablando del pasado, tenemos que pensar en el futuro".
Hermes Binner
24/07/2012, Rosario

El pasado 6 de marzo en el marco de la causa Feced, en Rosario, un abogado defensor de los militares imputados acusó entre otros a Binner como participante civil en la atención médica a detenidos por la dictadura. 

No lo tomé en cuenta. Suelo desvalorizar las declaraciones de los dictadores cuando incriminan a civiles, no porque no  puedan ser ciertas sus denuncias sino porque creo que  van manchadas de mala intención. 

Pero después de leer la defensa que hizo de si mismo Hermes Binner ("Me parece que estamos hablando del pasado, tenemos que pensar en el futuro") mi mirada cambió. 

Binner se defiende de la misma forma que lo hacen los curas que intentan despegarse, los militares cuando dicen que son juzgados injustamente por causas de tiempos pretéritos, Jorge Lanata desde que trabaja para Magnetto... y las personas como Binner. Son defensas de culpables.  (Hermes Binner es el mismo que le dio una contratación directa al grupo clarín y cuando lo consultaron sobre el tema contestó que él no le hace el ADN a los inversores). 

Como en el juego de la oca. Cayó en un pantano que lo devuelve al comienzo del juego.

(Mirá acá y acá)

viernes, 20 de julio de 2012

Amigos


Por Rodolfo González Arzac *

Martín Galli y Héctor García se conocieron hace diez años de una manera absurda. Martín tenía 26, el pelo largo y con trenzas. Héctor, "el Toba", el pelo negro con un mechón blanco que delataba sus 48. Martín había viajado desde Haedo hacia el centro porteño impulsado por la rabia. El Toba, había caminado de Congreso hasta el Obelisco con una mochila en la espalda cargada de libros, empujado por una certeza breve: que tenía que estar ahí. Y a las siete con veintiún minutos de la tarde, ese 20 de diciembre, sobre la Avenida 9 de Julio, los dos quedaron atrapados en la misma escena. Nueve hombres bajaron de tres autos. Dispararon para todos lados. Martín cayó al suelo. Una bala le entró por la zona trasera izquierda de la cabeza y se detuvo en la zona frontal derecha. Tenía los ojos cerrados. Un hilo de baba grueso y largo extendido entre la boca y el pecho. El Toba se puso en cuclillas, le inclinó la cabeza, trató de reanimarlo. Un patrullero llegó y varios hombres bajaron y volvieron a disparar, esta vez con balas de goma. Los libros de el Toba amortiguaron el impacto. El Toba le tomó a Martín el pulso. Le hizo respiración. Lo sacó de un infarto. Paró un auto. En el viaje al Hospital Argerich, lo salvó de otro paro cardíaco con una piña en el corazón. Los médicos lo terminaron de resucitar. La bala, sin embargo, por las dudas, desde entonces, se quedó donde estaba.

EL EMPATE. -Cuando yo lo vi a este tipo en el piso, no sé cómo, porque no se parece en nada y yo no soy creyente, pero pensé que era Jesucristo: con las rastas, la barba, tirado. Era Jesucristo-repite ahora, tanto tiempo después, el Toba, en su casa en Ezeiza, después de una abrazote con Martín, que lo mira y lo escucha: y revive. 
La segunda que vez que se vieron, Martín ya estaba en la casa de sus padres en San Justo. Tenía la cabeza rapada y vendada. Estaba en una silla de ruedas, boleado. No podía hablar. Balbuceaba. Lo único el Toba le pudo decir fue:
-Para atrás ni para tomar impulso, dale para adelante.
Pero se siguieron viendo. Habían quedado unidos por ese rato de esa tarde crucial para los argentinos, esos minutos todavía más decisivos para ellos. Y, sin embargo, necesitaron un pacto para poder seguir así, hermanados.
-En una época discutíamos mucho. Porque para él, y más que nada para su familia, yo era el salvador. Y para mí eso era una carga. Me agradecían. Se ponían a llorar. Y un día nos fuimos a un bar. Y le dije: "Vamos a poner las cosas en claro. Hay en el aire una cosa como que vos y tu familia me deben algo. Y vos no tenés una idea lo que significa para mí haber podido hacer algo por vos. Yo cargo una culpa. La culpa de la década del setenta. Yo fui el que le dije a mi hermana, que tenía su vida arreglada, que venga a una reunión. Y hoy mi hermana no está. Y yo no pude hacer nada. Y así como mi hermana, mi cuñado, cientos de compañeros desaparecidos." Y le propuse que nos pusiéramos de acuerdo: que el partido estaba empatado.
Martín aceptó. "Está bien, estamos empatados", le dijo. Y, por un tiempo largo, viajó cada fin de semana del oeste a Ezeiza a pasar un rato con el Toba y su familia. Con el hombre que lo había salvado. El mismo al que él, sin darse cuenta, había ayudado a rescatar de sus pesadillas.
EL PASO DEL TIEMPO. Martín y el Toba anduvieron juntos de acá para allá. Contando su historia. Pidiendo justicia. Viéndose, primero dos por tres, después un poco más espaciado. En los primeros meses, juntos, trabajaron un tiempo con Miguel Bonasso en la construcción del Partido de la Revolución Democrática. Después, Martín se abocó a lo suyo: la música, la literatura, el empleo que le habían conseguido en una biblioteca de la Ciudad de Buenos Aires. Dejó la carrera de Historia, cansado de que le pregunten por la bala que todavía llevaba (y que aún lleva) en la cabeza. Se casó. Tuvo dos hijos. Empezó a cursar una carrera de bibliotecario. Escribió cuentos. Creció.
Al Toba las cosas se le dieron distintas. Dejó de enseñar en la escuela. Trabó una suerte de amistad con Néstor Kirchner. Nunca pensó en ser funcionario, aunque militó desde los 16 años. Hasta que alguien le dijo lo bueno que sería tocar la puerta y que del otro lado hubiera un compañero. Y se convirtió en secretario de Trabajo del municipio de Ezeiza (y en el hombre del presidente en el partido). Tuvo otra hija. Y también, hace no tanto, una enfermedad, que de un día para el otro le diagnosticaron, que lo llevó al quirófano y lo dejó 92 días sin comer, convertido en un esqueleto con vida. Ahora está mejor. El intendente de Ezeiza, pocos días atrás, lo mudó de despacho: lo acaba de nombrar asesor de su gobierno.

