"Operación Masacre apareció
publicada en la revista Mayoría, del 27 de mayo al 29 de julio de 1957: un
total de nueve notas.
Los hechos que relato ya
habían sido tratados por mí en el periódico Revolución Nacional en media
docena de artículos publicados entre el 15 de enero y fines de marzo de 1957.
Ahora el libro aparece
publicado por Ediciones Sigla.
Estos nombres podrían
indicar, en mí, una excluyente preferencia por la aguerrida prensa
nacionalista. No hay tal cosa. Escribí este libro para que fuese publicado,
para que actuara, no para que se incorporase al vasto número de ensoñaciones de
ideólogos. Investigué y relaté estos hechos tremendos para darlos a conocer en
la forma más amplia, para que inspiren espanto, para que no puedan jamás volver
a repetirse. Quien quiera me ayude a difundirlos y divulgarlos, es para mí un
aliado a quien no interrogo por su idea política.
De este modo respondo a
timoratos y pobres de espíritu que me preguntan por qué yo –que me considero un
hombre de izquierda- colaboro
periodísticamente con hombres y publicaciones de derecha. Contesto: porque
ellos se atreven, y en este momento no reconozco ni acepto jerarquía más alta
que la del coraje civil. ¿O pretenderán que silencie estas cosas por ridículos
prejuicios partidistas? Mientras los ideólogos sueñan, gente más práctica
tortura y mata. Y eso es concreto, eso es urgente, eso es que aquí y de ahora.
Puedo si es necesario
renunciar o postergar esquemas políticos cuya verdad es al fin conjetural. No
puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico: la indignación
ante el atropello, la cobardía y el asesinato.
También he aprendido que las distancias partidarias son
quizá las más superficiales que separan a los hombres. Son otras las diferencias
que importan: las insalvables, irreductibles diferencias de carácter. En gente
que piensa lo mismo que yo sobre la mayoría de los problemas abstractos, he
encontrado un alarmante pragmatismo frente a situaciones concretas que exigen
reacciones casi instintivas, capaces de justificar la condición humana.
El torturador que a la menor
provocación se convierte en fusilador es un problema actual, un claro objetivo
para ser aniquilado por la conciencia civil. Ignorábamos hasta ahora que
tuviésemos esa fiera agazapada entre nosotros.
Aun en Alemania nazi fueron necesarios años de miseria, miedo y
bombardeos para sacarla a luz. En la República Argentina bastaron seis horas de
motín para que asomara su repugnante silueta. Aquí esta, con su nombre circunstancial, para
que todos la vean. Y obren en consecuencia.
Lo demás, en este preciso
momento, no me interesa".
R.J. Walsh.
La Plata, julio de
1957
Prólogo para la edición en libro
Operación Masacre
Ediciones Sigla (Buenos
Aires 1957)
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