viernes, 15 de enero de 2016

Anses y vaciamiento

Luis Blaquier y Matías Tamburini. Ex Goldman Sachs y ex Deutsche Bank, al frente del Fondo de Garantías de Sustentabilidad del Anses.


-I-


Originalmente el sistema previsional funcionaba con el aporte de los trabajadores en actividad. Con la suma de todos esos aportes se pagaban los sueldos de los trabajadores jubilados.

Cuando en 2007 y 2008 la presidenta CFK reestatiza el sistema previsional argentino, la cantidad de trabajadores en actividad y sus aportes no eran suficientes para pagar los sueldos de los trabajadores jubilados.

Por eso constituyo un fondo jubilatorio integrado por los aportes de los trabajadores en actividad a los que se les sumaban las ganancias que el Estado obtenía como fruto de las distintas inversiones que realizaba el gobierno argentino en empresas privadas, públicas y de infraestructura para dinamizar la economía. 

-II-

Durante la última dictadura cívico-militar-eclesial argentina, su primer ministro de economía, José Alfredo Martínez de Hoz, abrió las importaciones destruyendo el aparato productivo nacional. En esa misma línea ideó un sistema financiero de valor monetario conocido como La Tablita. Esa coyuntura económica propició que muchos empresarios del país tomaran créditos en dólares afuera de la Argentina con la excusa de utilizarlos para modernizar el sistema productivo aunque esos créditos finalmente pasaban a engrosar las arcas de los empresarios que los pedían, enriqueciéndolos al tiempo que quebraban las industrias y crecía el desempleo. 

Así fue como a finales de la dictadura se generó un cuello de botella económico cuando llegó el momento en que esos empresarios que se enriquecieron pidiendo créditos y quebrando empresas tuvieron que empezar a hacerse cargo del pago del pago de los créditos.

Fue entonces cuando la dictadura estatiza toda la deuda externa privada. Quien se ocupó de diseñar esa operatoria fue el entonces encargado del Banco Central Argentino, Domingo Felipe Cavallo.

Cavallo estudió economía en los Estados Unidos, y fue uno de los economistas estrella de la Fundación Mediterránea.

La Fundación Mediterranea era generador de pensamiento y políticas económicas de la familia Pagani, los dueños de Arcor.

Domingo Felipe Cavallo estatiza la deuda externa privada generada por los empresarios argentinos y desaparece de la gestión pública hasta que adquiere una banca para diputado nacional por Córdoba entre las listas de quien sería solo un par de años más tarde presidente argentino: Carlos Saúl Menem.

Domingo Felipe Cavallo será primero canciller de Menem y luego ministro de economía durante años. Es por esos años de su gestión como ministro donde se produce el crecimiento exponencial de Arcor que pasa de ser una empresa dedicada a la fabricación de golosinas en Córdoba a ser una gigantesca multinacional de alimentos.

Es también por esos años de Cavallo como ministro de Menem donde los mismos grupos empresarios que se beneficiaron años antes con la estatización de sus deudas privadas, se benefician con la paridad un peso=un dólar ideada por Cavallo. Así capitalizan ganancias y fugan divisas por medio, entre otras cosas, de las privatizaciones y los cobros de tarifas en pesos. Cobran en pesos, transfieren esas mismas cifras a dólares y los sacan del país.

Cambia el presidente, asume Fernando De la Rúa, cambia la coalición de gobierno pero persiste la política económica a tal punto que De la Rúa convoca nuevamente a Domingo Cavallo que había dejado la función pública con Menem, para que sea ministro de economía otra vez. Para sostener la paridad uno a uno, Cavallo realiza el blindaje, el megacanje y finalmente el corralito. 

De la Rúa deja la presidencia antes de finalizar su mandato constitucional a fines de 2001, con Cavallo de ministro de economía, el país en llamas y más de 30 muertos entre el 19 y el 20 de diciembre.

Los mismos empresarios y los mismos bancos que se beneficiaron con la estatización de la deuda externa privada en la dictadura y fugaron divisas desde finales de 1983 seguían donde siempre. Haciendo negocios a costillas de un Estado que les generaba ganancias y les retaceaba controles. 

-III-



Ya no necesitarán privatizar el sistema previsional para descapitalizarlo y vaciarlo como ya hicieron en los 90. Será suficiente con cambiar las actuales empresas e inversiones en las que el Anses aporta capital, por otras de los propios grupos económicos hegemónicos. Para eso el actual gobierno nacional nombra a Luis Blaquier y Matías Tamburini, un ex Goldman Sachs y un ex Deutsche Bank, al frente del Fondo de Garantías de Sustentabilidad del Anses.

El actual sistema previsional no contará con el mismo caudal de aportes de los trabajadores en actividad, por varios motivos: 

Porque los salarios sufrieron una devaluación de alrededor del 50% desde la segunda quincena de diciembre de 2015. Porque en menos de un mes, fueron perdieron su empleo alrededor de 20 mil trabajadores. 

Y porque esos empresarios que a partir de 2007 comenzaron a realizar los aportes previsionales serán reacios a hacerlos en los tiempos que corren, donde la caída de las ventas se sentirá en la medida en que los trabajadores pierdan capacidad de compra y de ahorro por el deterioro de la economía.


Pero además, porque el sistema previsional se sostiene fundamentalmente por los intereses que el Estado percibe de las inversiones que realiza para movilizar la economía.


Si el Estado deja de controlar la actividad de las empresas en las que invierte y si las empresas en las que invierta pasan a ser las mismas que consiguieron la estatización de sus deudas, y entre 1983 y 2003 fugaron capitales a sus sedes en el exterior, el sistema previsional volverá al tobogán al que lo subieron a partir de septiembre de 1955 y del que no se bajó hasta finales de la primera década de este siglo.


Se viene un nuevo vaciamiento del sistema previsional.


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