LA BRONCA. -Más de 30 argentinos murieron. Hay padres, hay hermanos, hay hijos que no tienen respuesta. Estamos hablando de diez años. Y todavía no se hizo el juicio oral. No aprendemos más. Y yo acuso y culpo a la justicia. Es una justicia dormida, parte del genocidio de siempre -dice el Toba.
-Es el poder que más oculto está. No le podés entrar por ningún lado. El juez de la causa, cuando toma la causa después de que Servini de Cubría la deja aduciendo estrés, dice el primer día que tiene elementos para procesar a De la Rúa. Y a los siete meses, lo desprocesa, no tiene prueba, nada -agrega Martín.
-A mí me mandaron al médico legista para que vea los tiros que me habían dado con los proyectiles de goma, un año y medio después. Y antes habíamos tenido la reconstrucción. Veinte cuadras a la redonda no había un solo policía. Estaba en manos de la policía. Estuvimos desde las nueve de la mañana hasta la una de la mañana. Y pasaban coches. Y en uno de esos coches estaba el tipo que me había tirado a mí. Quería salir de testigo. Cuando me disparó era subcomisario. Y ese día ya era comisario. Lo habían ascendido. Encima, al final, cuando leen el acta, nada de lo que habíamos dicho estaba -se encabrona el Toba.
-La presidenta dijo el otro día que la justicia tarda pero llega. Uno ya está entrenado. No le hace bien al país. La Justicia es justicia en la medida que sea pronta. Pero a pesar de esto hay un nuevo paradigma, una nueva forma de interpretar la realidad en el país. Yo tengo una actitud militante. Creo que este es un frente más que va a tener el gobierno-señala el Toba, que no duda en definirse orgulloso como parte de "la mierda oficialista".  
-Yo siempre abrigo esperanzas. Pero es increíble que hayan pasado diez años. Y la herida siempre va a estar. Uno la puede mitigar. Pero que te hayan querido asesinar es algo que no se supera. El aliciente para esa herida es la justicia. Que se resuelva. Yo no quiero pena de muerte. Quiero que en el tribunal las dos partes presenten sus pruebas y de ahí salga una sentencia. Eso es lo que estoy pidiendo -concluye Martín, cansado. Pero con reservas para seguir dando la pelea. Donde haga falta.
Un día le dije a Martín: "Hay en el aire una cosa como que vos y tu familia me deben algo. Y vos no tenés una idea lo que significa para mí haber podido hacer algo por vos. Yo cargo una culpa. La culpa de la década del setenta. Yo no pude hacer nada por mi hermana..." Héctor García, "el Toba".
"Es increíble que hayan pasado diez años. La herida siempre va a estar. Que te hayan querido asesinar es algo que no se supera. El aliciente para esa herida es la justicia. Quiero que el tribunal dicte sentencia. Eso es lo que estoy pidiendo."  Martín Galli.


*Publicado el 19/12/2011 en Tiempo Argentino
(http://tiempo.infonews.com/notas/dia-que-toba-y-martin-sellaron-su-amistad-medio-de-las-balas)