Dos hombres aparecen muertos. Según publican en los medios uno se suicidó y al otro lo mataron.
Uno aparece muerto de un tiro con un revólver adentro de del baño sin ventana en su piso de Puerto Madero. El otro aparece muerto de un disparo de escopeta adentro de la habitación de un hotel 5 estrellas en Pilar. A los dos los encuentran horas después.
¿Cuál de los dos se suicidó y cuál fue asesinado?
Alberto Nisman apareció muerto en el baño de su domicilio el 18 de enero de 2015. Era fiscal de la causa AMIA.
Martín
Blaquier apareció muerto en una habitación del hotel Sheraton Pilar el
19 de febrero de 2016. Era sobrino del dueño del Ingenio Ledesma, el
millonario número 15 de la lista de ricos argentinos de la revista
Forbes.
Según los medios hegemónicos a Nisman lo mataron. Según esos mismos medios, Blaquier se suicidó.
La muerte de Martín Blaquier confronta la construcción hegemónica de la muerte de Nisman como un crimen. Por eso los medios la silencian.
¿Y por qué confronta la construcción hegemónica de la muerte de Nisman como un crimen?
Porque si nos mostraran ambos casos sin las referencias propias de un hecho noticioso, sin el anclaje de los nombre propios, ni las direcciones, ni nada, nos resultaría muy difícil determinar cuál caso es el de Nisman y cuál el de Blaquier.
Nisman es presentado por los medios desde días antes de su muerte como una persona en riesgo. Blaquier no aparece, previamente, en los medios pese a que los avisos fúnebres despidiéndolo en el diario La Nación suman 150 solo contando el día en el que se publica la noticia de su muerte.
********
La tapa Clarín del día en el que aparece muerto Alberto Nisman
La tapa de Clarín el día en el que aparece muerto Martín Blaquier.
La noticia no está la en tapa
La noticia no está la en tapa
La tapa de La Nación el día en el que aparece muerto Alberto Nisman
La tapa de La Nación el día en el que aparece muerto Martín Blaquier.
La noticia no está la en tapa
La noticia no está la en tapa
La muerte de Martín Blaquier confronta la construcción hegemónica de la muerte de Nisman como un crimen. Por eso los medios la silencian.
¿Y por qué confronta la construcción hegemónica de la muerte de Nisman como un crimen?
Porque si nos mostraran ambos casos sin las referencias propias de un hecho noticioso, sin el anclaje de los nombre propios, ni las direcciones, ni nada, nos resultaría muy difícil determinar cuál caso es el de Nisman y cuál el de Blaquier.
Nisman es presentado por los medios desde días antes de su muerte como una persona en riesgo. Blaquier no aparece, previamente, en los medios pese a que los avisos fúnebres despidiéndolo en el diario La Nación suman 150 solo contando el día en el que se publica la noticia de su muerte.
Nisman
aparece muerto en un baño con el cuerpo apoyado contra la puerta.
Blaquier en una habitación. Nisman no llama a nadie pero los medios se
preguntan con quien habló. Un pariente de Blaquier aparece por el hotel
preguntando por él porque dice que le mandó un mensaje. Nadie se
pregunta por ese pariente. De Nisman se preguntan quien le dio el arma.
De Blaquier nadie se pregunta de quien era la escopeta. De Nisman
generan sospechas sobre por qué nadie encargado de su
seguridad fue a ver que le pasaba. De Blaquier nadie se pregunta por
qué nadie escuchó nada. Las noticias sobre Nisman aparecen hasta estos
días. Sobre Blaquier no salió ninguna noticia más.
¿Por qué?
¿Por qué?
La muerte de Alberto Nisman y la posterior instalación mediática que afirma que no se suicidó sino que lo asesinaron fue una más de las tantas operaciones que integran los
actuales procesos destituyentes en Suramérica, que comenzaron en 2005 cuando
quedó clausurada la posibilidad de que Estados Unidos sostuviera al
ALCA como política para el continente sur.
Esa operación de intento de desestabilización contra el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner que tuvo y tiene como mascarón de proa al fiscal Alberto Nisman, su denuncia y su muerte, comenzó el 16/12/2014 con el nombramiento de Oscar Parrilli como jefe de la secretaría de inteligencia con el objeto de reformular la inteligencia estatal y presentar una nueva ley de inteligencia.
Nada indica en un primero momento que existan diferencias entre las muertes de Martín Blaquier y Alberto Nisman. Sin embargo, la muerte de Martín Blaquier aparece en Policiales y la muerte de Alberto Nisman aparece en Política. ¿Por qué?
La función de las secciones en los medios es ordenar la lógica de la mirada de los lectores.
Así: una noticia sobre un presidente aparecerá en Política, una sobre la instalación de una industria en Economía, el resultado de un partido de fútbol en Deportes, la entrega de los premios Oscar en Espectáculos, una nueva forma de relación entre personas en Sociedad y una muerte violenta de causa desconocida en Policiales.
Publicar una muerte (de la que en principio se desconocen las causas) en Política en lugar de publicarla en policiales permite instalar la idea de mano oscura que mata. Y permite que los editorialistas del medio estructuren sentido montados en un hecho habitualmente policial. Por el contrario, ubicar una muerte (de la que en principio se desconocen las causas) en Policiales permite instalarla en el marco de una discusión forense y restringir sus implicancias.
Matar la información o fabricar un zombie. De eso se trata.
Esa operación de intento de desestabilización contra el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner que tuvo y tiene como mascarón de proa al fiscal Alberto Nisman, su denuncia y su muerte, comenzó el 16/12/2014 con el nombramiento de Oscar Parrilli como jefe de la secretaría de inteligencia con el objeto de reformular la inteligencia estatal y presentar una nueva ley de inteligencia.
Nada indica en un primero momento que existan diferencias entre las muertes de Martín Blaquier y Alberto Nisman. Sin embargo, la muerte de Martín Blaquier aparece en Policiales y la muerte de Alberto Nisman aparece en Política. ¿Por qué?
Según la búsqueda en google, La Nación pone las noticias de Alberto Nisman en Política.
Según la búsqueda en google, La Nación pone las noticias de Martín Blaquier en Sociedad
La función de las secciones en los medios es ordenar la lógica de la mirada de los lectores.
Así: una noticia sobre un presidente aparecerá en Política, una sobre la instalación de una industria en Economía, el resultado de un partido de fútbol en Deportes, la entrega de los premios Oscar en Espectáculos, una nueva forma de relación entre personas en Sociedad y una muerte violenta de causa desconocida en Policiales.
Publicar una muerte (de la que en principio se desconocen las causas) en Política en lugar de publicarla en policiales permite instalar la idea de mano oscura que mata. Y permite que los editorialistas del medio estructuren sentido montados en un hecho habitualmente policial. Por el contrario, ubicar una muerte (de la que en principio se desconocen las causas) en Policiales permite instalarla en el marco de una discusión forense y restringir sus implicancias.
Matar la información o fabricar un zombie. De eso se trata.
No hay comparación. Uno era un fiscal de la Nación, que había recibido varias amenazas de muerte y que estaba investigando a la presidente del país por graves hechos; el otro un empresario adinerado que dejó nota de su suicidio y llamó a un amigo anunciando su muerte. Por más que intentes no se pueden igualar ni asemejar. Cristina F.
ResponderEliminarNo existe la menor constancia de que Nisman hubiera recibido amenazas, ni que la causa de su muerte estuviese vinculada con el hecho de estar investigando a Cristina Fernández de Kirchner por delito alguno. De hecho la ¿denuncia? que Nisman decía que iba a defender en el Congreso fue desestimada en tres instancias judiciales. Por otra parte, ninguno de los supuestos que menciona respecto de Martin Blaquier invalidan ninguna de los dos posibilidades. Es tan probable que haya sido un suicidio como que lo hayan asesinado.(http://unblogpeperonista.blogspot.com.ar/2015/03/de-urdimbres-y-tramas.html)
ResponderEliminar